Cómo ocultar al hijo del Emperador
La criada pelirroja levantó la cara ante las palabras de Astella.
No había signos de vergüenza, a pesar de que entró en el palacio sin permiso y estaba siendo reprendida por la Emperatriz.
Más bien, miró al Astella como si no fuera la gran cosa.
Ojos centelleantes que miraban a Astella de arriba a abajo.
Astella estaba estupefacta.
— ¿No vas a responder mi pregunta? ¿Por qué está aquí una doncella del Palacio Imperial?
Después de su inspección, la criada abrió la boca suavemente como un gato satisfecho.
— Lo siento, Su Majestad. Ha pasado mucho tiempo desde que vi a mi amiga que vine a pedirle un favor.
Era una actitud tan desdeñosa que Astella se preguntó por un momento si acaso había olvidado la etiqueta de la Corte Imperial.
— ¿Amiga?
Naen se endureció como el hielo, solo mordiéndose los labios.
Incluso de un vistazo, Astella se daba cuenta que no parecían ser cercanas.
— Sí, Su Majestad. Nien y yo hemos sido amigas cercanas desde que éramos niñas.
En ese momento, Astella se dio cuenta de quién era esta señorita.
La vio unas pocas veces hace unos seis o siete años.
Definitivamente era un familiar colateral de la casa Burgen.
— Lady Daphne. No soy mayor que su majestad.
Mirando hacia atrás en los recuerdos de una antigua época, ahora parecía estar sobre la edad adulta.
No pudo identificarla rápidamente porque su impresión de ahora era muy diferente a la que fue cuando era una niña.
Antes solía tener un aspecto más lindo.
Bueno, fue antes de llegar a la edad adulta.
Como Astella sabe, esta señorita era la sobrina del ministro del Interior.
También era la mujer que fue llevada al Palacio Imperial por los aristócratas para convertirla en la concubina de Kaizen.
Era por eso que estaba molestando a Naen, porque quería ingresar al Palacio de la Emperatriz como sirvienta.
Daphne respondió con calma.
— Sí, la estoy cuidando como si fuera una hermana.
Cuidándola como una hermana mayor. Parecía que solo le estaba gritando.
— La señorita Naen es una dama de honor, alguien que me ayuda. Pueden estar cómodas en privado, pero una doncella no le debería levantar la voz en el palacio.
Una doncella y una dama de honor eran diferentes.
La doncella es literalmente una criada, pero las damas de honor eran una especie de nobles de bajo rango, que desempeñaban cargos como el de una secretaria o empleada, que asistían a la Emperatriz.
Claramente había una diferencia de posición.
Daphne, que había mantenido la boca cerrada, sonrió suavemente y dijo:
— Hemos sido cercanas por mucho tiempo, así que nos hemos olvidado de nuestros modales y nos tratamos sin ningún remordimiento. Por favor, comprenda generosamente.
Mirando a esta señorita, le recordó a la hermana de Florin, Marianne.
Marianne era odiosa, pero estaba un poco ciega. Daphne era mucho más descarada que Marianne.
— Dijiste que eres una doncella del Palacio Imperial, ¿Quién te dio permiso para entrar aquí?
Daphne tartamudeó, fingiendo estar avergonzada, como si esperara esto.
— Lo siento, Su Majestad. Bueno, Yo... simplemente no sabía que tenía que tener un permiso después de ingresar al Palacio del Emperador. Por favor perdóname.
Se dio cuenta que parecía tener practicado esto por adelantado.
— Sé que ha pasado más de un mes desde que entraste al palacio. ¿Acaso te has estado moviendo a voluntad en el Palacio?
— Como dije, todavía no soy buena con los modales...
Respondió Daphne con una mirada descarada.
— Pensé que podía visitar durante el día sin permiso. Lo siento, Su Majestad.
Astella estaba realmente curiosa acerca de por qué esta señorita creía que podía actuar tan descaradamente. ¿Acaso estaba demasiado confiada en el poder de su tío?
Bueno, Emperador tenía plena confianza en el Ministro del Interior.
Los ojos con los que miraba a Astella eran un poco hostiles.
— No puedo dejar en el palacio a una sirvienta que ni siquiera sabe cómo quedarse en su respectiva área. Le diré al administrador de los sirvientes que te saque del Palacio Imperial.
— Su Majestad, entré en el Palacio Imperial bajo el permiso de Su Majestad el Emperador.
Daphne de repente puso una cara triste.
— Si me lo permite, me gustaría que me dejara pedirle perdón al Emperador porque he hecho algo malo.
Daphne quería decir que no podía ser despedida por la Emperatriz porque era una sirvienta contratada por el Emperador.
También expresó descaradamente su voluntad de ir a ver al Emperador, hablar sobre la situación con él y llamar su atención..
"Esto es tan descarado que hasta es admirable".
Por otro lado, Naen, solo las estaba mirando desde un lado.
De hecho, el Palacio del Emperador era literalmente el Palacio del Emperador, porque todos los sirvientes y sirvientas que trabajaban allí eran nombrados por el propio Emperador.
Por supuesto, el Emperador estaba demasiado ocupado como para hacerse cargo de todos sus sirvientes, por lo que la mayoría de ellos eran inspeccionados por el encargado en jefe.
En cualquier caso, incluso los asistentes de la Emperatriz no podían ser despedidos libremente sin antes consultarse al Emperador.
Daphne parecía creerlo así.
— No, no puedo dejar que molestes al Emperador, está ocupado con asuntos políticos, no tiene tiempo para asuntos tan triviales.
Astella habló en un tono moderado.
— De todos modos, el Emperador me ha dado el control total sobre los asuntos del Palacio Imperial. No tengo la necesidad de decirle.
— ¿Qué?
— El Emperador me ha dado el permiso para encargarme del personal. Así que está en mi poder el encargarme como se me plazca de alguien que ha estado en el Palacio Imperial por un mes pero aún no sabe las reglas básicas de etiqueta.
Pocas personas sabían este hecho, pero de todos modos no era una mentira.
Kaizen se lo dijo a Astella al mismo tiempo de su matrimonio.
Haz lo que quieras hacer con el Palacio Imperial.
El que la Emperatriz recibiera tanta autoridad sobre el palacio era raro.
Así que, como era inusual, Astella no le dijo nada a nadie.
Después de decir eso, fue que la fina cara de Daphne se puso pálida.
—Me equivoqué, Su Majestad. Por favor perdóneme.
De repente se volvió cortés. Tal vez realmente pensó que podría ser expulsada.
De hecho, Astella no tenía intención de expulsar a esta dama.
Si la nobleza se enteraba de que la Emperatriz había corrido a la criada que habían traído para el Emperador, entonces abriría la puerta a las habladurías de que estaba celosa y por eso la echó.
No iba a dejar que esta arrogante señorita fuera tan lejos.
— Dígale al encargado de los sirvientes lo que ha sucedido hoy y que te vuelvan a entrenar en la etiqueta.
Había una vieja doncella en el palacio que enseñaba modales.
Escuchó que la educación de etiqueta que reciben eran tan estricto como el dado por los maestros en un entrenamiento militar.
Daphne también parecía asustada como si supiera ese dato.
— Sí, Su Majestad.
— Deja de venir.
Daphne apretó los labios, apenas se inclinó y salió.
Astella sintió que su cara estaba caliente debido al trabajo inútil que la hacían hacer.
Entonces regresó por el jardín.
— Lo siento, Su Majestad.
Naen se disculpó mientras seguía a Astella.
— La hermana Daphne no es una mala persona...
Naen soltó el final de sus palabras sin poder.
" No es una mala persona, pero ¿te gustaría decir que es demasiado pretenciosa?".
Supone que eso es lo que significa. Astella caminó aún sin responder, solo pudo sentir la presencia de Naen detrás de ella.
Nsen dudó y dijo de nuevo.
— Daphne parece querer ser la concubina del Emperador.
Astella respondió sin girar.
— Pues esa es la decisión de Su Majestad...
En la historia del imperio, han sido poco los Emperadores que no han tenido una concubina. Si no hubo selecciones aceptadas oficialmente, aún así tuvieron un ligero enredo y las dejaron de lado.
— Además…
Astella estaba por de hablar, pero cerró de nuevo la boca.
Naen parecía estar preocupada por Astella.
Siguió caminaba hacia adelante y entonces dijo.
— Dime si algo más te molesta. La señorita Naen es mi responsabilidad, así que me encargaré de cualquier cosa.
— Gracias, Su Majestad.
— Siempre puede hablar conmigo, incluso si hay otras cosas difíciles.
Le dijo eso porque pensaba que podría ser incómodo para ella quedarse en el Palacio de la Emperatriz, pero Naen sacudió la cabeza de inmediato.
— Nada es difícil. Me gusta aquí.
Astella miró a su alrededor.
Naen habló con franqueza.
— Si estoy aquí, hay trabajo que hacer y es conveniente.
Nadie estaba enojado ni se quejaba. Cada vez que estaba en la mansión, tenía que escuchar las quejas de su hermana mayor o madre, y tuvo que complacer los sentimientos de su padre y su segunda hermana.
Comparado con eso, la vida con la Emperatriz era cómoda.
Después de ayudar a Astella con el papeleo durante el día, era completamente libre.
Nadie interfería con nada en el palacio.
— Me alegra que estés bien.
Le agradaba Nien porque era sincera e inocente.
Astella caminó primero y pensó en Daphne, a quien acababa de conocer.
Burguen, el actual Ministro de Asuntos Interiores, solía estar bastante cerca de la familia Reston.
No era una gran familia, pero recuerda que él era un funcionario de clase media incluso en aquellos días.
Con una sobrina tan hermosa, que parecía querer presentarla ante el Emperador.
— Esto era inevitable.
Astella no pensó que Kaizen envejecería mirándola solo a ella para siempre.
Además, el matrimonio de los dos fue un matrimonio por contrato, con un período de tiempo fijo.
"Cuando termine el contrato..."
Ni siquiera ella estaba segura de lo que sucedería después.
Le ha asegurado que podrá irse, pero se pregunta si Kaizen realmente la dejará ir.
Además estaba preocupada de si Theor estaría a salvo incluso si se fuera.
“¿Me puedo ir?”
Astella no podía tomar una decisión fácilmente, a diferencia del comienzo.
Astella tenía que pensar en el futuro de Theor.
Para que Theor permaneciera en la posición de Príncipe Heredero, ella debía de mantenerse como la Emperatriz.
No sabe cómo pueda cambiar su relación con Kaizen, pero a menos de que ocurra algo especial, cree que es una buena idea vivir como la Emperatriz.
“Algo especial...“
Lo especial que podría cambiar en esta situación era la opinión de Kaizen, y si sigue así, ¿perderá algún día el interés en ella y encontrará a otra mujer?
Hace algún tiempo, su abuelo materno, el marqués de Calenberg, le preguntó un poco preocupado.
— ¿Estás pensando en quedarte así?
Aquella observación estaba llena de ansiedad sobre el futuro de su nieta.
Tenía que decidir.
Cómo prepararse para el futuro.
Astella caminó por el sendero del jardín, pensando desde diferentes ángulos cómo arreglar su vida.
Debía de tomar una decisión de cualquier manera, si estaba lista para irse y rehusar aceptar a Kaizen por completo.
***
En lugar del Ministro del Interior, Burgen, chasqueó su lengua cuando escuchó las noticias del Palacio Imperial.
— Qué cosa fue esa…
Las noticia del palacio no era nada especial.
Se dijo que Daphne estaba avergonzada porque la Emperatriz la había regañado.
Eso era ridículo y patético.
— ¿Por qué atraes la atención de la por cosas tan patéticas cuando nisiquiera puedes llamar la atención del Emperador?
Su sobrino le escribió una carta quejándose patéticamente.
La leyó a medias, la rompió y lo tiró.
Estaba molesto por lo inútil que era su sobrina.
Daphne debió de ser capaz de llamar la atención del Emperador cuando él y la Emperatriz parecían estar distantes.
Lejos de llamar la atención, el Emperador pareció ver a Daphne como un adorno dentro del Palacio Imperial.
Después de que la familia Croychen fuera expulsada, Daphne tenía el sueño de sentarse al lado del Emperador y obtener poder.
Pero ese sueño quedó en nada cuando el Emperador y la Emperatriz se reconciliaron.
Daphne, como ya lo había esperado, también fracasó salvajemente y, al final, estuvo en contacto con el marqués expulsado de Croychen y solo estaba vigilando los pasos del emperador.
— Señor.
El criado llamó a la puerta a toda prisa.
— ¿Que está pasando?
— Es de la familia Croychen, ha llegado un libro secreto.
— ¿Secreto?
¿Por qué de repente enviaron un paquete secreto?
Hace apenas unos días vio al Marqués.
¿Había alguna noticia nueva?
Habían transcurrido cuatro semanas, y ya estaba recibieron un paquete, él lo recibió con una mirada misteriosa.
El sello y la letra usados en el sobre eran claramente del Marqués de Croychen.
Así que sacó la carta y la leyó, lo que había en el libro lo dejó asombrado.
La larga carta tenía contenido inesperado.
Traducido por: Miss M