El final de un amor no correspondido
Capítulo 8
─ Estaba aquí. Finalmente lo encontré.
¿Eh? Esa voz me suena familiar.
Sequé mis lágrimas e incliné la cabeza.
Esa voz lo he escuchado muchas veces. No, de hecho, lo escuché esta mañana.
¿Acaso es la voz de quien me dio las botas de Elmu y el brazalete que llevo hoy?
─...... ¿No se suponía que el comandante estaría en la sala del tribunal hoy después de la una? ¿Qué le trae por aquí?
─ No, Su Majestad, de hecho, todos en el Palacio Imperial están preocupados por Su Majestad. Luego de desayunar, desapareció sin revelar a dónde se dirigía, por lo que todos hasta el Nivel 2 del Servicio Civil ingresaron rápidamente a la corte imperial a través de un mensaje de emergencia. Todo el mundo está buscando a Su Majestad.
Hermano tiene una voz clara y firme, pero estoy segura que es él.
─ ¡Hermano mayor!
No pude evitar llamarlo y asomé mi cabeza de la espalda de Su Alteza Real Rubellus.
Como era de esperar, era el hermano Elphine. Pero ... se ve un poco diferente.
Vestía completamente diferente al uniforme que se había puesto antes. El peinado también fue diferente.
Si antes se había estado cubriendo suavemente el flequillo en casa, ahora la frente está cubierta con crema para el cabello, de modo que la frente está completamente expuesta y el cabello frontal está peinado.
Además, tenía una medalla sobre el uniforme.
En el lado derecho de su uniforme que colgaba sobre su pecho, estaba claramente una medalla de oro, que era una de las insignias más prestigiosas que se podía recibir, debido al mérito por el logro de todos sus servicios a su majestad.
Además, tenía puesto dos líneas de tirantes plateados desde los hombros hasta el pecho.
Las dos líneas de tirantes se otorgan a los que están en los puestos militares imperiales generales o equivalentes….
─ ¿Mi hermano es un comandante?
Qué…. es esto. Tenía la boca muy abierta. Estaba tan sorprendida que mis lágrimas se detuvieron por completo. Ahora, la ropa de mi hermano era la misma que usaba el comandante militar y sus subordinados inmediatos que había visto antes en el palacio imperial.
Creo que mi hermano es de un alto rango como ellos ahora, pero no sé si lo que estoy viendo en estos momentos pueda mantenerse como hasta hoy.
Por supuesto, mi hermano mayor es un amigo que ha estudiado con Su Alteza, por lo que está del lado de Su Alteza, al contrario que mi padre que no lo apoyó.
Hace tres años, escuché que se convirtió en el subcomandante de los Caballeros de Su Alteza, pero ¿cuándo se convirtió en el Jefe de los Caballeros?
En casa, ni mi padre ni mi hermano hablaban de este tema, y yo no lo sabía porque llevaba tres años encerrada en mi casa.
─ Sir Wildenviston, llegas justo a tiempo.
Era hora de que intentara llamarlo de nuevo. Rubellus, que estaba bloqueando mi camino, abrió la boca.
─ Mientras daba un paseo por la mañana y pensaba en la pesada política nacional que se me dará en el futuro, me encontré accidentalmente con la señorita Wildenviston... y creo que hubo un malentendido. Por cierto, creo que este malentendido tú ya lo conoces.
La voz grave y armoniosa de Rubellus era muy dulce. Parecía que me derretiría si lo escuchaba con los ojos cerrados.
Sin que me diera cuenta, miré su espalda con una mirada de asombro de nuevo. Era un hombre maravilloso. Pero yo expliqué la situación muy claramente.....
Esto es extraño. ¿Por qué está pálido el rostro del hermano Elphine?
¿Por qué incluso estás dando un paso atrás?
─ Parece ser un malentendido que también me implica, así que se lo explicaré de nuevo más tarde. Ira ven.
─ Hermano.
Elphine me llamó y me tendió la mano. Estaba realmente feliz. Asentí y rápidamente me alejé de la espalda de Su Majestad y me acerqué a mi hermano.
*Crujir*
Hubo un crujido en ese momento.
¿Qué es? Fue cuando miré hacia atrás con asombro. Con una buena y amistosa sonrisa, su majestad movía la cabeza hacia mí.
¿Qué fue eso? ¿Fue una rama rota? Creo que sonó algo similar como el rechinar de los dientes….
─ Ira, adelántate, ve. Tu hermana y la vizcondesa Delion te pueden estar buscando.
─ Si.
Asentí y me incliné, di un paso imparable y comencé a salir de ese lugar. Podía sentir los ojos de ambos clavados en mi espalda.
Mi hermano podría regañarme más tarde. Aún así, creo que le tendré que rogar a madre que no me castigue mucho.
Um, espera un minuto.
Yendo más allá de los arbustos, pude ver el palacio principal pero por un momento miré hacia atrás.
─ Su Majestad.
El emperador, que miraba a Elphine, volvió a girar la cabeza hacia mí. Más que antes. Los ojos de color púrpura oscuro miraron directamente en mi dirección.
Parecía que en sus ojos mostraban muchas más emociones que antes, pero puede que no sea así, ya que no lo sé. No tengo derecho a entenderlo.
Pero realmente quería decir esto. Después de dudar por un momento, pronto apreté los puños.
─ Su majestad, tenga la seguridad.
─ .... ¿Eh?
Por el momento, pude ver las cejas de Rubellus contraerse.
¿Fuí demasiado engreída para empezar a decirlo? Toqué mis labios con mi lengua de nuevo y comencé a hablar rápidamente.
─ Entonces, no se preocupe, Su Majestad. Me di por vencida por completo con Su Majestad, y estoy encantada de verlo sonreír hoy. Sé por qué sonrió de nuevo. ¿Es porque renuncié al amor no correspondido, verdad? Me estás elogiando por mantener mi distancia, ¿no?
Resoplé fuertemente, levanté las manos en forma de puños y les di a él y a Elphine una mirada penetrante.
─ Guardaré el secreto. De verdad. No se lo he dicho a nadie. No diré nada en el futuro.
Hablo en serio. Creo conocer el significado de cuando su Majestad me preguntó si sabía lo que significaba. ¿No estaba tratando de decirme que me callara, y fingir que no lo sé?
Oh, mira esto. Tan pronto como estoy alejada a unos pasos del lado de su majestad, mi razón vuelve.
Asentí con firmeza.
─ Hoy, observaré en silencio la coronación de Su Majestad desde atrás. Realmente ya no me gusta Su Majestad. No apareceré más en el Palacio Imperial.
─ Señorita Wildenviston.
De repente él me interrumpió con una voz fría.
─ ...¿Si?
─ Será mejor que te vayas ahora, así que espero que vuelvas sana y salva al palacio.
Fue una forma de hablar diferente a la anterior. Fue muy cortés y se dirigió hacia a mí con el título señorita Wildenviston pero lo pronunció de manera fría.
Lo que era aún más extraño fue la expresión del rostro de Rubellus. Las comisuras de la boca del Rubellus estaban torcidas de arriba hacia abajo. Tenía una cara que no sabía si estaba riendo o llorando.
─…..si.
Parpadeé rápidamente de nuevo y luego me di la vuelta dando la espalda a los dos para comenzar a caminar mecánicamente. Estoy sorprendida de mi misma, es bueno que haya dicho eso sin fallar.
Aún así, tranquilicé a Su Majestad al final. Quería demostrar que ahora soy una dama mucho más madura. Gracias a esto, me siento un poco más ligera en mis pasos para regresar al Palacio Imperial.
Por cierto, él no se dio cuenta que estaba llorando antes ¿verdad
Suspiré y sostuve mi vestido con firmeza. De todos modos, volvamos rápido.
***
Tan pronto como Ira desapareció de su vista, Rubellus se convirtió en una especie de demonio.
Al menos a los ojos de Elphine.
La máscara que puso, en la que intentaba desesperadamente sonreír, había estado rota hacía mucho tiempo. Rubellus miró al Elphine con expresión fría y ojos rojos ardientes.
─ ....Explícalo.
Elphine respiró profundamente, sin un solo cambio de expresión en su joven voz.
─ Ira no sabe que su Majestad le dio el regalo.
─ ¿Por qué?
─... Porque no lo dije, su Majestad.
Elphine se enfrentó a Rubellus con sus ojos azules brillando intensamente. El aura de Rubellus era tan agudo y punzante que fue difícil para Elphine mantenerse en pie.
Pero él nunca dio un paso atrás, aunque podría palidecer bajo la presión de su aura asesina.
Elphine Wildenviston.
Por lo general, era aburrido y lo apodaban “oso” porque solo conocía el entrenamiento y la espada.
A diferencia de su padre, él no tenía vínculos políticos en absoluto, pero como miembro de la familia Wildenviston era tan leal al país y no hablaba con facilidad sobre asuntos importantes de la realeza, incluso, no revelaba los secretos militares que él sabía a su propio padre.
Por eso Rubellus tenía una buena amistad con Elphine.
Lo ha considerado como un hermano y amigo, su leal servidor e incluso su espada, porque lo había apoyado incansablemente hasta ahora.
Debido a esa cercanía, Rubellus pensó que Elphine también podría ayudarlo con “ese” problema.
“Ese” problema llegó cuando se encontró con Ira.
Elphine, con el labio inferior apretando con fuerza, se arrodilló de repente.
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