13. A donde pertenezco
Al día siguiente, el Emperador convocó a los nobles al palacio. Christian también estuvo presente en la reunión. Al llegar al Palacio de El Cairo, donde la audiencia es del Palacio del Príncipe Heredero, Christian encontró miró una silueta familiar delante de él y endureció su rostro.
Era Richard, y junto a él...
'¿Por qué te siguió esa perra?'
Christian, que vio a Elisa de pie junto a Richard, frunció el ceño.
Este era un lugar de reunión donde solo los representantes de las familias o los nobles a los que se les ha otorgado títulos podían estar.
Pero la Duquesa decidió aparecer entre ellos.
— No hay forma en que la hija de un traidor se convierta en la cabeza de una familia.
Escuchó que ayer Elisa había tenido una cita a solas con el Emperador.
Sin duda su propósito era el pedir que se le concediera el título de la heredera de la familia.
Sin embargo, ni por ley imperial ni por sentimientos personales, el Emperador pudo haber permitido que una persona marcada por traición heredara tales títulos.
'¿Estás asistiendo a la reunión de los nobles de manera imprudente?'
Christian chasqueó la lengua mientras miraba la espalda de Elisa.
'Bueno, si hubieras aceptado mi oferta mi padre seguramente lo hubiera permitido.'
Las comisuras de su boca se deslizaron hacia arriba. Ver a Elisa, que lo había rechazado sin duda, buscando de manera desesperada ser aceptada por los nobles le puso de buen humor.
Christian caminó detrás de ellos dos para ridiculizar la estupidez de Elisa de hace unos días.
En ese momento, Richard, sintiendo su presencia, miró hacia atrás.
Todavía estaba a una gran distancia de diez pasos, pero él había sido capaz de sentir su presencia.
'Es como si tuvieras un sexto sentido...'
[La traducción literal es 'persona parecida a un fantasma' pero es una expresión que se usa para referirse a alguien que sabe todo sin que nadie se lo diga.]
Christian se sobresaltó y luego se acercó, fingiendo estar tranquilo.
Pero Richard fingió no haber visto a Christian y se giró hacia Elisa. Luego envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Elisa como para protegerla.
La expresión de Christian se enrojeció de furia por el claro desplante, pero trató de calmar su ira.
No quería mostrarle su apariencia agitada a Elisa. Christian se acercó y tosió pesadamente.
Entonces Elisa le devolvió la mirada. Elisa, quien frunció el ceño, la saludó rápidamente con una mirada penetrante en su rostro.
— Veo a Su Majestad el Príncipe Heredero.
— ¿Por qué está aquí la duquesa?
— Su Majestad ha convocado a los nobles.
— ¿Pero por qué estás aquí? No es es correcto esto. Si solo estás actuando de manera desvergonzada, ¿eso no te convierte en una tonta?
Christian la amonestó ante su comportamiento.
Sin embargo, Elisa lo miró con expresión relajada en su rostro.
Christian añadió, sintiéndose impaciente por la tranquilidad de Elisa.
— Es muy preocupante tu actitud. La ley Imperial no puede ser cambiada, deberías estar agradecida de no ser castigada por ser la hija de una traidora. Por supuesto, si me suplicas y te disculpas ahora...
— Es verdad que la Ley no puede ser cambiada, pero puedes cambiar las mentiras.
Elisa cortó las palabras de Christian y respondió antes de que él pudiera terminar.
Los ojos de Elisa, mirándolo, sonreían, pero eran extrañamente fríos.
Christian quedó atónito por su actitud y se retiró.
Richard tomó a Elisa y se fueron primero a la sala de reuniones.
Christian reflexionó sobre las palabras que Elisa había dicho hace un momento.
'¿Cambiar la mentira...?'
En ese momento, vio a los nobles acercándose uno por uno.
Christian entró en a la sala de reuniones por las puertas del Emperador y el Príncipe Heredero, no por la entrada general.
En la sala de audiencias se reunieron tres o cinco nobles que llegaron primero.
Sus ojos estaban fijamente dirigidos en Elisa.
Parecía extraño que la duquesa, que no tenía título, apareciera aquí.
Christian los miró y se preguntó por qué aún no estaba presente el rostro más importante.
'¿No está el Emperador?'
Fue cuando.
— ¡Su Majestad el Emperador!
Cuando casi todos los nobles estaban allí, el Emperador entró en la sala de audiencias.
Los nobles y Christian lo saludaron entregando sus cortesía.
El Emperador se sentó en el trono y miró a los nobles.
'¿Vas a decir algo?'
Christian esperaba que el Emperador humillara públicamente a Elisa, pero el Emperador solo entrecerró las cejas y no dijo nada.
'Algo no está bien.'
Tan pronto como pensó eso, el Emperador comenzó a hablar.
"Este Emperador los llama aquí hoy para aclarar la situación de la persona que murió después de haber sido falsamente incriminada hace 20 años.
Los nobles zumbaron de asombro ante las inesperadas palabras del Emperador.
El Emperador se mordió los labios por un momento, luego dijo con una mirada renuente.
— Yulia Serriott, que fue acusada de formar parte de un grupo de rebeldes que envenenó al Emperador hace veinte años, no es una traidora.
— ¿Yulia Serriott...?
Mientras los nobles se miraban a la cara sin saber quién era esta persona de nombre Yuli, uno gritó al recordarla.
— ¿No era la esposa del marqués Serriott?
La nobleza comenzó a agitarse al recordar el nombre de dicha persona después de 20 años.
Christian también miró al Emperador con curiosidad.
Si la madre de Elisa, Yulia, no es una traidora, Elisa puede convertirse oficialmente en la jefa de familia de Serriot.
Ahora que el Emperador limpió el nombre de Yulia de las acusaciones falsas de traición, significaba que a Elisa se le permitió convertirse en la líder de Serriott.
'De ninguna manera. Mi padre no haría eso.'
Rubelin y Serriot uniendo fuerzas.
El Emperador, que estaba tan preocupado por aumentar su poder, no le hubiera permitido a Elisa el convertirse en la dueña de la familia.
No lo entendí en absoluto.
¿Qué diablos pasó ayer en la reunión privada?
Christian se mordió los labios y miró a Elisa y Richard.
En medio de los confundidos nobles, esas dos personas miraron a Christian.
Esos ojos con los que se topó lo miraban con una expresión tranquila.
Como si esto fuera el orden natural de las cosas.
***
El día anterior, Elisa, que se enfrentó al emperador Roam, le presentó a la doncella que había traído.
— Ella es una testigo del envenenamiento del Emperador hace veinte años.
Ante las palabras de Elisa, los ojos del Emperador previamente lánguidos comenzaron a oscilar visiblemente.
Elisa, que lo miró con ojos fríos, agregó.
— Para ser precisos, otra doncella que presenció la escena en la que Su Majestad ordenó a la doncella del Palacio Imperial que envenenara a Su Majestad.
La mano del Emperador, agarrando al reposabrazos de la silla del Emperador, tembló.
Oficialmente, se sabe que el medio hermano de Roam, Alphonse, envenenó al emperador, pero algunos sospechaban que Roam, quien tomó el trono, era el verdadero culpable.
Pero nadie hizo públicas las acusaciones.
Cualquiera que sea la verdad, el actual emperador era Roam.
Los que sobrevivieron no podían dudar abiertamente del emperador, incluso si sospechaban.
Pero de cierto modo, esta jovencita frente a él desenterró el pasado que él había enterrado.
El estado de ánimo de Roam estaba alterado.
— Querida Duquesa, ¿te atreves a despreciar a tu Emperador? ¿Dónde está la evidencia de que ella era la doncella de la Corte Imperial en ese momento, y que yo he envenenado al Emperador?
— Se dice que el actual Comandante de los Caballeros, con quien su Majestad mantiene una relación cercana, y su hermano gemelo muerto, entregaron las órdenes de matar a Su Majestad a la amiga íntima de esta mujer.
— ...
— La persona muerta, ¿no tiene una herida de cuchillo en la parte posterior de la nariz?
Roam no pudo responder.
Como lo dijo Elisa, él había entregado las órdenes a esa persona en ese momento.
Elisa acertó la negación de Roam de que no era la sirvienta.
— Su Majestad, esta mujer nunca ha olvidado lo que sucedió ese día, ni siquiera por un momento.
Sin embargo, Roam capturó la agitación momentánea y refutó rápidamente.
— No mientas. Si le hubiera ordenado que matara a mi hermano, no habría mantenido con vida a las personas involucradas. No hay forma de que haya sobrevivido a salvo.
— Sí, Su Majestad lo habría hecho. Sería una debilidad fatal para Su Majestad si le mantuviera con vida.
— ...
— Pero había alguien que quería apoderarse de la debilidad de Su Majestad.
Elisa había estado preocupada desde el día en que Christian visitó la casa del marqués Serriot, y la acusó de ser la hija de Yulia Serriot, una traidora, diciéndole que no podría heredar Serriot.
Elisa sabía que el Emperador no tenía la intención de reconocerla.
Para refutar eso, tenía que liberar a Yulia de las acusaciones falsas. Pero fue hace veinte años.
Era casi imposible que quedara alguna evidencia, y todas las personas involucradas en el envenenamiento ya habrían sido asesinados.
Aiden también dijo que buscó evidencia para liberar a Yulia de acusaciones falsas, pero no que nunca pudo encontrar nada.
En el momento del incidente, Aiden fue atacado en el cañón y estaba inconsciente.
Cuando logró recuperar la conciencia y regresó a Akaroa, había pasado suficiente tiempo para destruir las pruebas.
Como era de esperar, la evidencia fue destruida y todos los que estuvieron remotamente involucrados en el envenenamiento también fueron asesinados.
Intentó indagar en los antecedentes de Raymore y otros ayudantes del Emperador, pero nadie cooperó con Serriott, de donde había surgido el traidor.
Sin embargo, si Rubelin y el actual Serriott unen fuerzas, ni siquiera el Emperador podría ignorar la influencia de las dos familias que han combinado sus historias.
Con ese nivel de poder, podría haber aparecido la verdad o alguien con una pista.
Elisa y Richard planeaban escanear a sus confidentes más cercanos uno por uno.
'Entonces, ¿Cuál de sus ayudantes más cercanos debería de saber algo?'
El primer nombre en el que pensaron cuando se trataba de ayudantes más cercanos al Emperador era...
Felice Raymore.
"¿Cómo y dónde tendrían que hurgar para obtener una pista?"
En ese momento, Richard dijo:
"Vizconde Lohas, ¿por qué tal si le preguntamos?"
"Sí, el Vizconde Lohas."
Él fue quien tomó la piedra del alma del diablo del cañón bajo las órdenes de Raymore y la inyectó en los monstruos cerca de Rubelin.
Después de que Richard lo atrapó Elisa lo salvó de ser asesinado por Raymore y lo llevó a sus aliados.
Ahora, bajo la aprobación de Richard, estaba haciendo un pequeño negocio de piedra luminosa.
Les dijo que era como un plebeyo y que el marqués de Felice le dio el título de vizconde por la misma época. Es muy probable que para entonces haya hecho algo importante.
Y si es importante en ese momento, hay una alta probabilidad de que estuviera relacionado con el envenenamiento del Emperador.
Los dos convocaron inmediatamente al vizconde Lohas y le preguntaron sobre lo que sucedió hace veinte años. Y afortunadamente, encontraron algo que podría ser una pista.
"Si fue hace 20 años, fue hace mucho tiempo, así que me temo que no podré recordarlo bien... ¡Ah! Me ordenaron que llevara a una mujer joven a una villa en un pueblo de montaña."
"¿Mujer?"
"Sí, ella era un poco inestable mentalmente."
Cuando Elisa y Richard escucharon la historia de 'Esa mujer', intercambiaron miradas.
Ha quedado claro que Raymore no es un hombre que trabaje por lealtad al Emperador.
Por lo tanto, era muy probable que quisiera mantener la debilidad del emperador por si acaso.
Entonces, por si acaso, había una alta probabilidad de que quisiera poseer la debilidad del Emperador.
Entonces era probable que ella fuera la debilidad del Emperador. Es sospechoso.
"Vizconde, ¿recuerda la villa a la que la llevó?"
"Sí, lo recuerdo. Pero no sé si todavía estará allí."
Aparte del hecho de si la mujer todavía estaba viva, era cuestionable si seguiría viviendo allí, incluso después de veinte años, como dijo el vizconde.
"Bueno, si no hay una mujer en la villa, ¿Cómo la encontramos?"
Elisa estaba sumida en sus pensamientos.
En ese momento, Richard, que había estado en silencio, respondió con una voz hosca.
"Dale una bellota a la ardilla y descubrirás en dónde la ardilla ha escondido las bellotas."
Luego se levantó e inclinó la cabeza ante el vizconde Lohas.
"Guíame a la cabaña."