Cómo ocultar al hijo del Emperador
─ El conde de Ecklen está disgustado con el duque de Reston.
El marqués Croychen habló como recordando el pasado.
─ En el pasado, había algo de rencor entre los dos..
─ Eso es lo que escuché. En realidad tenían cierta disputa.
─ Sí, ese conde nunca se pondrá del lado del Duque.
Otro noble habló en respuesta a las palabras del Ministro del Interior.
─ El hijo del conde está cerca de la Emperatriz. Debe saber algo que podamos usar.
Florin escuchó atentamente las palabras de las tres personas junto con Marianne.
Desde que vino aquí, su padre había dejado de explicarle a sus hijas los asuntos de la familia.
Fue culpa de la esposa del Marqués y sus hijas que las cosas hubieran terminado así para la familia, así que el Marqués trazó una linea con ellas.
“Culpar a los demás te hace sentir mejor”
Ese fue el final de su conversación.
El Marqués, que estaba en el estudio, se levantó primero.
Los otros nobles salieron con su padre.
Parecía que irían a la capital otra vez antes del amanecer.
Después de que el estudio estuvo vacío, Florin le preguntó a su hermana mientras salían de la grieta en la pared.
─ ¿Escuchaste lo que dijo mi padre sobre el plan?
─ Era un plan sencillo para hacer que el Emperador desconfiara de la Emperatriz.
Marianne le explicó a Florin lo que había escuchado.
Florin no pudo cerrar la boca cuando lo escuchó.
─ ¡Qué cosa tan estúpida…!
No hay forma de que el Emperador caiga en un truco tan estúpido.
¿Quién en el mundo intenta engañarlo con un plan de asesinato tan descuidado como ese?
Florin estaba tan estupefacta que había olvidado mantener baja la voz.
Marianne estuvo de acuerdo.
─ Yo también lo creo. Pero no hay mucho que se pueda hacer tal y como está padre en este momento, por eso ha intentado eso.
Las palabras de su hermana llamaron la atención de Florin.
Gracias a su estadía en el convento, Marianne se volvió más cuidadosa que antes.
─ Deseo que ella caiga en cualquier momento.
En cambio, había desarrollado un odio amargo por la Emperatriz Astella.
─ Daphne entró al palacio. Pero el Emperador parece verla igual que el polvo.
─ Sabía que Daphne no podría hacerlo bien.
De hecho, el actual Emperador nunca se había detenido a ver a otra mujer.
Marianne sacudió la cabeza con irritación.
─ ¿Qué demonios está haciendo Naen allí?"
─ Tampoco creo que podamos esperar mucho de ella.
Florin le pidió ayuda a Velian, pero seguía sin tener noticias suyas.
***
A pesar del accidente que fue al teatro, el Palacio Imperial fluyó con calma como si nada hubiera pasado.
La única diferencia era que había un rumor extraño en el palacio.
─ Los rumores están divididos, pero el contenido principal es que la Emperatriz y el Duque han intentado asesinar a Su Majestad. Especialmente el duque…
Hannah le informó a Astella con una mirada oscura.
─ Están clamando que quiere matar al Emperador para poder convertirse en el nuevo emperador.
─ Eso no está muy equivocado.
Su padre realmente tiene ese deseo.
Pero esta vez no había sido cosa de su padre.
Tal y como lo había imaginado, el rumor comenzó a extenderse.
Hannah dijo con ansiedad.
─ Tomaremos medidas drásticas contra los sirvientes para evitar que se extiendan los rumores.
─ No hay forma de que podamos detener las habladurías en el otro palacio. Solo no dejes que el rumor se mencione dentro del palacio de la Emperatriz.
El otro palacio sería bloqueado hasta cierto punto por Kaizen.
Kaizen probablemente esté al tanto de los rumores.
La noche del accidente. Astella tuvo una conversación con Kaizen hasta altas horas de la noche.
─ No te preocupes por eso. Pase lo que pase, te protegeré.
Era una voz baja y amigable.
Astella estaba de pie frente a él en el dormitorio.
Sintió claramente que Kaizen era un hombre fuerte.
El cuerpo rígido, envuelto en músculos lisos, parecía ser fuerte, como si no hubiera forma de hacerlo caer fácilmente.
Incluso con tales sentimientos, Astella luchó para disipar la atmósfera delicada.
Pero era cierto que le era tranquilizador estar con Kaizen.
Kaizen cautelosamente se acercó unos pasos.
─ Astella.
Tocó suavemente las pálidas mejillas y los labios de Astella, como para tranquilizarla
Era un toque cálido que llegó hasta sus oídos.
─ Si su Majestad.
Astella sonrió, envolviendo suavemente su mano.
─ Yo también te ayudaré.
Entre los dos desde esa noche hubo una ligera atmósfera cálida y agradable.
Habían rumores sobre la Emperatriz tratando de matar al emperador. Fue divertido escucharlos.
El quinto día después del accidente. El jefe de los sirvientes del Emperador vino del Palacio Imperial a verla.
─ El Emperador me envió con un regalo.
Astella tartamudeó ante sus viejos recuerdos, mirando las cajas que los sirvientes dejaron.
Recordó que esto ya ha sucedido varias veces.
Kaizen ya le había enviado regalos varias veces antes, pero nunca los recibió gratamente.
En ese momento, cualquier cosa que Kaizen enviara, era molesto.
Pero recibir los regalos esta vez no fue tan desagradable o vergonzoso. Sabía por qué lo estaba haciendo.
'Estás tratando de disipar rumores inútiles …
Dentro de la caja había un collar hecho de raras perlas doradas y aretes de zafiro, había todo tipo de gemas de colores.
También había un diamante verde claro que era lo suficientemente grande como para tener que pensar en cómo usarlo debido a su peso.
Un diamante de corte simple que era un poco más pequeño que una ciruela bien cocida. ¿Cómo es que debía usar este?
Cree que sería demasiado pesado ponerlo en un collar o una horquilla.
─ Este es genial.
Finalmente, su padre, el duque Reston, recogió un diamante verde claro y lo admiró.
─ Esta es una de las reliquias de la familia Real. Es una gema preciosa como para que se le da a la Emperatriz.
La Emperatriz.
Emperatriz es el estatus más alto que una mujer Imperial puede obtener.
La forma en que su padre miraba a la Emperatriz sin dudar era vergonzosa.
El Duque también tocó cada collar hecho de perlas doradas como si calculara el precio.
Después de escuchar esas palabras, Astella no estaba de complacida.
Astella preguntó con una mirada grosera.
─ ¿Es difícil financiar el territorio?
Era una pregunta descarada: 'Papi, ¿necesitas dinero?' era lo que quería decir.
El duque de Reston leyó la burla en la cara tranquila de Astella y dejó las joyas con una mirada desagradable.
─ Hay suficientes fondos en la mansión.
Astella dio un agradecimiento formal y envió de vuelta al sirviente.
Se quitó las joyas y se sentó sola con su padre.
─ ¿Estás aquí por lo de la última vez?
─ ¿Por qué otra cosa crees que estaría aquí?
─ No lo sabría. Vienes al Palacio Imperial todos los días, incluso si no pasa nada.
El Duque había estado molestando a Theor casi todos los días desde que Astella era la Emperatriz.
Su padre seguía viniendo ocasionalmente, a pesar de que en los últimos días no había podido debido a que Astella había estado cuidando de Theor.
El duque de Reston frunció el ceño y sólo bebió la taza de té, pensando si tenía algo más que decir.
─ ¿Escuchaste que se están difundiendo malos rumores sobre el último accidente?
─ Debe ser hecho por los nobles del Emperador.
─ ¿No crees que fue el Emperador?
─ No.
Astella volvió a mirar el joyero que había dejado a un lado.
─ ¿Dices eso incluso después de mirar esto? El Emperador se preocupa por mí y por Theor. De ninguna manera está tratando de deshacerse de mi familia.
─ No lo sabes. Tal vez él piensa que solo te necesita a ti y a Theor.
Eso no era incorrecto.
Desde el punto de vista del Emperador, puede ser mejor tener solo a la amada Emperatriz y a su heredero, sin pretensiones externas e innecesarias.
Astella no respondió por un momento y luego hizo otra pregunta.
─ ¿Han estado un poco cómodos los aristócratas del emperador? ¿Quiénes son las personas de nuestro lado?
─ Es bastante. En primer lugar, el conde Rutz...
El duque de Reston comenzó a contar con los dedos y dijo el nombre de varias personas.
Hubieron varios ministros de los que Astella había oído hablar.
─ ¿Qué hay sobre ti? Escuché que el conde Ecklen ha estado aquí.
─ Se ofreció a ayudarme.
─ Lo sabía. Es sospechosamente amigable.
─ Estaba cerca de mi madre, así que está siendo amable conmigo.
El Duque, que estaba bajando la taza de té, casi se le resbala.
─ ¿Quién te dijo que estaba cerca de tu madre?
─ Mi abuelo me lo dijo.
─ ¿Ese viejo te contó incluso eso? El fue el causante principal de todo.
El duque chasqueó la lengua como si no estuviera hablando con la nieta del Marqués.
─ ¿Acaso era algo que no debería escuchar?
El duque de Reston resopló con disgusto cuando Astella hizo sus preguntas ingenuas.
─ ¿Qué quieres que te diga? Escuché que eran cercanos. Bueno, pues no tienes que preocuparte por eso, pasó antes de que nos casáramos.
Fue inesperadamente generoso. Al ser su padre, creyó que solo quería a alguien que tuviera un pasado limpio y sin defectos.
Pensó que tendría esa manera tan sucia de pensar.
Recordó que el conde Ecklen había sido expulsado injustamente cuando era joven.
─ Sentí que mi padre lo hizo. ¿Podría haber sido así?
No podía estar segura.
Aun así, su padre fue muy sensible cuando escuchó el nombre del conde Ecklen en el pasado.
─ Dejemos de tener conversaciones innecesarias. Por el contrario, quería ver a mi padre para decirle algo.
Astella también dejó la taza de té.
Luego miró directamente a su padre y sacó el tema principal.
─ Por favor, por el bien de nuestra familia, expulse al resto de los que se oponen a nuestra familia antes que del Emperador.
─ ¿Al resto?
El Duque preguntó inesperadamente. Astella dijo con una mirada fría en su rostro.
─ No puedo estar siempre a la defensiva. Si siguen persiguiendo a nuestra familia, tendremos que tomar represalias. Aún sigues ansioso por los nobles del Emperador.
─ ¿El emperador se quedará quieto?
Astella lo enfrentó con una mirada profunda.
─ Incluso si Su Majestad apunta a padre, podemos atacar a los nobles y deshacernos de ellos para que no queden nadie al lado del Emperador.
─ ¿Eliminarlos?
─ Fueron ellos quienes primero usaron veneno y ahora pólvora, así que no puedes decirles que hagan lo mismo.
El duque de Reston se dio cuenta de que Astella le recordaba a él mismo.
Incluso sus ojos verde claro y el cabello rubio platino eran similares a los de él, así como esta personalidad era sin duda heredada de él.
A su manera, al Duque le gustaba Jacqueline, su esposa, la madre de Astella.
Pero ser responsable de ella fue un proceso bastante duro.
Porque Jacqueline era tontamente aficionada a ese teniente sin importancia.
El joven Duque que sabía de sus sentimientos, simplemente lo ignoró en su mente.
“Eso es algo que Astella le heredó."
Afortunadamente, Astella había sacado una cabeza fría, que se parecía más a la de él, el Duque.
No se arrepentía de haber hecho de Jacqueline su esposa.
No había arrepentimiento porque ahora tenía una hija que se convirtió en la Emperatriz y tuvo un hijo para ser el sucesor.
Aunque usó algunas tácticas sucias para poder obtenerla.
El Marqués era muy tonto como para detener lo que su hija estaba haciendo, y ella no parecía recapacitar.
En ese momento, el Duque de Reston era un joven prometedor, que heredaría el puesto de Duque y la fortuna.
Fue muy fácil deshacerse del teniente insignificante y forzar el matrimonio aprovechando la debilidad de la hija del Marqués.
El Duque respondió satisfactoriamente, rememorando los recuerdos de esa época.
─ Sí. En primer lugar, eliminemos el Ministerio del Interior que empujó a su sobrina cerca del Emperador.
Traducido por: Miss M