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El final de un amor no correspondido

Capítulo 62

Había otra razón por la que me gustaba esta terraza. Fueron las escaleras. A diferencia de otras terrazas, esta terraza tenía un pasillo que bajaba directamente al primer piso.

Usando esta ruta, podría ahorrar más tiempo e ir al primer piso que usar el pasillo que va mucha gente. Y era fácil evitar las miradas de doncellas y sirvientes.

Por supuesto, es ambiguo decir que es exactamente una escalera. Hay grandes escalones de piedra, por lo que si corres con precaución, puedes llegar rápidamente al primer piso sin dificultad.

Recuerdo estar aquí, pero lo recordaba porque había perseguido a Su Majestad que pasaba por casualidad.

─ Pero es un poco peligroso ir con vestido.

Lo lamenté y puse la copa de vidrio en la barandilla de la terraza.

Por un momento, una brisa me rozó el cuello.

Es una noche muy agradable. La inusual experiencia que acababa de tener me hizo sentir mejor de nuevo. Pensé con la barbilla hacia abajo.

Solo persistiendo en este tipo de lugares, no, realmente hay que atreverse a aguantar, y saber utilizarlo de la manera correcta para obtener el título de "flor del mundo social", ¿no?

Una vez más, sentí que la emperatriz Effina era realmente asombrosa. Ha estado involucrada en innumerables guerras de información entre bastidores durante décadas. Esto no sustituirá a la diplomacia.

Quizás no pueda ser así incluso si muero. Admití con calma. Sin embargo, aceptar el hecho de que no podía hacerlo como la emperatriz no fue una pena ni un momento difícil.

En el pasado, podría haberme dado cuenta de mis limitaciones y haberlas desmontado, pero ahora lo sé. Estas cosas son realmente inútiles.

─ No sé de qué se trata todo esto y qué es lo que tanto desean.

Murmuré para mí misma. Durante mis tres años en casa, todos estaban preocupados por mí. Lo entiendía. Parecería que solo estaba atada al pasado.

La forma en que se maneja una herida es dolorosa para todos los que aman a esa persona.

Pero para mí, esos tres años no fueron malos.

Fue un momento en el que di un paso atrás y me observé objetivamente.

Una vez que me di cuenta, supe de que todo esto no significaba mucho.

Como resultado, gracias a estos tres años, me liberé de las cosas que me retenían.

Aunque me gustaba influir en los demás o estar con la gente, me di cuenta de que también me encantaba el tiempo para contemplarme a solas.

De repente, extrañé mi casa, mi habitación.

Por la mañana, mi niñera Marta me despertaba, miraba mi diario, leía una revista o un periódico, escribía una carta a mis amigos, iba al mercado a comprar una nueva historia de amor y me quedaba dormida leyendo una novela a altas horas de la noche.

En realidad, esto es un poco irónico. No esperaba que llegara el día en que extrañaría la vida de una persona desempleada que comenzó debido a una angustia.

─ Quiero volver.....

─ Eso no es posible.

Me sorprendí y miré hacia atrás.

─ ¿Su Majestad?

Hasta hace un momento, lo vi caminando por el salón de banquetes en el primer piso, pero había una sonrisa traviesa detrás de mí, como si fuera el momento indicado.

─ Te vi subiendo al segundo piso. Pensé que vendrías a este lugar.

Rubellus sonrió y levantó la mano detrás de su espalda, cerrando levemente la entrada a la terraza. Cerró las cortinas y caminó lentamente hacia mí.

─ ¿Estabas pensando en bajar al primer piso desde aquí?

─ No, está vacío aquí... ¿eh?

Abrí mucho los ojos mientras respondía.

─ ¿Cómo supo que esto conduce al primer piso? ... ah! por supuesto que lo sabe.

Fue una pregunta un poco estúpida. Por supuesto que lo sabe porque Su Majestad vive aquí. Rubellus sonrió brevemente y asintió.

─ A mí también me encanta este lugar. No tengo que volver a las escaleras del salón de banquetes, puedo ir directamente al primer piso desde aquí.

─ ¿Su Majestad alguna vez ha usado este lugar?

─ ¿Yo?

Ante mi pregunta, me miró con cara de desconcierto por un momento.

─ ¿No te acuerdas?

─ ¿Qué? ¿De qué está hablando?

─ Yo te enseñé estas escaleras.

─….¿Su Majestad?

Solo parpadeé sin comprender. Su Majestad, que leyó mi expresión, entrecerró la frente.

─ Realmente no te acuerdas.

─ Si.

Respondí y entrecerré los ojos ligeramente. Al ver esa expresión de Su Majestad Rubellus, su rostro se puso aún más rígido.

─ Te he enseñado todos los pasajes secretos y atajos del Palacio Imperial.

¿Es eso así? Creo que sí. Tiene razón, tal vez hubo momentos en que Su Majestad tomó mi mano y me habló sobre el Palacio Imperial. Arrugué mis labios.

─ Los recuerdos de antes de los diez años son generalmente vagos. Lo único que puedo recordar claramente ahora es el recuerdo de Su Majestad que me ignoró o despreció.

─ ¿Cuándo hice eso?

─ No puede ignorar ese hecho.

─….

Su Majestad cerró la boca con cara de desaprobación. Es raro. ¿Por qué siento que gané?

─ Y no creo que me haya dicho todo, ¿no es así?

─ ¿Qué?

─ Algunos de los lugares, definitivamente los he encontrado.

Rubellus arqueó una ceja. Parece que ni siquiera lo sabía.

─ ¿Dónde es eso?

─ Bueno.

Dudé un momento. El Emperador vive en un palacio, por lo que es natural que se le avise si es que hay un pasaje que no conoce.

Pero siento que es un desperdicio decirlo. Reuní mis labios y decidí ser honesta.

─ Bueno, el pasaje secreto representativo es el Gran Bosque Imperial.

─ El Gran Bosque es muy grande. Hay guaridas de zorros al oeste. En esas guaridas, aunque parece que algunas cuevas pequeñas están reunidas, hay algunas que incluso pueden dejarme entrar.

Su Majestad, que estuvo pensando en ello durante un rato, se llenó de asombro.

─ Creo que sí lo sé. Los zorros solían vivir allí, pero a medida que se redujo el Gran Bosque y se controló el número de zorros, las guaridas también se vaciaron.

─ Entonces, ¿a dónde lleva esa guarida?

─ No, no es necesario que lo diga. Su Majestad puede saber a dónde lo lleva de un vistazo.

Realmente lo sabe, me rasqué la mejilla con cara de vergüenza.

─ ¿Lo sabía, verdad?

─ Simplemente no te lo enseñé anteriormente, conozco todos los pasajes secretos de este palacio. Lo supe en el momento en que me dijiste la ubicación. Es una cueva en el lado oeste, por lo que es un túnel que conduce a la habitación al lado del segundo piso. Lo sé.

(NT: Estos dos sí que me sorprenden es un palacio grande y no se pierden y encima saben todo, en cambio yo voy cuatro años en mi universidad y no conozco ni la mitad del lugar y siempre me pierdo XD)

Oh... es correcto.

Asentí, incapaz de ocultar mi expresión de sorpresa. No, no necesito sorprenderme cuando lo pienso. Su Majestad, por supuesto que lo sabe.

Su Majestad se perdió en sus pensamientos durante un rato y naturalmente tomó la copa que bebí antes y lo llevó a sus labios.

─ Sólo un sorbo.

¿Qué?

Sucedió antes de que reaccionara.

Fue cuando abrí los ojos con sorpresa.

Rubellus tomó la bebida inclinando ligeramente la copa con la porción que bebí.

Luego volvió a poner la copa frente a mí y abrió la boca con calma.

─ Ese túnel, pensé que estaba bloqueado hace mucho tiempo. Hace más de una década, escuché un informe de que el suelo de toda la guarida se hundió en el verano cuando cayó una fuerte lluvia. Mi padre mantuvo a la familia real fuera de peligro.

─ Oh... pero aún no está bloqueado. El interior está desordenado, así que todavía no he entrado allí...

Mientras respondía, no pude apartar la mirada de mi copa.

No importa cuánto lo piense, no fue un sueño ver cómo se redujo la bebida de la copa...

─ Umm… definitivamente no está bloqueado de todos modos.

Estaba desconcentrada y apenas pude responder a tiempo. Ya sea que supiera lo que estaba sintiendo o no, Rubellus tenía una mirada interesante en su rostro.

─ Nunca oí hablar de eso, ¿quiere decir que alguien puso algo más? ¿Se enganchó una cuerda a la cola de un ratón?

─ Yo… llevé a Wally, la mascota de la emperatriz Effina a ese lugar. 

─ ¿Qué? ¿Wally?

Rubellus preguntó de nuevo con una cara absurda. Naturalmente, miré hacia abajo, evitando sus ojos. No había nada que decir. Sin embargo, no tenía que sorprenderse tanto.

─ Hace tres años, estaba en el palacio preparándome para el baile de debutantes. En ese momento, le dije a la emperatriz Efiina que llevaría a Wally a dar un paseo, dió su aprobación y lo llevé allí.

Wally era un perro grande con pelaje dorado esponjoso.

Era un perro Gratian Peliot, dado que la especie en sí se crió originalmente como perro de caza, era rápido de entender y, sobre todo, fue alguien agradable.

Ya debe estar mayor en este momento, así que no creo que pueda moverse bien.

 

De todos modos, después de atar una cuerda alrededor del cuello de Wally, le pedí que regresara si era peligroso y lo hice entrar. La piedra luminosa también estaba colgada alrededor del cuello.

Pensé que volvería si era peligroso porque era un chico brillante, pero no volvió e incluso se soltó la cuerda después de varios minutos.

Busqué en la corte imperial por si acaso y lo encontré en la habitación contigua a la habitación, cubierto de tierra, agitando su cola. Ese día Wally se comió su hueso de cuello de pato favorito.

Rubellus, que escuchó la historia, soltó un suspiro. Parecía incapaz de creer lo que decía ahora.

─ ¿Wally te obedece tan bien?

─ Le gusto mucho.

─ A mi me ladra mucho.

Asentí con la cabeza ante la malhumorada respuesta de Su Majestad.

─ En primer lugar, parecía que solo le gustaban las mujeres.

─ .... bueno, Wally era originalmente el perro de mi padre. Pero ahora se puede explicar por qué está con mi madre.

Su majestad, que se había reído por un momento, se volvió hacia mí.

─ ¿Qué otro pasaje secreto conoces?

Hermosas medallas colgadas de las grandes charreteras brillaban a la luz. Miré las medallas y respondí a la ligera.

─ Mucho, pero es un poco irrazonable decirlo aquí. De todos modos, es una terraza con solo nosotros dos, pero que también es un lugar abierto.

─ Tan pronto como ingreso a este tipo de lugares, la gente no tiene permitida la entrada. No hay problema.

─... ¿Es así?

Miré a mí alrededor mientras respondía. Ahora que lo pienso, parece que ni la sombra de un joven se ve detrás de la cortina de la terraza que puso Su Majestad.

─ No, eso no está bien, ¿verdad? En este momento, ¿los nobles no estarán pensando que estamos juntos?

Cuando me puse ansiosa, Su Majestad negó con la cabeza.

─ No. No es una buena idea decir a los nobles los lugares en donde me puedan encontrar, y más aún cuando soy el centro de atención en un ambiente arrogante como este. Si lo diría me sentiría como si estuviera siendo ejecutado.

─ ¿Es así?

Ni siquiera sabía cómo sería una ejecución.

─ Además del conocido itinerario, suelo adjuntar otras razones apropiadas para limitar el radio de movimiento de las personas cuando actúo. Nadie sabe cómo me muevo aquí. Tampoco ellos pueden saberlo.

─ ¿Razones apropiadas?

***

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