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Cómo ocultar al hijo del Emperador. 


Al bajar las escaleras, Velian notó a Astella teniendo una conversación con el sirviente del emperador. A lo lejos, todo lo que podía ver era solo su costado, pero Velian vislumbró el siempre tranquilo y elegante rostro de Astella, horriblemente pálido. 

Se acercó a ellos preocupado.

— ¿Lady Astella?

Fue a ver si algo había sucedido, pero cuando llamó a Astella, y ella giró unos segundos después.

Astella sonrió calmadamente hacía Velian.

— Oh, conde. Nos vemos de nuevo.

Su cara no era diferente a la usual. No estaba pálida ni blanca como una sábana.

"¿Lo vi mal?"

Cuando se giró hacia el sirviente, el hombre mayor rápidamente explicó la situación. 

— Su Majestad llevó a Theor al pabellón de caza. Solo estaba tratando de contarle a la señora Astella al respecto.

— ¿Qué?

— ¿Al pequeño niño? No, ¿por qué?

El pabellón de caza era un lugar remoto en medio del bosque. La villa fue construida con el temor de que una vez en el bosque no pudieran regresar al castillo después de cazar.

Alrededor de ese lugar solo había puro bosque. No era un lugar para llevar a un niño de paseo.

Además, a Kaizen no le gustaban especialmente los niños.

"¿Por qué hiciste algo tan extraño de repente?"

Velian, que tenía muchas dudas, miró a Astella inmóvil y concluyó la respuesta.

"No me digas...  ella es la razón"

Astella, que estaba de pie en silencio, le preguntó a Velian en un tono casual.

— Conde, ¿cuánto tiempo se tarda de acá hasta el pabellón de caza?

— Si vas tan rápido como puedes, estarás allí en una hora.

Una hora.

Si se iba ahora, ¿podría llegar a tiempo?

Pensó que incluso si se iba lo antes posible, sería impresionante si lo lograba antes de que el medicina disminuyera. La punta de su dedo tembló ligeramente.

Astella escondió su dedo tembloroso en la manga del largo vestido y nuevamente habló con Velian.

Astella se esforzó por mantener una expresión tranquila sin mostrar ningún nerviosismo. No quería mostrar ningún hábito vergonzoso frente a este hombre.

No debía entrar en pánico.

Seguramente las cosas se solucionarían rápidamente.

— Como dije antes, el niño tuvo gripe hace poco...

Astella habló con calma  y con una sonrisa constante.

— Está tomando medicamentos cada tiempo. Es por eso que traje la caja de medicamentos.

— Oh, sí. Lo dijiste antes.

Cuando los niños pequeños están enfermos, a veces continúan tomando suplementos durante uno o dos meses después de la enfermedad.

Fue una excusa que surgió como una idea improvisada, de que tenía suplementos nutricionales para el niño, en la caja de medicamentos.

Era una excusa poco convincente, pero no había otra razón para insistir en ir a buscar al niño.

— No es urgente, pero ¿puedo ir hacía allí y darle el medicamento?

Velian miró a Astella sorprendido.

Era un día lluvioso afuera. El agua caía a cántaros.

No podía creer que iría hasta el pabellón de caza para darle el vitaminas. Fue realmente un esfuerzo vertiginoso. Velian pensó que incluso su propia madre no sería capaz de cuidar a su hijo con tanta dureza.

¿O es porque no confía en su majestad? ¿Piensa que puede perder al niño?

Aunque Kaizen era un Emperador competente que gobernaba el país admirablemente, no era, por supuesto, un hombre al que se le pudieran confiar los niños.

Aunque el Emperador nunca había estado a cargo de un niño, habían algunos caballeros y sirvientes en el pabellón de caza, que podrían ayudarlo a hacer el trabajo.

"Bueno, no quiero decirle que no."

Velian quería tener una buena relación con la elegante ex-Emperatriz.

Su Emperador parecía estar interesado en ella.

— Claro. La parece que la lluvia pronto se calmará, puedo llevarla al pabellón de caza. Pediré que preparen un carruaje.

— No, si no te importa, prefiero ir por mi misma a caballo. Ha pasado mucho tiempo desde que monté uno en un bosque como este.

Astella, con una sonrisa, interrumpió a Velian que estaba comenzando a coordinar a los sirvientes.

No fue exactamente una petición rara, pero Velian la sintió un poco extraña.

No conocía a la ex Emperatriz desde hace mucho tiempo, pero por lo que había observado de Astella, ella no era del tipo de persona que pareciera querer montar a caballo en una situación como esta, entonces, ¿por qué de repente se comportaba así? ¿Debía ir al niño con tanta urgencia?

Estudió a Astella cuidadosamente.

Pero la cara sonriente de Astella no revela ninguna sospecha.

No hubo nerviosismo urgente, ni la crisis de una persona desesperada.

Velian asintió después de un breve silencio.

— Por supuesto, haga lo que usted guste. Me siento más cómodo así que ordenando.

***

La lluvia fría golpeaba las ventanas sin piedad.

El clima había estado muy bien hasta que llegaron a la villa, pero tan pronto como entraron, llovió tan fuerte como si el cielo hubiera sido perforado.

Al llegar, el grupo de Kaizen tuvo que encerrarse en la villa.

— Está lloviendo otra vez.

Theor miraba a través de la ventana y murmuraba alegremente.

La mano del niño dejó marcada sus huellas digitales en el vidrio.

Kaizen, sentado en la sala del estudio de la villa, miró a través de la ventana.

Sonrió sin alegría.

— ¿Debería mostrarte al oso de aquí?

— ¿Está aquí?

Ante el comentario, Theor se le acercó entrecerrando los ojos.

Kaizen se levantó de su asiento con una sonrisa.

— Por supuesto que lo tengo aquí.

Estaba tan emocionado que siguió al Emperador felizmente.

Un muy emocionado Theor siguió a Kaizen con pequeños brincos hasta el salón, que sirve como comedor.

El salón de banquetes en medio de la villa estaba lleno de varias decoraciones.

Kaizen dirigió al niño frente a un gran adorno que estaba en una pared. La cual estaba decorada con ballestas y pistolas de caza y debajo de ellas había un oso, que llegaba hasta el techo.

Exactamente, un oso embalsamado de 2 metros de alto, con cabello castaño esponjoso y garras afiladas

— ¿Oso?

Theor miró fijamente al animal.

El oso estaba parado con su palma, tan grande como un plato, extendida. Mostraba sus colmillos puntiagudos salir de su gran hocico.

Theor pensó que así no era un oso.

Este no sonríe más, ni era esponjoso, redondo o lindo... Como su oso de peluche.

No era como él lo había imaginado.

Era como una bestia aterradora e intimidante, en lugar de esponjosa.

Theor se volvió hacia Kaizen con una mirada sospechosa.

— ¿Es esto un oso?

— Sí. ¿Es la primera vez que ves un oso de verdad?

Un oso real, era muy diferente de lo que se imaginaba, Aún así Theor se acercó al oso con cuidado.

No importa cuán grande era el oso, incluso si Theor extendía la mano, apenas podía alcanzar la cintura del oso. Theor agarró la pierna del oso con ambas manos.

El pelaje del animal era tieso.

Cuidadosamente empujó la pierna del oso, pero las patas del animal ni siquiera se movieron. Una vez más, lo intentó y empujó con ambas manos, pero el oso aún no se movió. Solo se quedaba quieto como una estatua con los brazos extendidos y la boca abierta.

Theor retiró la mano del oso y giró para preguntarle a Kaizen.

— ¿El oso no se mueve?

— Por supuesto que no se mueve.

— ¿Por qué?

Theor parpadeó con sus ojos azules y una cara inocente.

Kaizen no se imaginó que lo que diría le afectaría tanto al niño.

Entonces respondió sin pensarlo mucho.

— Porque está muerto.

La respuesta que provocó el comentario fue tremenda.

Theor miró a Kaizen con asombro. Los ojos azules del niño temblaron fuertemente. Pudo ver sus pequeños labios retorcerse.

En este punto, Kaizen que se había dado cuenta de lo que dijo, estaba un poco avergonzado.

Theor miró a Kaizen de una manera que parecía que el mundo se había derrumbado.

La temblorosa voz del niño le preguntó.

— Oso.... ¿Por qué murió?

— ...

A su edad, Kaizen era un monarca de cabeza fría que nunca entró en pánico, dirigió una guerra y la ganó.

Fue un poderoso Emperador que nunca perdió su dignidad frente a muchos grandes nobles, incluidos los antiguos duques que tenían la edad de su padre.

Pero acá, parado frente al pequeño niño tembloroso de rostro desconcertado, Kaizen no tuvo el valor para decir la verdad: Porque lo atrapé.

— Oh... oh, sí mira, aquí está una pistola de caza que solía usar tu abuelo.

Avergonzado, Kaizen señaló una la larga pistola de caza que colgaba de la parte posterior del oso, en un intento de cambiar el tema.

— Es un arma anticuada. Se rompió hace mucho tiempo, así que quité el interior del tubo central y dejé el exterior. ¿Quieres tocarla? De todos modos, no puedes poner una bala dentro de ella. Así que puedes usarla como juguete.

Kaizen que nunca había tratado con niños creyó que le gustaría el arma por ser un niño.

Intentó hablar lo más que pudo para mantener al niño interesado.

— ....

Pero no obtuvo una respuesta favorable.

Incluso si apuntó al arma a la pared y explicó esto y aquello, Theor solo miraba a Kaizen con la boca abierta.

Kaizen se dio cuenta tardíamente de esto.

El niño no tenía la menor comprensión de lo que significa, ya sea; caza, pistola de caza o cualquiera de los términos que había estado empleando en los últimos minutos.

El niño todavía estaba en estado de shock, meditando sobre un solo hecho: Que este oso sorprendentemente grande estaba muerto.

No había obtenido ninguna respuesta formal del niño, y mucho menos una alegre, a pesar de que Kaizen había hablado sobre sus valiosos rifles de caza.

Todo lo que Theor hizo fue mirarlo con una cara en blanco.

Kaizen preferiría regalarle la pistola a Astella, que observar la cara de desconcierto del niño. Ella por lo menos lo miraría fríamente y luego negaría el regalo.

Ahora el niño probablemente se pondría a llorar de inmediato.


Traducido por MissM

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