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Cómo esconder al hijo del Emperador



La anciana se quedó pensando en las hierbas que había visto.

"Bueno, si no son venenosas, no creo que les importe saber para qué sirven.".

La vieja farmacéutica disfrazada de sirvienta pensó así.

— No tiene ningún tipo de hierba venenosa o peligrosa que pueda dañar a las personas.

Habían estado tan nerviosos pensando que podría tratarse de alguna conspiración contra el Emperador que le habían pedido que echara un vistazo a la medicina que llevaban.

Se había preocupado si había algún traidor que quería envenenar al Emperador, pero no era más que una joven de aspecto tranquilo que cuidaba un niño.

Además su comportamiento era muy educado y digno, parecía una persona muy noble.

Además su cuidado hacía el niño también fue dulce y amable.

No parecía ser del tipo de persona que ocultara drogas sospechosas.

— Díselo al señor, por favor. Ya he terminado con mi misión, así que voy a volver.

Terminó su informe y bajó las escaleras.

***

Un vapor blanco se levantó dentro del baño de madera. En la bañera hecha de piedra grisácea, se preparó agua tibia, humeante y caliente.

El agua tibia olía a hierbas delicadas. Reconfortaba su mente.

Tan pronto como Theor desempacó la toalla y vertió agua sobre ella, se metió en la bañera y jugó solo, jugando con una vasija.

— ¿Te gusta tomar un baño?

— Sí. Está caliente.

Astella se acercó a Theor, que estaba jugando en la bañera.

— Es hora de poner la medicina. Primero te pongo la medicina y luego nos bañamos.

Astella levantó su mano y puso su dedo en la horquilla.

Había atado la botella de cristal fijamente a la horquilla de mariposa.

Mientras sacaba lentamente la horquilla, la pequeña botella de vidrio de líquido azul apareció a través de su cabello rubio platino.

Astella miró la botella de vidrio en su mano.

"Si no me hubiera dado cuenta rápidamente, podrían haber encontrado la poción."

Fue una bendición que las yemas de los dedos de la criada rozaran con ella cuando le dio la taza de té. Eso hizo que viera los dedos de la sirvienta.

Aunque fue solo un momento, Astella vio claramente los dedos arrugados de la mujer.

Había suciedad en la punta de sus uñas, algo amarillento, que contrastaba contra la taza de té blanca. Astella vio varias veces esas uñas teñidas.

Gretel, la farmacéutica que ayudó a Astella, siempre tenía hierbas en la punta de las uñas. Dijo que debido a que cava y corta las hierbas todos los días, las uñas absorben el jugo y no desaparece.

No hay forma de que una vieja sirvienta que trabaja en el castillo toque el suelo a tal punto que que el color de las hierbas se le impregne en las puntas de los dedos.

Incluso si había poco personal y los aldeanos eran contratados por un corto período de tiempo, no iban a contratar a un sirviente que trabajara en una granja y constantemente tocara la tierra para servir al Emperador.

"Hay otra pista."

El árbol de ciruela plateada a través de su ventana.

Las hojas plateadas en el jardín se marchitaron, mostrando claramente la fiebre del lugar.

Sin embargo, no ha habido casos de fiebre en el pueblo.

Y solo hay una razón por la cual no aparecen pacientes en esta aldea rural subdesarrollada durante la enfermedad.

"Es porque en este pueblo hay un farmacéutico."

Quizás la mujer de antes es la farmacéutica del pueblo.

Seguramente le ordenaron que revisara el equipaje y la caja de medicinas de Astell, así que tuvo que disfrazarse de sirvienta.

Esa sería la misma razón por la que le asignaron un dormitorio en la torre oeste con un baño público y le enviaron una sola criada.

Si se trata de un baño privado, podría pedirles a sus criadas que se le preparara el baño en cualquier momento, o que primero bañaran al niño y luego a Astella.

En el anterior castillo, siempre lavaba a Theor primero antes de bañarse ella.

Sin embargo, si les resulta difícil preparar el agua porque es un baño público, deberían tener que bañarse los dos al mismo tiempo.

Y no podría pedirle a una sirvienta anciana que prepara un baño dos veces.

Astella chasqueó su lengua.

Hicieron todo lo que pudieron para tener a los dos juntos. Bueno, así les sería más fácil revisar su equipaje si ambos estaban en baño.

Además dentro del baño no podía portar ropa.

En el tiempo que dure el baño, podrían revisar tanto la habitación como su equipaje.

Este era un plan muchísimo más elaborado que el anterior, y también muchísimo más desagradable en algunos aspectos.

Astella frunció en ceño.

Ni siquiera tenía que pensarlo, ya sabía quién lo había ordenado.

Marianne, que había revisado el botiquín de Astella antes, todavía está en prisión en el castillo.

Solo Velian, el secretario del Emperador, de entre todo el grupo de trabajadores, era el que tenía el poder para ordenar tal cosa. No podía creer que hubiera hecho algo tan obvio.

Sin embargo, lo hizo también cuando se conoció.

"La rebelión puede estallar en el sur". Le dijo, tratando de engañar a Astella con una mentira obvia.

Qué simple es...

"de alguna manera aún no me gusta".

Este vez se ha dado cuenta a tiempo así que no ha pasado nada.

Astella se dio cuenta que seguramente sospechó algo cuando la vio corriendo al pabellón de caza bajo la lluvia, así que creó una oportunidad como esta para revisar los medicamentos.

"Es por eso que las personas rápidas y suspicaces son incómodas."

Astella que se dio cuenta del propósito de la mujer, atrajo la atención de ella hacía el oso de peluche, porque es un lugar fácil en el cual se pueden esconder cosas dentro, por ser un muñeco relleno de algodón.

Así que si cargaba el muñeco, ella lo notaría.

Como era de esperar, la vieja sirvienta estaba tan interesada en el oso de peluche que no le prestó atención al cabello de Astella.

"Tendré que tener aún más cuidado a partir de ahora."

Astella agarró la botella de medicina en su mano.

Dentro de la botella de vidrio fría y lisa, la medicina azul tiembla lentamente como una ola.

"Si el farmacéutico la hubiera notado...."

Es posible que no sepa exactamente qué es el medicamento, pero un farmacéutico experimentado puede notar que contiene ingredientes que cambian de color. El simple hecho de pensarlo era algo vertiginoso.

"Una vez más he tenido suerte".

Pero no hay forma de que tenga tanta suerte la próxima vez.

Astella se recuperó.

"Solo quedan unos pocos días ahora. Debo mantenerme alerta y pasar el resto del tiempo desapercibida."

Después de hacer tal voto, llamó a Theor.

— Theor, pongamos la medicina primero y bañémonos.

Theor se acercó con calma a Astella.

Astella puso un poco de medicina en los ojos de Theor.

— Bien hecho.


Traducido por MissM

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