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Cómo esconder al hijo del Emperador


Pero Astella le entregó el sándwich al viejo Marqués sentado al otro lado sin mirar a Kaizen.

—Por favor abuelo, coma.

— Si, gracias.

Kaizen bajó su mano impotente.

— ...

Fue una escena muy triste y vergonzosa.

Su Majestad debe haber pensado que era para él.

Mirando a la pobre imagen de su señor, Velian sintió una sincera simpatía por Kaizen.

Cuidadosamente extendió el pastel de carne frente a Kaizen.

— Yo... Su Majestad. Tenga esto.

— No hay necesidad.

Kaizen no tocó la comida y simplemente tomó del vino que Velian sirvió.

A diferencia de Theor, los cuatro adultos que se sentaron juntos, no tenían de qué hablar mientras comían.

Estaban simplemente incómodos y avergonzados. Velian, que trabajaba para Kaizen, quienes no eran del agrado del marqués Calenberg, Astella y Kaizen era una pareja divorciada, y Velian y Astella que habían tenido diferencias...

Astella no quería estar en contacto con Velian por mucho tiempo desde de que la envió al baño público y rebuscó en su ropa y equipaje.

Estaban incómodos el uno con el otro y sin un tema en común.

Naturalmente, sólo había un silencio incómodo y pesado.

— Esto es realmente delicioso. ¿Puedo tener uno más?

En medio del silencio, solo Theor disfrutó de la comida.

— Sí, puedes comer tanto como quieras.

Theor comió un sándwich entero y un pedazo de pastel de carne que Velian le había dado.

El pastel dulce y jugoso se derritió suavemente en la boca.

— Oh, es cierto. Lady Astella, conociste a Sir Serbel en el baile, ¿verdad?

Fue Velian quien rompió este incómodo silencio.

— ¿El Caballero Comandante de Lamberg?

— Sí, él. Él y yo hemos sido mejores amigos desde que éramos niños.

— ¿De verdad?

Un joven del norte con cabello plateado y ojos celestes le vino a la mente.

Era cortés, gentil y tenía una buena impresión, pero ante las palabras de que era el mejor amigo de Velian su impresión disminuyó.

El marqués, que todavía escuchaba en silencio, eso le llamó la atención.

— Si tiene más o menos tu edad, debe ser joven, pero ¿ya es caballero?

— Sí, él es realmente muy bueno.

Velian habló con orgullo y agregó poco al final.

— Bueno... el Conde Ecklen, el nuevo oficial militar del ejército.

— ¿Quién?

— El oficial militar, el Conde Gerald von Ecklen, es el padrastro de Serbel.

Astella recordó algo cuando escuchó el nombre.

— Oh, sí. Abuelo, me pidió que lo saludara. Me lo pidió desde el baile, lamento haberlo olvidado.

Pasaron tantas cosas después del baile que se le olvidó por completo.

Incluso si se entregó tarde, el marqués no tenía respuesta.

Astella se sorprendió un poco al ver a su abuelo sentado con una cara desconcertada.

— ¿Abuelo?

— ¿Gerald von Ecklen se convirtió en servidor del servicio militar?

— Sí, ¿lo conoces?

Ante la pregunta de Velian, el marqués estaba asombrado y alerta.

— Oh, no. Solíamos conocernos. Fue mi teniente antes.

— ¿En serio? Esa es información nueva.

El Marqués todavía parecía estar perdido en sus pensamientos.

Astella estaba preocupada por la extraña reacción de su abuelo.

"¿Qué es?"

Estaba pensando en preguntarle más tarde que estuvieran a solas, pronto la lluvia comenzó a disminuir.

— Dejó de llover.

Astella que estaba limpiando la canasta dijo, mirando el cielo débilmente brillante.

Theor, que dibujaba en el piso de tierra aún lado de él, y Velian, que estaba mirando los dibujos del niño, levantaron la mirada.

La lluvia era cada vez menos y el día se fue despejando gradualmente.

Theor preguntó, mirando fuera de la tienda.

— ¿Puedo salir a jugar?

— Sí.

Emocionado, Theor salió corriendo de la tienda.

La hierba estaba humedecida por el agua de la lluvia.

— Voy a buscar algunas hierbas. Por favor mira a Theor.

— Sí. Ten cuidado.

Astella tomó su canasta y salió, escuchando las palabras de preocupación de su abuelo.

Quizás porque la lluvia paró la brisa fresca sopló.

Astella tomó la canasta y desapareció en lo profundo del bosque.

Tan pronto como Astella desapareció, Kaizen también se levantó de su asiento.

— ¿Su Majestad? ¿A dónde va?

Velian le preguntó a dónde iba, pero Kaizen caminó en dirección a Astella sin responderle.

Mientras miraba hacia el bosque donde los dos adultos habían desaparecido, Theor preguntó.

— ¿A dónde van?

— Bueno... Su Majestad debe tener algo de que hablar con Lady Astella.

Velian suspiró con un poco de lástima.

El Marqués que lo veía tenía sentimientos complicados.

El Emperador se preocupaba extrañamente por Astella, ya que los había seguido hasta aquí hoy.

Astella le dijo que se sentía culpable, pero al Marqués no le pareció que fuera una punzada de conciencia.

"No me digas que esto es... no ahora".

Quería creer que no.

Debido al interés inútil del Emperador, Astella ha tenido algunos malos momentos.

La última vez, incluso Theor estaba casi en peligro.

El Marqués estalló cuando pensó en lo que sucedió entonces.

"¿Qué demonios tiene el Emperador con nuestra Astella?"

"¿Por qué eras tan indiferente cuando te necesitaba y ahora vienes y molestas a Astella?

Ahora la mejor ayuda que el Emperador puede ofrecer es dejarla ir.

El Marqués suspiró profundamente.

***

Mientras caminaba por el bosque buscando hierbas, escuchó los pasos venir de atrás.

— Astella.

Kaizen fue quien la siguió.

— ¿Qué pasa?

Sus ojos rojos delataron un sin fin de emociones.

Kaizen confesó con calma mientras se acercaba a Astella.

— Lo siento por lo del otro día.

Astella se sorprendió por la repentina disculpa.

Kaizen se disculpó en silencio.

— Quería disculparme por el baile. Lamento haber tratado de arrastrar a Theor por mis caprichos, tienes razón, he sido egoísta.

Astella se preocupaba de que Kaizen pudiera enojarse, por lo que solamente se quedó escuchando hasta que terminó sus últimas palabras.

— No tienes que disculparte.

Después de escuchar lo que tuvo para decir, Astella respondió secamente.

— Su Majestad es el maestro del Imperio, por lo que siempre se debe hacer lo que Su Majestad desee.

— No quiero escuchar halagos.

Kaizen empujó el creciente disgusto hacía un lado.

Cuando hablaba con Astella, siempre tenía tantas emociones diferentes que lo ponían molesto.

Astella lo hacía sentir emocional.

Ella lo miró con una cara inexpresiva como una estatua de piedra.

— Entonces, ¿me permitirá enviar a Theor y mi abuelo de regreso a casa?

Incluso en esta situación, no podía negarse.

— Sí. Envía a los dos de vuelta a casa.

— Gracias, Su Majestad.

La alegría se extendió sobre el pálido rostro de Astella.

Cuando vio a Astella tan feliz, lo hizo tener una sensación amarga.

Kaizen se vio obligado a mirar hacia otro lado.

— Debería haberte permitido seguir adelante. He sido tercamente obstinado.

— Ya no se preocupe por eso Su Majestad, no importa. De todos modos Theor irá a casa con mi abuelo.

La voz de Astella era tan clara que sonaba como si ya no hubiera nada de qué preocuparse.

"¿Regresarás cuando hayas terminado tus deberes en la capital?"

Kaizen quería preguntar eso.

Pero era una pregunta tan tonta que no era necesaria hacer.

"Por supuesto que volverá."

Sin Theor y el Marqués, Astella no tenía motivos para estar en la capital.

Tan pronto como terminen lo del testamento, regresará como un pájaro en busca de la libertad.

No tenía forma de aferrarse a Astella y se sintió triste por la amarga realidad, pero lo ignoró y volvió a mirar entre la hierba.

Mirándola desde atrás, Kaizen se acercó lentamente a ella.

— También te ayudaré a encontrar las hierbas.

Fue entonces cuando escuchó un ruido extraño. Un crujido muy suave.

Se escuchó desde atrás de Astella.

Más allá de los hombros de Astella, el bosque estaba lleno de abedules que se elevaban hacia el cielo.

Había una sombra oscura entre las hojas grandes.

Debido a la luz, no se podía ver quién estaba unos pasos más adelante.

Pero nadie podía entrar a este bosque sin el permiso de Su Majestad.

Los caballeros que se reunieron esperaban afuera de la entrada del bosque.

"¿Es Velian o el Marqués?"

Kaizen escuchó atentamente los pasos silenciosos.

El susurro se estaba acercando.

Había una... no, dos personas. No eran ni el marqués ni Velian.

Kaizen caminó hacia adelante, cubriendo con su cuerpo a Astella.

Detrás de Astella, que miraba la hierba, había un denso bosque.

Un paso, dos pasos más cerca, dijo suavemente.

— Astella, baja la cabeza.

Astella, que había estado intentando encontrar hierbas se acercó, leyó el peligro y la tensión en las facciones de Kaizen.

Ella se inclinó rápidamente e instintivamente.

Tan pronto como Astella se agachó, Kaizen sacó rápidamente una daga y la arrojó entre las hierba.

— Grrrr...

Gritos de muerte estallaron entre las sombrías hojas de los arbustos.

Ante el sonido, asesinos enmascarados salieron corriendo del área.

Todos sacaron sus espadas.

"¿Es este un intento de asesinato?"

Este tipo de acciones no se habían llevado a cabo desde el final de la guerra en el norte.

Kaizen sacó la espada.

Seis oponentes.

Las probabilidades no eran lo suficientemente buenas.

A menos que haya una variable importante.

— Astella.

Kaizen estaba de pie con Astella atrás mientras sostenía la espada.

Pensó que debía proteger a Astella primero, quien estaba desarmada.

— Quédate cerca de mí.


Traduccido por: Miss M

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