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Capítulo 3. El esposo regresa siendo un adulto. 


— Estoy sedienta.

A la mañana siguiente, Elisa abrió los ojos sintiendo una sed ardiente. Se sentía mareada y tenía dolor de estómago.

'¿Qué le pasa a mi cuerpo?'

Elisa, que tenía dudas sobre su condición física, de repente recordó lo que hizo la noche anterior.

Bebió con los caballeros hasta emborracharse, luego hacer pucheros como bebé porque Richard la quería llevar a la habitación, terminó regresando a la habitación siendo cargada por Richard... 

Elisa, que había pensado en lo ocurrido, miró a su alrededor con miedo. Afortunadamente, Richard no estaba en la habitación.

'He enloquecido...'

Elisa se golpeó en la mejilla y enterró su rostro en la almohada.

Ha estado lejos del castillo durante años. ¡No puede creer que haya actuado así y le mostró este tipo de mala conducta!

¿Qué pensaría Richard después de verla así?

Podría pensar que se ha vuelto rara, que ha estado bebiendo alcohol en todo este tiempo que no estuvo aquí...

Pero eso sería un poco injusto. Siempre ha estado ocupada, ayer fue la primera vez que tomó una copa.

'Tengo que levantarme rápido y fingir que estoy bien.'

Elisa se puso de pie, fingiendo estar bien, pensando que debería comenzar su rutina. Su cabeza estaba un poco mareada y se sentía sedienta, pero era soportable.

La puerta se abrió. Cuando Elisa escuchó el sonido, se asombró y se volvió a acostar. Ni siquiera sabía por qué.

Elisa fingió dormir y abrió los ojos para ver quién entraba en la habitación. Como era de pensar, fue Richard.

Debe haberse ido a lavar.

Richard llevaba una bata de baño y una toalla sobre el cabello mojado.

Cada vez que se limpiaba el cabello mojado con la toalla, los músculos de su pecho eran visible a simple vista a través de su bata suelta. 

Las gotas de agua formadas entre músculos suavemente se curvaban y fluían. La escena fue devastadoramente sensual.

Su rostro pálido y los labios rojizos húmedos contrastaban haciendo que la atmósfera se sintiera extraña.

Richard, que se estaba estaba secando el cabello, fue al vestuario y volvió a salir en pantalones.

Elisa, que estaba mirando la parte superior del cuerpo desnudo de Richard con los ojos bien abiertos, casi hizo un sonido después de olvidar que estaba fingiendo dormir.

'Oh no. ¿Por qué estás desnudo en la habitación de otra persona?'

Oh. Esta es su habitación, cierto.

'Eso es así, pero es...'

Elisa estaba avergonzada pero no podía apartar los ojos de él.

Lo sintió incluso cuando estaba usando un pijama delgado, pero ahora estaba desnudo, por lo que vio que era un cuerpo más ancho y grueso de lo que pensaba.

Sin embargo, lo que más le llamó la atención fueron las cicatrices grandes y pequeñas talladas en su cuerpo.

'Ese tonto...'

Incluso aunque estuviera herido de esa manera, seguramente lo habrá dejado sin tratar. Sin importarle, ha dejado esas heridas que se han convertido en cicatrices. Una parte de su corazón se amargó cuando recordó el entrenamiento que Richard había estado repitiendo hasta el cansancio.

Richard se cepilló el cabello y se puso la camisa que acababa de traer. Luego se acercó a la cama mientras la abrochó y Elisa se giró a propósito, fingiendo estar dormida. 

—  Hmm...

No podía ver venir a Richard porque estaba acostada.

Sin embargo, su peculiar olor corporal junto con su presencia le informaron que se acercaba. Al mismo tiempo, el corazón de Elisa se hundió.

'¿Te diste cuenta..?'

Sintió su mirada sobre ella.

Elisa fingió dormir con todas sus fuerzas.

Toc. Toc.

Como para ayudarla, escuché un golpe.

Poco después, la presencia de Richard se desvaneció. 

Richard pareció quedarse en la puerta por un tiempo, pero cerró la puerta sin tener ninguna conversación con el visitante y se acercó a Elisa nuevamente.

Elisa estaba tensa, cuando escuchó que una voz venía desde atrás.

— ¿Cuánto tiempo vas a fingir dormir?

Tres segundos de silencio fluyeron entre los dos. Elisa, que había estado congelada por un tiempo, se rindió y se acercó sigilosamente. 

— Ahora, no fingía dormir, estaba un adormilada, así que solo me quedé acostada.

Richard le dio a Elisa la taza que sostenía, como si no importara. 

Elisa miró el líquido en el vaso con ojos curiosos. Era un líquido rojo claro. Había cosas flotando en él que parecían pétalos secos. 

— ¿Qué es esto?

— Es bueno para la resaca.

— Ah gracias.

Elisa se sorprendió y tomó la taza. Parecía que esto era lo que le dio la persona que vino a la habitación hace un momento.

Elisa estaba a punto de beber la medicina, pero Richard le escabulló la mano. Cuando Elisa, sorprendido por el repentino toque, se giró hacía Richard y lo miró con grandes ojos sorprendidos, Richard dejó algo en la mano de Elisa y rápidamente la alejó. 

"Bebe y duerme un poco más".

Luego se giró y salió de la habitación. Elisa miró hacia la puerta que se cerraba y luego miró la palma de su mano.

En su mano, habían dos caramelos con sabor a frutas apilados en envoltorios de papel.

'¿Por qué me diste esto?'

A él no le gustan los bocadillos como los dulces y las galletas, se preguntó de dónde sacó los dulces y por qué se los dio, pero decidió tomarlos por ahora. 

'Me siento adolorida...'

Elisa bebió la medicina que le había dado Richard. Sin embargo, su expresión tranquila se distorsionó gradualmente conforme bebía.

Elisa terminó su medicina con una mirada preocupada y dejó su vaso.

— ¡Oh, amargo!

Supo de inmediato por qué le dio dulces.


***


Después del almuerzo, Elisa tomó prestado un libro de la biblioteca y fue a la habitación como de costumbre.

Dejó mi libro sobre la mesa y escuchó un grito fuera de la ventana.

'¿Richard?'

Elisa, mirando inadvertidamente por la ventana, encontró Richard. Incluso desde la distancia, incluso si se mezclaba entre una gran cantidad de personas, la de él definitivamente era una apariencia sobresaliente.

Richard estaba con los caballeros reunidos frente a caballo.

Parece que irían a inspeccionar el territorio.

Elisa se detuvo y observó en silencio a Richard hablando con los caballeros. 

'¿Quién es este marido? Es tan guapo, ha creció muy bien. Pero...'

Fue extraño. El rostro con líneas gruesas, la altura y el cuerpo que ha crecido significativamente, la voz grave que se ha transformado, pero...

'Siento que su personalidad ha cambiado...'

Bueno, sería extraño que no cambiara durante el largo período de siete años. Fue incómodo a pesar de que han compartido la misma habitación durante cuatro días y han comido juntos en todas las comidas. 

'Ahora no puedo hacer bromas, ni siquiera puedo lidiar con eso...'

Al volverlo a ver, lo primero que sintió fue cariño, porque se sintió como si un viejo amigo de la infancia hubiera regresado, pero por otro lado, sintió pena porque el adolescente de su memoria había desaparecido. Elisa seguía poniéndose incómoda con él, sin saber qué hacer con este sentimiento desconocido.

Bueno, no importa si no estaremos juntos pronto. 

No importa si es un amigo al que solo ve unas pocas veces.

Sin embargo, a pesar de que pensé a sí, el sentimiento de arrepentimiento no desapareció. Al contrario, su mente se sintió más inquieta.

Cuando estaba pensando eso, Richard levantó la cabeza y miró hacia aquí.

Elisa, sorprendida, se inclinó rápidamente debajo de la ventana.

'¿Me has visto?'

Mientras estaba agachada debajo de la ventana, una voz familiar vino de detrás de su espalda.

— ¿Señora? ¿Por qué hace eso? 

Era Anne. Anne ladeó la cabeza a ver a Elisa agachada en el suelo.

Ante la pregunta de Anne, Elisa entró en pánico y respondió.

— Ah, creí que algo se había caído del libro, así que estaba mirando.

— El vestido se va a poner polvoriento. Lo buscaré así que parece.

— Gracias, Anne.

En lugar de Elisa, Anne se inclinó y empezó a mirar al suelo.

Mientras tanto, Elisa se puso de pie y volvió a mirar por la ventana.

Richard ya estaba a caballo con los otros caballeros.

Elisa, que miró la espalda de Richard, de repente cuestionó sus acciones.

'¿Pero por qué me escondí...?'

A pesar de que eran incómodos, no sabía por qué se escondió como si fuera una persona que había cometido un crimen.

— Anne, eso es suficiente. Supongo que no lo vi bien.

Elisa detuvo a Anne. En ese momento, alguien llamó a la puerta.

Anne se acercó y abrió la puerta. 

Fue Aaron.

— Su Excelencia está buscando a la señorita.

Elisa suspiró.

Había anticipado que tarde o temprano sería llamada por él.


***


Era una noche donde la luz de la luna brilla intensamente. Elisa estaba de pie frente a la puerta de la recámara vistiendo una bata delgada que se ceñía sobre su cuerpo. Su rostro estaba lleno de sentimientos de angustia.

Fue orden de Albert ponerse aquella prenda.

'Si desobedeces mis palabras, esas chicas con las que juegas pagaran...'

Amenazó a Elisa por Anne y otras sirvientas. Ante esa orden, Elisa no tenía forma de desobedecer.

'Richard no hará nada si yo no lo quiero.'

Creí en él y llegó así hasta la puerta, pero cuando estaba frente a él, se puse nervioso.

'Pero y si Richard cambia de opinión...'

No tenía forma de lidiar con él si cambiaba de opinión, ya fuera por su cuenta o por impulso. 

Pero ahora no podía escapar, así que Elisa abrió lentamente la puerta y entró al dormitorio con la esperanza de que Richard estuviera durmiendo. 

Miró a Richard, que estaba parado frente al balcón mirando hacia afuera. En ese momento, sus ojos revolotearon, y sus miradas se encontraron frente a frente.

Elisa rápidamente se rodeó con sus brazos y se dio la vuelta.

Mirando a su alrededor buscó algo con lo que taparse, pero no había nada que valiera la pena a su alrededor.

Elisa sintió una presencia en su espalda. Cuando Elisa miró hacia atrás, se sorprendió al ver que Richard había dado un paso hacia adelante.

Su rostro se veía tan distorsionado.


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