EXTRA 1. Cómo curar las cicatrices.
Karin, que estaba mirando a los dos, preguntó curiosa.
— ¿Ustedes dos se conocen?
— Somos amigos.
— Es mi amiga.
Los dos respondieron casi simultáneamente.
Los ojos de Karin brillaron al ver a los dos. Pensaba aprovechar esta oportunidad.
De hecho, Karin tenía muchas ganas de conocer a Elisa.
Ha estado esperando durante mucho tiempo conocerla, por desgracia, su primer encuentro tuvo que ser así. Además estaba vestida de una manera tan andrajosa.
Entonces, les ofreció té mientras pedía disculpas y se retiraba, quería cambiarse de ropa.
— Mientras tanto, ¿por qué no se adelantan y toman el té?Ansel preguntó con una expresión desconcertada.
— ¿Qué harás tú?
— No quiero atender a una invitada tan importante usando estas ropas. ¿Puedo pedirte que la entretengas mientras regreso, hermano?
A pedido de Karin, Ansel asintió.
Karin entró al castillo con una mirada más ligera, mientras decía "Volveré pronto".
— Es un honor tenerlos a ustedes dos. Los llevaremos al jardín.
El mayordomo, que recibió la orden de Karin, los llevó a los dos al jardín dentro del castillo.
El jardín de Rudea era un espacio abierto que estaba rodeado por un muro.
A pesar del muro, hermosos árboles y flores de cinco colores crecieron para formar el jardín.
Además, más allá de los muros de la fortaleza, se podía ver una vista panorámica de la ciudad del lago con casas de colores.
Era el lugar perfecto para disfrutar de una fiesta de té bajo el sol y la brisa primaveral.
— En un momento les traigo el té. Si necesitan algo, no duden en llamarme.
El mayordomo se retiró a lo lejos donde las voces de Elisa y Ansel no se podían escuchar más. Y le dijo a la sirvienta que trajera el té. Elisa miró el rostro de su amigo sentado frente a ella.
'La última vez que lo vi fue hace dos años, cuando estaba embarazada de Harness'.
Mientras tanto, intercambiaron cartas un par de veces, mencionando problemas de negocios y noticias sobre el parto, pero la última vez que se vieron fue cuando le dio la noticia sobre su embarazo.
'Tal vez es porque ha pasado tanto tiempo que se siente incómodo...'
Sin embargo, cuando vio a Ansel, quien no ha cambiado mucho en estos dos años, la incomodidad desapareció rápidamente.Elisa saludó con una sonrisa.
— Cuanto tiempo sin verte, Ansel. Nos hemos encontrado aquí.
— Lo sé. Nunca pensé que nos encontraríamos aquí.Ansel respondió con una sonrisa educada y amable.
En ese momento, sintió la mirada de alguien.La mirada de Ansel bajó a los brazos de Elisa, de donde sentía que provenía la mirada.
Harness, que estaba en los brazos de Elisa, lo miraba con ojos cautelosos.
Solo entonces Elisa notó la mirada de Harness y Ansel.
— Oh, cierto. Es la primera vez que se ven, ¿verdad? Él es mi hijo. Su nombre es Harness y tiene 18 meses.
Ansel mantuvo el contacto visual con Harness y lo saludó.
— Hola, Harness. Eres más lindo de lo que tu mamá me dijo.
— Harness, este hombre es amigo de tu mamá. El libro favorito de Harness, ha sido él quien te lo regaló, ¿le dirás hola a tu tío?
Elisa susurró, jugueteando con la manita de Harness.
Harness miró fijamente a Ansel, quien le saludaba, luego negó con la cabeza.
Sin mas, enterró su rostro en el pecho de Elisa.
Al parecer estaba siendo tímido.Ansel se echó a reír ante la apariencia avergonzada de Harness, porque sus mejillas regordetas que sobresalían eran muy lindas.
Elisa, sintiéndose avergonzada, dijo.
— Creo que podría sentirse tímido porque es la primera vez que te ve. Pero pronto se acostumbrará. ¿Verdad, Harness?
— Hu... hu... hu...
Mientras Elisa le susurraba a Harness, Harness se reía.
Era un comportamiento totalmente diferente a cuando miraba a Ansel.
Mientras tanto, la criada dejó el té frente a los dos y se fue.
Elisa, preparándose para beber, puso una galleta en la mano de Harness y dijo.
— Por cierto, es la primera vez que nos vemos en dos años. ¿Has estado ocupado?
— ¡Mamá!
En el momento en que Elisa quería hablar con Ansel, Harness se unió repentinamente a la conversación.
Elisa y Ansel, que intentaba responder, miraron a Harness.
Cuando la mirada de su madre estuvo sobre él, Harness se echó a reír.
Pero cuando Elisa volvió a mirar a Ansel, Harness volvió a jalar el dobladillo de Elisa y llamó a su mamá.
— ¡Mamá! ¡Oye!
Estaba tratando de llamar la atención de su madre.
Elisa, que notó las intenciones del niño, besó a Harness y le dijo a Ansel.
— Mi hijo está un poco celoso. No le gusta verme hablando con otras personas. Incluso le hace esto a su padre.
Al escuchar las palabras de Elisa, Ansel pensó en el hombre al que Harness se parecía, y recordó el día en que pasó a la casa del duque de Rubelin para encontrarse con Elisa, él le miró con ojos fríos como si estuviera a punto de matarlo.
'Es el hijo de su padre.'
Ansel pensó eso y respondió a la pregunta que Elisa le hizo hace un momento.
— La parte superior se vuelve cada vez más grande, así que había mucho trabajo. El agua estaba entrando, así que era un buen momento para remar.*
Aún así, visita el reino de vez en cuando. Las historias que cuentas sobre la situación en otros países son interesantes.
Ansel, que miraba a Elisa expresar su decepción, respondió con una sonrisa amarga.
— En realidad, necesitaba algo a lo que prestar atención. Hasta el punto en que no pudiera pensar en nada más.
Elisa, que notó su expresión, preguntó con ojos preocupados.
— ¿Pasó algo malo?
— Había alguien a quien tenía que olvidar.
Por su respuesta, a Elisa se le ocurrió una posibilidad.
'¿Te rompieron el corazón?'
Elisa, que sintió pena por tocar un recuerdo doloroso por nada, dudó un momento y dijo con cautela.
— Uh, um... Estoy segura de que habrá una mejor persona. Porque eres alguien bueno.
— Esa buena persona eras tú.
— ¿Eh?
— Me gustas, Elisa.
Elisa miró a Ansel hablando tranquilamente con ojos perplejos.
No esperaba esa confesión en lo absoluto.
Elisa dudó por un momento, sin saber qué responder, de pronto Harness comenzó a llorar.
— ¡Argh! ¡Papá!
— Harness, ¿extrañas a tu papá? Harness, ¿quieres ver a papá? Vamos a ver a papá en un momento.
Sorprendida por la urgencia de Harness de buscar a su padre en el momento precioso, intentó calmarlo.
Afortunadamente, Harness, que conocía la expresión "Vamos a ver a papá", dejó de llorar rápidamente.
Ansel le dijo a Elisa, quien continuó mirándolo con desconcierto.
— Las palabras de hace un momento son mi último arrepentimiento. Creo que ya puedo olvidar a mi primer amor.
Tenía una una genuina expresión de alivio al decir eso.
Elisa, que lo miraba fijamente, dijo con sinceridad.
— Gracias, Ansel. Por quererme.
— Escuchando tu historia me hace pensar que soy una persona muy genial.
— Muchas gracias por salvar mi infancia.
Ansel respondió con una sonrisa. Había sido un niño débil, que a pesar de tener un buen corazón, no podía llevarse bien con los niños de su edad.
Fue Elisa quien sacó a ese niño de su soledad.
A los ojos del niño, la niña, que era segura de sí misma e imperturbable se veía tan brillante y bonita en todas partes.
Quería ser como ella. Al principio era respeto, y después de crecer un poco más, fue amor.
Quería ser la persona adecuada para ella. Quería ser una persona que pudiera ayudarla, tal como ella lo ayudó a él cuando era niño.
Así que lo intenté, y ese esfuerzo lo convirtió en quien es ahora.
Pero ahora sabía que era momento de atesorar esos sentimientos como recuerdos de su infancia.
Le tomó bastante tiempo admitir y aceptar ese hecho.
— Elisa, espero que seas muy feliz. En serio.
— Yo también quiero que seas feliz, Ansel.
Ansel y Elisa compartieron una sonrisa.
Luego miró a Harness con ojos juguetones y murmuró.
— Es duro como su padre.
Harness ni siquiera miró a Ansel, continuó abrazando a Elisa.
Elisa sonrió al mirar a Harness.
Justo a tiempo, Karin, que se había cambiado, regresó.
— Lamento haberles hecho esperar tanto tiempo.
— Está bien.
Al unirse Karin, el tema de conversación cambió al intercambio de la tierra y Elisa.
Karin dejo fluir su respeto hacía Elisa.
— Mi abuela estaba muy insatisfecha conmigo, siendo mujer y convirtiéndome en la heredera. Pero desde que escuchó hablar sobre la marquesa, ha estado teniendo un positivo cambio de juicio.
— Estoy tan contenta de que el prejuicio de la condesa anterior se haya roto.
— Desde entonces he tenido muchas ganas de conocer a la marquesa ¡Si hubiera sabido que eres amiga de mi hermano, podría haberte conocido antes!
Elisa se sintió avergonzada por los elogios hacia ella, pera estaba orgullosa de que su movimiento se hubiera convertido en esperanza para alguien.
Dos horas pasaron desde que comenzó a hablar con Karin y Ansel.
Harness, que no podía unirse a las pláticas de los adultos, cayó en un sueño profundo.
— Tengo que irme ahora. Mi esposo debe estarme esperando.
Elisa se levantó de su asiento sosteniendo a un Harness dormido.
Richard ya debe haber terminado su trabajo, así que era hora de regresar.
Karin expresó su pesar.
— Es una pena. Me encantaría que cenaras.
— El horario es apretado, por lo que no puedo aceptar esta invitación a cenar, pero definitivamente iré si tengo la oportunidad de encontrarme contigo en el reino la próxima vez. Sería bueno que la señorita Karin visitara al duque de Rubelin.
Elisa se negó rotundamente. El propósito del viaje era pasar tiempo de calidad con Richard, quería pasar un poco más de tiempo íntimo con él.
Karin y Ansel acompañaron a Elisa al frente del castillo para despedirse.
— Entonces te veré en el reino la próxima vez.
— Sí, estaré esperando.
Karin, que estaba por enviar a Elisa en un carruaje del conde de Rudea, lo pensó un poco mejor, y le hizo una sugerencia a Ansel.
— ¿Por qué no llevas a la marquesa a su casa? No se han visto en mucho tiempo, supongo que tienen historias que contar.
Debe haber habido muchas cosas de las que quisieran hablar después de mucho tiempo sin verse, Karin lamentó haber tomado la iniciativa en la conversación.
— No, me debo despedir de ti.
Ansel intentó negarse por Elisa, quien se sentiría incómoda después de lo que él le ha dicho.
En ese momento, el viento sopló, y una voz familiar vino desde arriba.
— No creo que necesiten despedirse.
Richard bajó junto a Elisa y miró a Ansel con ojos fríos.
Luego, sin tiempo para que Karin se despidiera, tomó a Elisa y Harness y subió directamente al carruaje.
Elisa miró a Richard con desconcierto ante su repentina aparición.
Tenía una expresión inusualmente firme en su rostro, y no la miraba.
Elisa al verlo lo notó de inmediato.
Que no está de buen humor.
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Nota."El agua estaba entrando, así que era un buen momento para remar." De manera más literal sería algo como 'remar cuando entra el agua'. un proverbio que enseña a tener cuidado de no desperdiciar una oportunidad cuando se trata de nosotros.