CAPÍTULO 8. LA PASTORA Y CENICIENTA
— Hermana ¿Exactamente qué es la Secreta?
Esta era una reunión increíble, una comida realmente incómoda en donde toda la familia estaba comiendo junta. Fue Levina quien hizo la pregunta, ella estaba sentada frente a mí, sonriendo y comiendo sin ninguna clase de filtro.
No hace falta decir que la expresión en el rostro de mi padre, que estaba cortando la ternera con un cuchillo, se endureció de inmediato.¿Qué es la Secreta? Si. ¿También tienes curiosidad? Jeje, tenía curiosidad de cuándo es que ibas a hacer esa pregunta. ¿Por qué te has vuelto tan obvia?
— ¡Bueno, no lo sé!Sonreí alegremente mientras respondía con un tono despreocupado, luego comencé a romper el esponjoso pan que estaba entre mis manos y dejé caer los trozos dentro de la fragante sopa de almendras. Bien, la sopa debe comerse así.
— Ray, no comas así. Le estás dando un mal ejemplo a tu hermana.¡Padre, porque debes ser así! ¿Ni siquiera me dejarás comer a gusto? Maldito mundo. El Duque eso... la Duquesa lo otro, los caballeros militares deben hacer esto...
Como para empeorar las cosas, Levina me miró y sonrió alegremente mientras le untaba mermelada a un trozo de pan.
— Hermana, ¿has dicho que estudiarás con el Sacerdote en el Palacio Imperial en el futuro?
— ¿Eh? Sí.
— Ya veo, ¿la puedo seguir? Será demasiado solitario quedar solo yo en esta casa. Padre ¿no debería seguir a mi hermana y estudiar?
Mi padre, que estaba mirando a Levina con mucho amor mientras acariciaba su ondulada cabellera, giró los ojos y me miró. ¡Qué! ¿Por qué estás mirándome?
Antes que nada ¿Por qué te gustaría escuchar mi opinión? No es como que se me permitiera darla.
¿Tanto quieres seguirme dentro y fuera del Palacio Imperial? Sí, no importa lo que quieras hacer o donde quieras. Experimentarás más que eso.
Aun así, solo he hecho cosas preventivas... a partir de ahora atacaré, ¡y estás mordiendo el anzuelo por tu cuenta!
— Bueno, estoy bien si vienes conmigo.
— ¿En serio? ¡Vaya, gracias hermana!
— ¿De qué me agradeces?
Sí, sí, es demasiado pronto para agradecerme. Aún tengo el recuerdo de haber sido golpeado por lo del osito de peluche. Es tan vívido que quiero que pruebes un poco también.
De pronto mi hermano, que había estado disecando su plato de comida en silencio y con dignidad, dejó caer el cuchillo, mientras yo intentaba concentrarme de nuevo en mi comida y degustaba los pensamientos malvados que cruzaban por mi mente.
Todos sentimos que había algo inusual en el comportamiento de mi hermano, así que le dimos una mirada extraña, el siguiente movimiento que hizo fue levantar el trozo de pan, al tamaño de su palma, que estaba frente a él.
Luego, usando la misma mano con la que empuña un arma, desgarró el pobre cuerpo del pan y lo puso en el cuenco de la sopa.
Por un momento hubo un pesado silencio. No solo mi padre, sino también Levina y yo lo estábamos mirando con asombro. Y ahora mi hermano, que estaba batiendo el plato de sopa con una cuchara, levantó los ojos y me miró con una mirada realmente inocente mientras inclinaba la cabeza.
— ¿Qué pasó Ray? ¿No sabe bien?
Yo no podía hablar, así que en mi lugar fue padre quien respondió con una expresión perturbada.
— Eugene, ¿Qué diablos estás haciendo ahora...?
— ¿No lo sabes con tan solo verlo? Estoy comiendo, ¿tienes algún problema?
—...
Era claro que mi padre tenía muchas cosas que quería decir, pero solo tosió agitado y no dijo nada más. Sería difícil encontrar algo que decir incluso si yo siguiera siendo yo.
No entiendo por qué mi siempre bien portado hermano mayor se está comportando de este modo, pero ha sido realmente emocionante ver a mi padre quedarse sin palabras. Quiero reír, pero no puedo reír, así que solo me contengo para que no me regañen.
No importa la expresión que haya en el rostro de mi padre, confió que mientras me encuentre sentado al lado de mi terrible hermano estaré bien. Me concentraré en comer los postres que acaban de servir.
Trajeron una gran variedad de postres, desde café amargo y galletas dulces, así como cacao dulce y brownies, hasta tartas de frutas con abundante crema batida. Soy el único al que le gustan los dulces en casa, ¡así que tengo que elogiar al chef por ser tan bueno!
Siempre me han gustado los dulces, pero después de cambiarme a este cuerpo, mi gusto por ellos ha aumentado aun más.
Una vez al mes realmente deseo comer muchas cosas dulces. Incluso yo mismo no entiendo por qué.
— Supongo que realmente te gustan mucho.
Ah, ¿Acaso me quieres detener? Aun tengo un espacio, ¡por supuesto que seguiré comiendo! ¿Qué hay de bueno en comer esas galletas sabor aserrín que le gustan a padre?
Mientras me servía un postre realmente delicioso mi hermano estaba sentado a mi lado bebiendo lentamente un café realmente amargo.
Mientras comía noté a mi hermano dándome una mirada incomprensible. Mmm. ¿Por qué me estás mirando así? ¿Acaso se estará preguntando en como sabe esto?
— ¿Oppa, que pasa? ¿Tu también quieres comerlo?
Lo pregunté de la manera más linda posible, mi hermano me quedo mirando fijamente durante un buen rato, y después dijo.
— No. Me preguntaba a dónde se va todo eso.
Ah... no pienso contestar eso. ¿Qué podrá saber mi lamentable hermano que no puede disfrutar de las bendiciones de los dulces? ¡Ahora, el estómago humano es para disfrutar de los suaves bocadillos dulces del arroz!
Mi hermano continuó sentado a mi lado hasta que terminé de devorar todos los postres. Definitivamente hay más paz después de que mi padre y Levina se fueron. Me ponen nervioso.
Sobre todo cuando mi padre está frente a mí, mi cuerpo se pondrá nervioso y la comida no sabrá bien.
— Ray.
— ¿Uh, sí? ¿Oppa?
— ¿Vamos a montar a caballo?... ¿Oh? ¿Qué es lo que has dicho glorioso hermano? ¿Es realmente cierto lo que le has dicho a este pobre hermanito?
Debe ser algún día festivo, eso debe ser, mi hermano es un ser humano que se sienta todo el día frente a un escritorio y trabaja sin parar.
Sin embargo, el dueño de tales palabras me miró a los ojos, mientras seguía en mi fantasía dorada, y me dijo.
— No importa lo bien que hayas aprendido en tus sueños, debes hacer práctica real.
Iremos al mercado más grande en la ciudad capital de Aloha. Ahí se venden sementales de buenas razas que son seleccionados con sumo cuidado que hasta son elegidos por el Palacio Imperial para usar, además hay una plaza, por lo que es un lugar perfecto para que los jóvenes nobles prueben los caballos y socialicen con otros jóvenes.
Cuando tenía diez años vine aquí con mi hermano para aprender a montar a caballo por primera vez. ¡Es una sensación interesante el volver al mismo lugar con la misma persona! Aunque ahora ya no soy un joven maestro sino una pequeña dama.
Era un día festivo, así que el mercado estaba abarrotado de gente. Habían jóvenes nobles hablando con los apasionados comerciantes, niños que parecían haber venido con sus hermanos o padre, y uno que otro sirviente que venía acompañando a un noble, e incluso habían algunas hermanas mayores que venían junto a sus parejas, estaban animados, felices y llenos de alegría. Era realmente emocionante.
¡Soy un orgulloso excomandante del Imperio! Por lo tanto, cuando veo un buen semental es natural el que capte mi atención.
Tan pronto como bajé del carruaje, estaba saltando y mirando a mi alrededor con emoción. Mi hermano que entró al mercado siguiéndome por detrás me agarró de la mano.
— No te separes de mí.
Oh, lo siento... realmente lo olvidé por un momento. ¡Eres tan molesto! Hombre, que manera de desperdiciar tu energía.
Bueno, esta era una salida que había estado ansiando por mucho tiempo así que me sentía de buenas. Deambulé sosteniendo la mano de mi hermano en un lugar concurrido que olía a heno y excremento, mi mirada fue de aquí para allá.
Ha, debe ser extraño que una niña de mi edad ande en un lugar como este, así que mi presencia debe ser increíble. Pero en lugar de eso, los chichos que trajeron a sus novias parecen no estar pasando un buen rato ¡Observen a todas esas encantadoras hermanas dándole una apasionada mirada a mi hermano! ¡Me pregunto qué van a hacer!
No estaba seguro de qué había pensado mi hermano cuando le respondí que había aprendido a montar a caballo en mis sueños, pero existe el riesgo de que me congestione(?) si continuo hablando más, así que me quedé en silencio y miré a mi agraciado hermano elegir un caballo.
Está bien, está bien. ¡Los ojos de mi hermano son mejores que los míos! El mundo es tan injusto.
— Ah, no suelo hacer negocios en el que pierda dinero, pero debido a que esta hermanita es tan linda les daré un precio especial. Es un caballo de primera categoría, es lo suficientemente bueno como para ser elegido para ir al Palacio Imperial.
Oh, jo. Ese es un hombre de negocios. Se qué está divagando, pero es muy entretenido. Aunque mi hermano no es una persona que disfrute mucho de estas cosas.
Al parecer mi hermano tiene realmente un buen ojo para elegir un caballo. Entonces, mi hermano compró un caballo de melena negra que fue sugerido por el comerciante y un potrillo de deslumbrante melena blanca con el que hacía muy buena combinación.
Después de un rato llegamos al campo de equitación con nuestros caballos recién comprados.
Uf, el viento es bueno. ¡Quiero subirme a mi caballo negro y cabalgar! Pero ahora que soy una niña tratada como una muñeca de cristal no tengo mas remedio que conformarme con este pequeño y lindo caballo que solo me quiere morder.
Si bueno, está bien. Jejeje. Hola, ¿caballito blanco? Soy tu nuevo dueño. ¿Cómo te gustaría que fuera tu nombre?
Mi hermano ensillaba silenciosamente el caballo mientras yo acariciaba su crin, sin aviso me agarro de la cintura y me sentó en la silla de montar, hey... pide consentimiento. Luego, de repente, inclinó la cabeza y me miró frunciendo su rostro.
— Raro...
— ¿Eh... qué?
— No... no es nada, es solo qué... de repente esto se siente como un déjà vu.
Me siento igual. Todo esto es como la primera vez que mi hermano me trajo para aprender a montar. ¡Hicimos lo mismo! Aunque mi hermano actual no tiene idea de eso.
— Debe ser reencarnación.
Puse una sonrisa inocente en mi rostro mientras dije eso a la expresión confundida de mi hermano, sus ojos al color del mar, mirándome, comenzaron a nublarse nuevamente. Me dieron ganas de llorar. Ja, esta persona... una vez más, ¿por qué estás mirándome de esa manera tan lúgubre? no va contigo esa expresión.
¿Qué diablos quieres y por qué sigues haciendo eso? ¿Qué es lo que puedo hacer? ¡Ah! Sigues haciendo que me sienta mal. ¡Eso no está bien! ¡No lo está!
— Oppa, ¿Qué te sucede?
Aunque pregunte ansiosamente, puse mi mano sobre la frente de mi hermano, pero él no se movió, me miró con una expresión que parecía la de un perro pateado y abandonado bajo la lluvia.
No puedo soportarlo más. No pude soportarlo más, tragándome el enorme dolor envolví el rostro de mi hermano con mis manos y lo enterré en mi pecho.
Hace una vida, vi a la madre de mi compañero militar hacer esto cuando lo visitó en el campamento.
El tipo que había estado gritando y corriendo como loco se quedó rápidamente en silencio.
— ¡Eugene Genovan de Tidis, terrible hijo de puta!
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