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Como ocultar al hijo del emperador 


— ¿Hermano?

Ante el sonido inesperado, Theor sacudió su osos y parpadeó. Había curiosidad en los ojos rojos. 

El Duque comenzó a convencer a Theor con una sonrisa amable en sus ojos.

—  Nuestro príncipe. ¿No te sientes triste de estar solo todos los días?

— No estoy solo. Ahí está Levin... Panqueque.

— ¿Levin? ¿Panqueque?

— Perrito.

Theor señaló al sabueso dorado que yacía suavemente sobre su vientre junto a la mesa.

— Pero los muñecos y los perros no pueden hablar, ¿acaso eso no te aburre? Si tienes un hermano menor, te divertirás todos los días, hablarás con él, estudiarás con él y, por supuesto, tendrán muchas cosas.

Theor escuchó ansiosamente a la dulce voz.

— No digas tonterías.

Sin embargo, las palabras del Duque no continuaron.

El Marqués de Calenberg, que estaba abrazando a Theor, le advirtió al duque amenazadoramente.

— Estás diciendo todo tipo de cosas frente al principito. Si eso es todo lo que tienes que decir, vete.

Esa última palabra la dijo con desprecio.

Sus ojos parecían estar mirando basura.

No podía decir nada grosero porque Theor estaba presente.

Theor, que se había quedado quieto, intervino de repente.

— No quiero un hermano.

— ¿Eh?

— Odio a mi hermano. No necesito un hermano.

Theor recordó hace unos meses.

Fue cuando vivía en la pequeña mansión en el campo antes de conocer al Emperador.

También había un pueblo cerca de la mansión y en él vivían otras personas.

Era un pueblo pequeño, pero había niños cercanos a la edad de Theor.

Theor solía pasar el rato con los niños pequeños que venían a jugar cerca de la mansión.

Muchos de ellos jugaron con su hermano menor.

Theor aprendió allí por primera vez el concepto de un hermano menor, cuando vio a los hermanos y hermanas salir tomados de la mano.

Ese día, le rogó a su madre que le diera un hermano menor.

En ese momento, la tía Gretel también estaba en la mansión.

Gretel agarró a Theor y le explicó paso a paso.

Hay veces que no puedes tener un hermano menor. A veces tu madre puede estar muy enferma y sería peligroso el tener otro bebé.

El abuelo, que escuchó la situación, estuvo de acuerdo.

Ninguno de los dos le explicó por qué se enfermaría.

Pero Theor tenía miedo de escucharlo y se dio por vencido rápidamente.

No le gusta cuando su mamá está enferma. Así que no necesita un hermano menor.

No quiere que su madre enferme y  esté en peligro. Porque le gusta más su mamá.

El Duque murmuró aturdido mientras escuchaba la historia.

— Por qué los adultos le dicen tonterías a un niño.

— Lo que dices es más inútil.

El Marqués tomó a Theor en sus brazos y lo dejó en el suelo lejos del Duque.

— Theor, ve a Hannah ahora.

— Sí, abuelo.

Theor salió sin despedirse del Duque.

El sabueso, que estaba sentado quieto, siguió a Theor.

— No es inútil.

Tan pronto como Theor desapareció, el Señor de Reston cambió su rostro en un pequeño instante y dijo con voz seria.

— No pensé que podría obtener mucha ayuda del principito en primer lugar.

Era el viejo marqués, no el príncipe, quien podría ser de más ayuda ahora.

El Duque continuó su explicación de manera educada.

— Como mi padre sabe, Su Majestad está perdiendo interés en Astella en este momento.

— No soy tu padre.

— Desafortunadamente, no solo el estado de Astella, sino que  también nuestra familia y la seguridad del joven Príncipe dependen del amor que el Emperador tenga por Astella. ¿No es así?

El marqués Calenberg cerró la boca con una mirada desagradable.

Recientemente, el Emperador se detuvo aquí por un momento, pero regresó al palacio en poco tiempo.

Todo lo que hacía era mirar a Theor por un momento y tener una conversación con Astella.

La situación comenzó a cambiar después de la disputa sobre los asuntos de la familia Croychen.

— A otros les parece que su relación matrimonial está en peligro.

Sin embargo, el Marqués sabía que no en primer lugar no había realmente una relación en juego, Astella se negó a aceptar las intenciones de Kaizen desde el principio.

Al comienzo el Marqués pensó que era algo bueno. Tener que vivir con un hombre del que ni siquiera gusta como pareja sería de lo peor.

Pero, de pronto, Kaizen tuvo un repentino cambio de actitud que hizo que el Marqués también se molestara un poco.

Las palabras del duque Reston no estaban equivocadas.

El contrato entre Astella y Kaizen, y la situación entre Astella y Theor, dependía completamente de la forma en que Kaizen pensara.

Si Kaizen perdía el afecto por los dos, podría echarlos sin cumplir el contrato.

"Qué situación más ridícula".

Era una pena ser obligado a casarse, pero ahora Astella tenía que tratar de mantener el corazón de Kaizen.

El solo pensarlo le hizo llorar.

El Duque solo lo miró.

— Los funcionarios del Emperador ya han traído a otra mujer. Esta no es una situación en la que podamos simplemente sentarnos y observar.

— ¿Trajeron una mujer?

El Marqués preguntó con sorpresa.

El ex Emperador, a quien él sirvió, mostró una gran lujuria para las mujeres.

En aquellos días, no había día pacífico en el palacio debido a las amantes del Emperador.

El Duque chasqueó su lengua sin sorpresa en su rostro.

— Bueno, esperaba que un día el Emperador perdiera el interés en Astella… pero esto fue más rápido de lo que pensaba.

El Duque necesitaba más tiempo para recuperar terreno.

Hasta entonces, Astella debería mantener capturada la atención del Emperador.

— Sin embargo, es bueno. El Emperador puede que haya perdido su poco interés en Astella, pero aún le tiene un gran afecto.

El propio Duque lo hizo, Jacqueline, su esposa y la madre de Astell, era una dama hermosa y elegante.

Sin embargo, su relación como pareja nunca fue muy amigable. Su esposa fue una gran dama, pero ella siempre tuvo un lado tonto similar al de Astella, y los dos a menudo se peleaban porque no tenían la misma personalidad o valores.

Aún así, la razón por la que se mantuvo el matrimonio fue por Fritz.

Cada vez que el Duque estaba enojado con su esposa, lo sostenía, pensando que había un hijo entre ellos que heredaría a la familia.

Por supuesto que tenía un objetivo más macroscópico, de tener una hija para ser la Emperatriz.

— ¿Crees que eso es algo bueno para decir frente a mí?

Al escucharlo, el marqués Calenberg se enfureció.

El Duque se dio vuelta apresuradamente con una mirada sombría.

— Fritz está en el Occidente, así que soy el único que puede ayudar.

El Duque no les tenía la más mínima confianza, pero el Marqués estuvo de acuerdo con la idea de que los dos deberían reconciliarse de todos modos.

Si seguían así, tal vez tendrían más suerte.

El marqués Calenberg se tomó un momento para calmarse y preguntó en voz baja.

— ¿Entonces qué vas a hacer?

— Me encargaré de eso, y solo necesitas prestarme tu nombre.

El Duque miró a la ventana.

Había una nube de humedad en el jardín al atardecer.

— Hoy es un día encantador.


***


Astella se bañó y se puso la pijama después de la cena.

En estos días, siempre iba a ver si Theor a estaba durmiendo antes de que ella se acostara.

— ¿Qué hay de Theor?

— El príncipe fue al pabellón en el jardín por un tiempo.

— ¿En el jardín? ¿En este momento?

— El Marqués fue con él”

¿Salió a jugar un rato antes de irse a dormir?

Cuando Kaizen dormía aquí, jugaba con Theor hasta altas horas de la noche.

Pero ahora Kaizen se iba tan pronto como terminaba de cenar.

Theor se había estado sintiendo triste todas las noches.

En estos días, su abuelo materno se iba con Theor para leerle cuentos de hadas hasta que se quedaba dormido.

O extendía sus soldaditos y jugaban con ellos.

— Yo también debería ir.

Cuando Astella se levantó de su asiento, Hannah tomó rápidamente el chal y se lo puso a Astella en el hombro.

Astella salió al pasillo con un delgado chal encima de la pijama.

Gotas de lluvia caían silenciosamente en el oscuro jardín.

El pabellón en el jardín del palacio de la Emperatriz estaba conectado por un largo pasillo desde la puerta de vidrio de la sala de descanso.

Gracias a eso, podía ir sin necesidad de un paraguas.

Theor en pijama llegó corriendo hacía Astel.

— ¡Mamá!

— ¿Qué haces aquí, Theor?

Dentro del pabellón, Theor y su abuelo estaban juntos.

Vio algunos peluches de algodón y una taza de té caliente.

El abuelo sonrió y dijo:

— Salimos un rato porque Theor dijo que no podía dormir. También me duele la cabeza, así que el aire fresco ayuda.

Había signos de agotamiento alrededor de los ojos arrugados de su abuelo materno.

Debes estar cansado de cuidar siempre de Theor.

Astella sintió pena.

— Abuelo, duerme primero. Me haré cargo de esto.

— ¿Podrías?

El Marqués se despidió de Theor y regresó primero.

Como se era de esperar, debe haber estado muy cansado, por lo que Astella sintió aún más pena.

— ¿Qué estabas haciendo, Theor?

— Jugando con mis muñecos.

Theor señaló un pequeño oso de peluche en la silla.

— Este es el hermano de Levin.

— ¿Eh?

— El hermano de Levin. Es el hermano menor de Levin.

El oso de peluche esponjoso lo compraron cuando llegaron aquí.

Era un poco más pequeño que Levin. 

¿Por qué de pronto habla de hermanos menores?

— Theor, ¿quieres un hermano?

Lo ha preguntado antes.

— No. Odio a mi hermano. Mamá, no quiero que enfermes.

Astella sonrió y acarició la cabeza de Theor.

— Cuando te acostumbres a la vida aquí, te conseguiré un amigo para jugar.

Mientras crecía, sentía que necesitaba tener a un amigo de su edad que pudiera jugar con él.

Pudo ver el jardín empapado de lluvia a través de la ventana.

La llovizna empapaba el tranquilo jardín.

Sobre la hierba húmeda, la luz plateada de la luna se reflejaba.

— Theor, es hora de ir a la cama.

Astella arregló las juguetes de Theor.

En ese momento, la luz brillaba en el corredor del Palacio Imperial.

Alguien venía aquí.

Después de un tiempo, llegó una persona familiar.

— ¿Su Majestad?

Kaizen entró con su sirviente.

— ¡Su Majestad!


Traducido por: Miss M 

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