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Cómo ocultar al hijo del Emperador


Solicitó una audiencia.

Le ha pedido que se encuentre con ella más de 30 veces, y ahora puede hacerlo.

Astella le preguntó a Kaizen sin rodeos.

— Su Majestad, ¿cuánto tiempo tengo que estar aquí?

— ¿Hay algún inconveniente en quedarse aquí?

En ese momento, Astella se quedó sin palabras por un instante.

¿Es que acaso tiene alguna manía con encerrar a las personas?

— No hay nada incómodo al respecto. Excepto que no puedo salir.

No había ningún inconveniente en vivir en una mansión.

Las mucamas se han encargado del palacio durante todo el día, tiene un dormitorio elegante y una comida perfecta que se compara con la cocina Real, y las doncellas durante todo el día han sido acogedoras y amables.

— Pero no quiero quedarme en esta mansión. Tengo que volver a mi casa en el este.

— Quédate aquí por el momento.

Kaizen ordenó como si estuviera diciendo lo más obvio.

Astella estaba estupefacta.

— Su Majestad, pero tengo una familia esperándome en casa.

— Envié a los caballeros para que trajeran a tu abuelo materno y a Theor a la capital.

— ¿Qué?

"¡¿Qué hiciste?!"

Intentó mucho sacar a Theor de la capital primero.

¿Lo trajo de vuelta aquí? 

"¿Cómo pudiste hacer esto?" 

Quería empujar a Kaizen justo enfrente y enojarse.

— ¿No es suficiente para que te quedes en la mansión?

Kaizen dijo con melancolía, mientras miraba los ojos resentidos de Astella.

— El niño debe estar a tu lado. ¿Crees que enviarlo de regreso resolverá este problema?

— Estoy complacida, Su Majestad. ¿Qué me pasará ahora?

Astella preguntó, tragándose su creciente ira.

El mayor problema que enfrentaba ahora era que Kaizen que la mantenía aquí y no la dejaba irse a casa. Kaizen estaba tratando de decir algo, pero se calló.

Astella notó lo que estaba tratando de decir.

"Eres una princesa y has dado a luz a un niño ilegítimo. ¿Sabes de qué está hablando la gente ahora?"

Tal vez quería decir algo como eso.

Pero a Astella no le importaba lo que la gente del mundo dijera sobre ella

Ella no tenía por qué preocuparse de lo que los demás hablaran, pero sí le preocupaba lo que la gente diría sobre el nacimiento de Theor.

Kaizen estuvo en silencio durante mucho tiempo y luego abrió la boca.

— Le envié a tu padre una carta de propuesta.

Aquello le sorprendió.

— La Casa Imperial ha comenzado a prepararse para un evento nacional. Tendremos una boda en el santuario en tan solo dos meses.

— Lo siento, Su Majestad. ¿Qué parte de la palabra "rechazar" no entendiste?

La expresión de Kaizen se endureció.

¿Se había enojado?

Astella se dio cuenta ¿Cómo se atrevía a decir esto delante del Emperador?

Fue demasiado grosero para ella pensar así.

Pero Kaizen no se enojó y se enfrentó a Astella con una mirada de angustia dolorosa.

— No puedo dejar que te insulten. Esta vez no dejaré que sufras.

Era una voz tranquila, pero había desesperación y pesar en su corazón.

Parecía arrepentirse del pasado.

Entendió la vergüenza de dejar a Astella, quien había vivido la mitad de su vida como su prometida.

Como resultado, Astella fue menospreciada por su familia y había tenido un hijo sola, convirtiéndose en madre soltera.

Kaizen reconoció ser el culpable, todo debido a su propio pasado egoísta.

Dio una paso más cerca de Astella.

— Es mi culpa que esto suceda. Dame la oportunidad de asumir la responsabilidad y hacer las cosas bien esta vez.

— ¿Es por eso que me lo propusiste?

— El matrimonio es solo una formalidad. No te forzaré a hacer ningún acto en nombre de Dios.

Nunca pensó que simplemente pudiera retomar la posición de Emperatriz.

Astella así lo creía, pero Kaizen ofreció devolverle a la mujer su asiento de Emperatriz como recompensa por lo que había pasado.

— Si me lo permites, haré de Theor mi hijo y lo criaré como el Príncipe.

En este punto, Astella sintió su corazón contraerse con emociones.

— No tienes que hacer eso.

Astella dijo en voz baja.

Trató de hablar con la mayor calma posible, pero estaba perdiendo energía.

— Lo que es importante para ti también es importante para mí.

Cuando levantó la cabeza, los ojos rojo oscuro la miraron.

Miró ansioso a Astella, quien aún no tenía respuesta, y preguntó con seriedad.

— Dame otra oportunidad. La oportunidad para poder protegerte.

Se le ocurrió que estaba haciendo algo inútil.

Kaizen le estaba rogándole esto a Astella, mientras ella le ocultaba que era realmente el padre biológico de su hijo. Ante estas palabras, Astella lo llamó por impulso.

—Mi Majestad...

La voz le temblaba débilmente. Astella comenzó a sentir dificultad para hablar, como si hubiera liberado todos sus sentimientos reprimidos y los quisiera vomitar.

— Tengo algo que decirte...

Era ahora o nunca.

Astella instintivamente pensó que esta era su última oportunidad de decir la verdad.

Entonces dejó de hablar y se calmó por un momento.

Había logrado calmar su corazón, pero en cuanto vio a Kaizen nuevamente mirándola, se quedó sin palabras.

Realmente ¿Podía decir esto?

La preocupación de Astella fue, qué pasaría si Theor era robado por el Palacio Imperial.

O qué tal si Theor era utilizado como víctima de conflictos políticos.

Para evitar ambos, Astella había estado trabajando duro en el pasado, independientemente de los medios y métodos que usó.

¿Puede obtener ayuda si le confiesa la verdad a Kaizen?

Dijo que criaría a un niño ilegítimo como príncipe. Si sabía que Theor era realmente su hijo usaría todos los medios disponibles para protegerlo.

Kaizen podría detener a su padre, el duque de Reston, antes de que hiciera algo peligroso.

Pero, por otro lado, Astella todavía no podía confiar libremente en Kaizen.

Ahora decía amarla.

Pero qué si a medida de que el tiempo pasara, los sentimientos superficiales de amor de Kaizen desaparecían y él era nuevamente indiferente para con ella.

Si el Emperador perdía su afecto, entonces Astella se quedaría sola y dejaría a Theor sin protección.

— ¿Astella?

Kaizen le envió a Astella una mirada preocupada.

— ...no es nada.

Astella se dio la vuelta y esquivó sus ojos.

Por un momento, tuvo la urgencia de decirle a Kaizen toda la verdad, pero decidió mantener la boca cerrada.

— Astella... si hay algo que pueda hacer para ayudar...

Se acercó un paso más a Astella.

Estaba lo suficientemente cerca como como para tocar su cuerpo.

Astella caminó hacía la ventana sin responder.

Kaizen dejó de caminar.

— ¡Su Majestad!

Entonces Lyndon abrió la puerta cerrada y entró en la sala de recepción.

Al ver a Astella cerca de Kaizen, la vergüenza pasó por la cara de Lyndon.

Astella estaba un poco aliviada.

La incómoda atmósfera desapareció gracias a la aparición de Lyndon.

Lyndon cortésmente se inclinó ante los dos.

— Su Majestad, Lady Astella.

— ¿Qué está pasando?

Kaizen preguntó con una mirada nerviosa.

Lyndon miró el semblante de Astella.

— Su Majestad, tengo un informe separado para usted.

Astella no perdió la oportunidad y salió del lugar.

— Voy a dar un paseo.

Dobló ligeramente las rodillas, luego salió rápidamente al pasillo antes de que Kaizen la detuviera.

Kaizen miró la espalda de Astella mientras desaparecía por el pasillo con una mirada arrepentida.

Astella seguía mostrándose indiferente y fría, pero creyó que la situación era positiva.

Cuando confesó sus verdaderos sentimientos, ella mostró signos de agitación en su antes rostro indiferente.

Era evidencia de que la mente de Astella estaba cambiando poco a poco.

Kaizen se giró hacia Lyndon.

— Dime qué está pasando.

— Su Majestad.

Lyndon, con una mirada preocupada, miró hacia el pasillo donde Astella había desaparecido.

— Lo siento, Su Majestad. Theor ha desaparecido.

— ¿Qué?

Eso fue inesperado

— No puedo creer que un niño se haya ido ¿Qué demonios pasó?

Lyndon explicó con voz sombría.

Los caballeros que envió habían seguido al Marqués y a Theor.

Pero cuando llegaron al alojamiento, Theor ya había desaparecido.

Dijo que el Marqués, que había estado viajando con Theor, había sido encontrado desmayado y herido.

Pero no hubo señales de Theor.

Si duda alguien envió a un hombre para asesinar al Marqués y secuestrar al niño.

— ¿Cómo está el Marqués?

— Está siendo tratado en su residencia oficial. Está herido, pero su vida no está en riesgo.

Eso era bueno.

Si el viejo moría, Astella estaría muy triste.

— ¿Tienes alguna idea de quién se llevó al niño?

Había muchos aristócratas que no estaban satisfechos con la decisión de hacer de Astella la Emperatriz.

Pero no importa cuán infeliz sean, nadie se atrevería a secuestrar al hijo de Astella, siempre y cuando se haya declarado que Astella sería la Emperatriz.

Lyndon informó con voz cautelosa.

— He estado mirando alrededor, y parece que los hombres del duque de Reston estaban cerca.

Si había una persona que hiciera eso, sin duda sería él.

Aunque eso lo tranquilizaba un poco.

Theor no estaría en un verdadero peligro si el Duque fue quien se lo llevó.

Sin duda se lo había llevado para chantajear a Astella.

Lo más seguro era que el Duque, cuando escuchó que Astella podría volver a ser la Emperatriz, este se había maravillado por la noticia.

Sin embargo, Astella no lo escuchó y se negó a casarse.

El Duque está tratando de usar a Theor para obligar a Astella a casarse.

"Que hombre tan espeluznante. Secuestrar al nieto para intimidar a la hija."

Así es como es el duque de Reston. Kaizen lo odia. Solo lo mantenía vivo porque era el padre de Astella, pero pensó que era momento de deshacerse de él en cuanto tuviera la oportunidad.

— Realicen un operativo y encuentren al niño.

Volvió a mirar a Lyndon y le dio una fría orden.

— Si hay un obstáculo, deshazte de él.


Traducido por: Miss M 

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