Cómo ocultar al hijo del Emperador
La amenaza de Fritz era ridícula, pero Kaizen fue tan agresivo.
"Nunca pensé que Kaizen estaría tan interesado en el niño ilegítimo".
Kaizen estaba loco por Astella.
Para Kaizen, el hijo ilegítimo de Astella debería ser una espina en el ojo, así que el Duque pensó que no le importaría si desaparecía o no.
Cuando el Duque escuchó que el niño y el Marqués se habían ido de regreso al campo y que Kaizen no hizo nada, creyó que el Emperador estaba tratando de mantener al hijo de Astella alejado en el campo.
"Astella no lo escucha, ¿también estará tratando de secuestrarlo para amenazarla?"
Se preguntaba si Kaizen también estaba buscando al niño con un propósito similar al del él.
"Ahora no debería ir en contra del estado de ánimo de Kaizen."
Era una situación muy importante para que Astella volviera a ser la Emperatriz.
Sería imprudente ir en contra del espíritu de Kaizen en esta situación.
"Esto es un desastre. ¿Qué se supone que debo hacer con ella?"
Se levantó de su asiento y se dirigió a su habitación.
— No me molestes porque estoy pensando en tomar un descanso.
Dio una orden estricta al mayordomo y entró en el dormitorio.
La habitación del Duque era tan espléndida como la habitación del Emperador en el palacio Imperial.
Se acercó a la pared al lado de la cama.
La pared azul claro estaba decorada con jade blanco y elegantes arbustos decorativos.
El Duque presionó los pétalos blancos que se superponían debajo de los arbustos con las manos.
Apareció una grieta en la pared. Era una puerta oculta.
El Duque le ha enseñado durante mucho tiempo a Fritz, su sucesor, sobre asuntos familiares, pero no le ha contado todos los secretos que tiene.
Este pasaje secreto a través del dormitorio fue algo que ni siquiera se lo contó a su hijo.
Todos los otros pasajes secretos se le fueron enseñados, excepto el de aquí.
El Duque entró por la puerta y bajó los empinados escalones.
Al bajar las escaleras y pasar el oscuro pasadizo, vio una puerta en el muro de piedra.
Esta era una habitación secreta privada que nunca le había contado a nadie, mas que a uno de sus ayudantes más confiables.
Cuando llamó a la puerta, salió el matón que esperaba dentro.
— Duque.
— Sí. ¿Trajiste al niño?
Acababa de recibir el informe de que ya había llegado.
Le tomó un momento el ocuparse del resto del trabajo y antender a Fritz.
— Sí, te lo he traído. Solo que...
La cara abatida del matón y sus palabras temblorosas delataban su preocupación.
— ¿Qué? ¿Algo está mal con el niño?
Estaba preocupado de si lo habían lastimado o se había enfermado en el camino hacia aquí.
No le importaba si moría o no, pero Kaizen ahora lo estaba buscando, así que lo que menos le convenía era que el niño muriera.
El matón dudó por un momento y dijo:
— Duque, necesita verlo de inmediato.
Theor fue confinado en una habitación oscura y estrecha.
No importaba cuánto mirara a su alrededor, no había salida. Había una pequeña puerta de madera, pero estaba bien cerrada y no se movía.
Theor llegó a este lugar extraño después de un largo viaje en carruaje con hombres extraños.
No sabía dónde estaba. Solo recuerda haber visto un gran edificio.
Tan pronto como se bajó del carruaje, los hombres condujeron a Theor abajo de la tierra.
Ahora estaba encerrado en esta pequeña habitación.
"¿Dónde está este lugar? ¿Está esta habitación también bajo tierra?"
No sabe si es de noche o de día ya que no hay ventanas aquí.
El hombre que trajo a Theor le pidió amablemente que esperara aquí.
— Joven maestro, por favor espere aquí por un momento. Volveré con el Duque.
Theor no sabía de quién estaba hablando.
Pensó por un momento para ver si alguna vez había conocido a alguien con ese nombre, pero ninguna de las personas que Theor conocía se llamaba "El Duque".
El extraño dejó a Theor aquí, diciendo que traería a otro extraño.
Era una situación lo suficientemente aterradora, pero Theor no tenía mucho miedo.
Se asustó cuando descubrió que había sido secuestrado.
Incluso lloró de miedo.
Pero los hombres extraños que secuestraron a Theor, lo cuidaron muy bien durante todo el viaje hacía aquí.
Theor también recuperó cierta estabilidad en su actitud amable y amigable.
Theor levantó la mano y se tocó los ojos.
Cuando lo atraparon con sus ojos rojos, pensó que algo grave sucedería.
"Mi madre dijo que los ojos rojos son tan preciosos que estaría en problemas si todos lo supieran".
Pero los hombres extraños que estaban con él miraron los ojos rojos y se negaron a lastimar a Theor.
Más bien, el extraño hombre que le entregó la galleta a Theor había sido muy cuidadoso con él desde que vio sus ojos rojos.
Desde que se bajó del carruaje hace, llegó y encontró una cama cómoda e incluso lo ayudó a comer comida deliciosa.
Theor notó que el cambio repentino en la actitud de los hombres se debía a sus ojos.
Eso es porque el otro hombre que estaba molestando a Theor antes, se volvió sorprendentemente amable desde que vio el color natural de sus ojos.
Theor era joven, pero estaba comprendiendo la situación.
Fue secuestrado.
No importa cuán amables fueran los hombres, solo eran secuestradores.
"Tengo que correr."
No sabe a dónde ir... pero tenía que huir de todos modos. Theor miró alrededor de la habitación tan pronto como el hombre desapareció, había una salida.
Pero no había a dónde ir.
La puerta estaba bien cerrada y no había ventanas.
Había una pequeña campana en la pared.
Era una campana para llamar a la gente. También había una campana en la casa de Theor.
Tirar de la cuerda en el dormitorio sacudió el timbre de la cocina con un sonido claro.
Theor intentó tocar la campana, pero era demasiado alta como para que él lo alcanzara...
Ahora Theor miraba alrededor de la habitación cuadrada para saber su había alguna grieta en la pared.
La puerta se abrió con un clic.
El hombre que trajo a Theor entró.
— Aquí estás.
Detrás de él estaba un extraño.
Era un hombre con cabello rubio claro, parecía mucho mayor que aquellos como el Emperador o Velian.
El hombre era delgado, con el pelo corto y rubio, con un peinado impecable y llevaba un monóculo en el ojo.
Esa persona se ve como un alto estatus. Theor pensó mientras miraba al hombre.
Cuando estaba en casa, no sabía que se usaba ropa diferente dependiendo de la posición.
Mientras conocía a Su Majestad y viajaba de un lugar a otro, Theor descubrió que la alta nobleza vestía ropa elegante y colorida.
El conde Velian siempre llevaba ropa bonita, y también Lyndon, el caballero comandante.
El hombre frente a él ahora llevaba ropa mucho mejor que la de Velian o Lyndon.
Se acercó a Theor con una mirada consternada.
— ¿Este es el hijo de Astella?
— Sí, lo es, Duque.
El hombre que trajo a Theor le contestó al hombre de cabello platino.
Astella era el nombre de su madre.
"¿Este señor conoce a mi madre?"
El hombre de cabello blanco miró a Theor y de repente lo agarró por el cuello y tiró de él.
— ¡Ah!
Theor luchó contra el dolor.
El hombre de cabello blanco enojado jaló del cuerpo de Theor hacia él.
— ¡Quédate quieto!
Su cuerpo flotaba en el aire, estaba siendo sostenido del cuello.
Theor chilló porque se le dificultaba respirar.
— Abre tus ojos.
Con una voz nerviosa, Theor abrió los ojos con un jadeo.
Pude ver en la cara del hombre, lo suficientemente cerca como para escuchar su aliento.
— Ho...
Miró los ojos de Theor durante mucho tiempo y soltó una carcajada.
Luego soltó la mano con la que sostenía a Theor.
Theor cayó al suelo.
La sonrisa satisfecha del hombre se escuchó sobre su cabeza.
— Sí, lo es. No hay forma de que mi hija diera a luz a un pequeño bastardo.
Theor no podía entender de qué estaba hablando.
En ese momento escuchó una campana. La campanita en la pared de la habitación secreta temblaba por sí misma.
El hombre de pelo blanco murmuró al sonar la campana.
— El mayordomo tiene prisa por encontrarme.
Él ordenó al hombre que trajo a Theor.
— Mantenga al niño aquí por un tiempo. Estaré de vuelta en un momento.
***
Lyndon estaba siendo guiado por el mayordomo al salón del Duque.
Los hombres que vinieron con él estaban esperando su orden, ocupando el pasillo desde la puerta de la mansión hasta el salón.
Rodearon la mansión del Duque de esa manera para encontrar al desaparecido Theor.
Era su deber recuperar a Theor y devolverlo a la princesa Astella, Lyndon sintió pena por ella.
Durante el viaje, Lyndon quedó fascinado por la apariencia elegante e impecable de Astella.
Astella era muy elegante e inteligente, incluso el Emperador una vez más parecía sentirse atraído por ella.
No puede creer que Theor fuera su hijo.
Lyndon también se sorprendió al escuchar eso.
Estaba más allá de su imaginación. Pero pronto tuvo simpatía por Astella.
La pobre princesa que antes había vivido poderosamente, lo había perdido todo, y ahora criaba a un niño sola.
La triste realidad evocaba lástima más que desprecio.
Y ahora que ve que la presencia de Theor es ridiculizada por la gente, siente aún más pena por Astella.
Quería recuperar a Theor rápidamente y devolverlo a los brazos de Astella.
— Oh, eres tú.
Lyndon se reunió con el duque Reston, el padre de Astella, en el salón.
Lyndon también aborrecía a este noble de mediana edad. El Duque le sonrió alegremente y le preguntó.
— ¿Por qué viniste a mi mansión?
— Estoy aquí para llevarme al maestro Theor.
— ¿A quién dices?
El Duque parecía perplejo, como si nunca hubiera oído hablar de ese nombre.
Pero Lyndon no fue engañado por él.
— Sé que fuiste tú. Hay evidencia.
— No sabía que había tanta gente interesada en mí.
Lyndon se acercó a él y le dirigió una mirada amenazante.
— El secuestro es un delito grave.
El Duque respondió lentamente.
— ¿Estás diciendo que está mal que un abuelo traiga a su nieto?
— No importa cuán nieto sea, es un secuestro el asaltar y alejarlo de su tutor.
Lyndon dijo, reprochando a su oponente en un tono terco.
— Su Majestad el Emperador me ha ordenado que recoja a Theor. Ahora dime ¿Dónde está el maestro Theor?
Traducido por: Miss M