El final de un amor no correspondido
Capítulo 77
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Estoy desayunando con la familia imperial.
Cuando Rubellus mencionó el desayuno, estaba más que feliz de responder.
Por supuesto. No podría rechazar su petición. De todos modos, es algo bueno ya que me preocupaba no poder encontrarme con la emperatriz madre durante el banquete de ayer.
No conocía a nadie más, pero tenía muchas ganas de contarle lo que sucedió a la emperatriz madre.
Fue bueno haberme preparado temprano en la mañana y haber visitado la oficina de Su Majestad.
Su Majestad incluso me mostró su habitación privada.
Incluso podía mirar alrededor del dormitorio.
En medio del dormitorio había luces de cristal que decía que era un obsequio por parte de los enviados del Sur como un homenaje a Su Majestad.
Las luces de cristal se veían realmente hermosas. Si prende la luz de cristal por la noche, las constelaciones se graban suavemente en el techo.
Después de su Majestad, soy la segunda persona que ve este producto real. ¿Cuán envidioso estarían los otros nobles por esto?
Hasta ese entonces la atmósfera era buena.
─…..
Pero después eso, de repente se volvió incómodo.
Después de llegar al palacio anexo y comenzar a desayunar, de alguna manera comencé a juguetear con los tenedores en silencio. Al principio pensé que se debía por mi estado de ánimo. Sin embargo, tan pronto como avanzó la comida, me di cuenta de que era un problema de ambiente incómodo.
¿Cómo debería decirlo, tal vez pasó algo sin que me diera cuenta de eso? Para ser más específicos…
─ Siempre pensé que ustedes dos encajaban bien.
Su Majestad, el ex emperador Jhon levantó la copa, hablando alegremente.
─ Estaba orgulloso de verlos a los dos entrar juntos en el salón de banquetes. Finalmente, los frutos de su amor se han hecho realidad. Felicidades.
Fue así. Con los ojos bien abiertos, me serví la panna cotta de arándanos que estaba frente a mí con una cuchara.
De principio a fin, el ex-emperador me trató con un sentimiento de decir “Tú eres nuestra familia”
Una relación sin vacilación es buena, una relación cercana también es buena. No estoy diciendo que no me gusten, pero me da la sensación de que me estoy saltando un paso.
Siento que no me sentiré incómoda incluso si entro al salón de bodas en cualquier momento.
Por un momento, me encontré con los ojos de la emperatriz Effina, que estaba untando mantequilla en los bollos con elegancia. Ella me está mirando directamente.
Me sobresalté y arreglé apresuradamente mi expresión. En ese momento, uno de los ojos de la emperatriz se cerró. Hizo un guiño lento. ¿Eh?
La emperatriz Effina naturalmente volvió la cabeza.
Luego se rió ampliamente y dirigió su mirada a su esposo Jhon, enarcando juguetonamente las cejas.
─ Quién hubiera pensado que el ex emperador Jhon ordenara que los dos entraran al salón de banquetes juntos.
─ JAJAJJ, sí.
El emperador retirado sonrió alegremente y le preguntó a Rubellus.
─ Entonces, ¿cuándo me vas a dar la buena noticia?
─ ¿Qué?
Todos en la mesa me miraron con sorpresa en ese momento. Al mismo tiempo, me di cuenta de que lo había dicho en voz alta.
UPS. Cubrí mis labios con torpeza, pero no pude detener el sonido que ya había salido.
─ Jhon, no les digas nada raro a los chicos.
La emperatriz Effina respondió rápidamente con una voz suave.
─ ¿Qué tiene de extraño preguntar cuándo son las buenas noticias? Me he sentido solo en los últimos años y desearía tener un jardín en el palacio con los descendientes de mi hijo.
(NT: Dale suave, suegro que ni siquiera se casan y ya quieres nietos xD)
─ Oh, John, el aderezo para ensalada de frutas es un poco diferente hoy. Es una fruta dragón*. ¿Te gustaría probarlo?
Cuando Effina tomó el tenedor de Jhon, pinchó la fruta dragón de su plato y la puso cerca de su boca.
Era un acto poco convencional que no estaba permitido en la etiqueta, pero los dos parecían no importarles.
Rubellus también estaba comiendo casualmente. Parecía que estaba muy familiarizado con sus acciones.
Estaba asombrada por las acciones de la Emperatriz, pero por otro lado, estaba convencida de que la Emperatriz había bloqueado la boca de Su Majestad Jhon por mí.
Estoy agradecida, puede que lo haya hecho a propósito. Miré de reojo a Rubellus. ¿Cuál es la razón por la que no responde a las palabras de Su Majestad Jhon?
¿Tal vez piense que no tiene sentido responder? ¿O porque está confiado en que algún momento puede suceder lo que dice su Majestad Jhon? No, ¿por qué no dice algo como "Te equivocas"?
De hecho, sé que esto es una tontería. Es suficiente si solo toma estas palabras y no diga nada. Pero esta atmósfera natural en sí misma me molesta.
Silenciosamente me llevé a la boca el tenedor que tenía ensalada. Quería dejar la servilleta y levantarme y gritar en voz alta mientras digo:
“Todavía no soy la prometida de Su Majestad. Me gusta Su Majestad, y todavía tengo un fuerte sentimiento por él, pero aún no estamos saliendo, ¿no es así?”
…por supuesto, si realmente hago eso, seguramente me llevarían a una prisión por decir tales blasfemias. Así que solo puedo imaginarlo.
Aunque puse en mi boca la suave panna cotta, mi mandíbula estaba apretada. Aunque no es de mucha importancia. Estaba claro que la situación iba en una dirección diferente a la que yo quería.
Tragué lo que tenía en la boca y tomé un sorbo de agua.
Vamos a resumir todo.
Comprendí las circunstancias de Su Majestad, y ahora sé que Su Majestad no tiene más remedio que hacerlo.
Y le gusto a Su Majestad, y a mí también me gusta.
¿Pero eso no significa que sea la amante de Su Majestad, verdad?
Pensé que aún quedaba un problema por resolver entre tú y yo. Oh mi. ¿Cómo puedo explicar este sentimiento frustrante? Miré de reojo a Su Majestad.
Los ojos de Rubellus, que sonreía levemente y hablaba con Su Majestad Jhon, se veían muy claros.
¿Qué está pensando Rubellus ahora? Por supuesto, ahora sé que Su Majestad es más delicado de lo que pensaba y me aprecia.
Sin embargo, no estoy segura de que entendiera mi ansiedad.
Tal vez, como Su Majestad Jhon, no pensó en nada, creyendo que ya no quedaban obstáculos.
Estaba perdida en mis pensamientos. No importa lo que piense, todavía se necesitan contramedidas.
Incluso si me gusta Su Majestad, no siempre me puede gustar de la misma manera que antes.
El amor no correspondido se acabó. La relación que debe ser convencida y comprendida unilateralmente es absolutamente la especificación.
Rubellus habló brevemente.
─ Padre.
─ Si su Majestad.
John respondió en tono juguetón, comiendo la fruta del dragón que la Emperatriz le dio mientras sostenía un vaso de jugo con expresión satisfactoria. Ante la respuesta que salió, Rubellus se rió.
─ Después del desayuno, dé un paseo conmigo por un rato.
Por un momento, las cejas de John se levantaron.
─ Hagamos eso, es realmente un honor estar en esta situación y tener el jardín para caminar.
─ Mi padre es alguien sincero.
Cuando Rubellus movió la cabeza con una pequeña sonrisa, la emperatriz Effina intervino, cortando su conversación que tenían entre padre e hijo.
─ Bueno, entonces, Ira y yo estaremos hablando cerca de aquí. Hay muchas cosas que quiero darle a Ira.
─ Realmente te gusta la señorita Wildenviston.
─ La he estado mirando de cerca desde que era una niña, es como si fuera mi hija, ¿no es así?
─ ¡Así es!
Jhon se rió y me miró con una sonrisa alegre.
─ Yo también tengo un regalo para ti, Ira.
Abrí mucho los ojos y creo que ante sus miradas fingí estar sorprendida, pero no estaba fingiendo, de verdad estoy sorprendida.
No soy muy cercana al emperador Jhon como lo soy con la emperatriz Effina. Por supuesto, Su Majestad Jhon era amigable conmigo, pero pensé que su trato era similar a como la hacía con los otros nobles.
─ ¿Para mí, su excelencia?
Cuando pregunté, como si estuviera comprobando, John se echó a reír de nuevo.
─ ¡Por supuesto! Effina se ha encargado de todo y te cuidó. Han pasado dos meses desde que ingresaste al palacio imperial, y no te he dado nada mientras tanto. Quería hacerlo todo este tiempo.
─ No tiene que…
─ Huh, no lo dudes.
John volvió a reír abiertamente y habló, y bebió el vaso de jugo. Rubellus al ver que Jhon había terminado su comida también bajó su vaso.
Su excelencia miró a Rubellus con amabilidad. Los asistentes se acercaron y doblaron cortésmente sus espaldas, luego retiraron las sillas de Rubellus y Jhon. Ellos se pusieron de pie.
La Emperatriz, mirándome, sonrió y me preguntó.
─ ¿Has terminado tu comida?
─ Oh, sí, Su Alteza. Gracias.
Respondí en voz baja mirando los platos que estaban en la mesa. La emperatriz asintió.
Pronto, los sirvientes también vinieron a nuestro lugar. Dejé mi servilleta sobre la mesa cuando vi que los criados se me acercaban.
─ Bueno, entremos también. El sol de la mañana se está volviendo muy caluroso.
La emperatriz Effina habló en voz baja y extendió la mano. Los ojos de Su Majestad parecen brillar como si fueran una muñeca linda. ¿Es por el estado de ánimo?
─ …..
Miré a mí alrededor, tratando de no presumir. Es el segundo palacio, pero todavía no lo conocía.
Nadie vivía en el palacio anexo, incluso cuando yo caminaba por el palacio imperial. Lo recuerdo como un lugar donde el acceso estaba prohibido y era manejado solo por un pequeño número de personal.
Seguí a la Emperatriz y entré al interior del palacio anexo. Es la primera vez que miro dentro de la sala de recepción del palacio anexo.
Tomamos la hora del té en el jardín justo después de saludarnos la última vez y por eso no lo vi en detalle. Estoy curiosa del lugar donde Su alteza y su esposa viven. Miré alrededor con ojos curiosos.
En estos días, estaba de moda no poner alfombras en toda la habitación, por lo que esta habitación cumple con esa moda.
Sobre el piso de mármol blanco, solo el sofá y la mesa están cubiertos con una alfombra de seda en tonos azules con hermosos diseños.
Mmm. No es demasiado lujoso pero si es elegante y hermoso.
─ Es tu primera vez en el anexo, ¿no?
─ Oh si.
A la repentina pregunta de la Emperatriz, logré responder a tiempo. Levantó la tetera con una sonrisa como si lo supiera.
¿Eh?
Me sorprendí al ver que ella misma sostenía una tetera mientras inclinaba un poco sus caderas.
Lo mismo ocurrió con las doncellas que estaban cerca de nosotros.
─ Su alteza, lo haremos nosotras.
La doncella trató de persuadirla pero la emperatriz negó con la cabeza.
─ Está bien. No te acerques. Quiero servirle el té a Ira yo misma. Ha pasado mucho tiempo desde que he servido un té.
─ Si su alteza.
Las doncellas volvieron a inclinarse cortésmente y luego retrocedieron. Era natural como si siempre hubiera sucedido.
─ Su alteza.
Al ver esto, estaba un poco avergonzada. Observé las espaldas de las sirvientas salir de la habitación, mientras nos saludaban cortésmente e inclinándose.
─ No lo dudes tanto, Ira. Toma asiento querida.
─ Eh, pero.
─ Está bien. Sabes, soy alguien casual, y ellas están lo suficientemente familiarizados conmigo.
La emperatriz sonrió y sirvió té en la taza dorada frente a mí. El té de color naranja llenó la taza hasta cierto punto.
Además de servir el té, la emperatriz madre tomó sus propias pinzas de postre y me puso el postre frente a mí.
─ Tuve muchas preocupaciones después de que la fiesta de té terminó así. ¿Estás bien?
─ Por supuesto.
Asentí con la cabeza. Ahora que lo pienso, la Emperatriz debe haber estado mucho más preocupada por lo que sucedió en la fiesta del té que cualquier otra persona.
─ más bien, debería haberle dicho primero que me encontraba bien, pero lamento no haber podido verla.
─ ¿De qué estás hablando? No digas eso. Es como si te hubieras lastimado por mi culpa.
─….¿qué?
¿Qué significa eso? Cuando volví a preguntar, la emperatriz Effina frunció el ceño y se tapó la boca. Parecía muy angustiada.
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