Las preocupaciones de la Reina confinada.
CAPÍTULO 7
Era muy probable que hubiera muerto en su mundo, pero pensó que también era posible que Yurishina pudiera estar en su cuerpo de la Tierra tal como ella está ahora en este.
Le dio pena haberle dado a Yurishina, que ya había sufrido lo suficiente como para morir, una vida más dolorosa en la Tierra.
— Pero no es mi culpa.
Yuna negó con la cabeza y trató de sacudirse la culpa.
Era verdad.
No era su intención hacer esto, ni había pensado en que pudiera hacerlo.
Es ridículo entrar en la vida de alguien más de otro mundo.
Todo lo que Yuna quería era descanso y paz.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, Yuna comenzó a pensar que los deseos que había esperado se habían hecho, el 'descanso y la paz' que anhelaba antes de morir lo había encontrado aquí.
El anexo siempre estaba tranquilo, y no venía nadie más que Yuna, la niñera, las doncellas y los caballeros que cuidaban el distante Anexo.
Yuna podría haberse quedado sola todo el día sin hablar con nadie si hubiera querido.
Ella siempre se levantaba tarde. Estaba agradecida por las gruesas cortinas y el denso bosque exterior que creaban una atmósfera tenue cada vez que Yuna intentaba dormir durante el día.
Después de dormir demasiado, se daba la vuelta y dormí más, y cuando estaba aburrida, leía libros.
Había una pequeña biblioteca en el palacio antiguo, y había bastantes libros allí.
Sin embargo, leía libros de historia y geografía porque pensó que debería aprender más sobre este lugar, pero no había presión en lo absoluto porque no era un conocimiento que necesitara usar de inmediato.
Solía salir a caminar por la noche después de leer algunos libros y miraba el lugar como si se tratara de una extraña cultura extranjera.
El viento fresco y limpio que soplaba en el bosque la hacía sentir bien, era refrescante caminar entre los grandes árboles. Podría dormir bien de noche si volvía de un paseo así.
Yuna se dio cuenta de que su posición como 'Reina caída' era parecida al cielo de sus sueños.
Originalmente, una reina tiene a muchas personas a su mando y debe cumplir muchas tareas.
Pero desde su puesto de retenida y culpable, no había necesidad de hacer nada.
Ser encarcelada en Corea pudo haber sido frustrante y angustioso por las malas condiciones, pero Yurishina, la Reina original, parecía sentir esto como una prisión, Yuna se preguntaba en dónde es que estaba una prisión tan bonita y elegante como esta.
Podía dar un paseo cuando quisiera, y cada que tenía hambre le preparaban la comida, y no había necesidad de hacer nada, como limpiar o lavar la ropa.
Comía todos los días, daba vueltas, leí un libro y salía a caminar.
También le dieron ropa de cama y muebles de primera clase, tenía una habitación grande y colorida.
La ropa era modesta según su estatus de reina, pero era elegante y lo suficientemente buena como para que Yuna la viera hermosa.
Sin embargo, la comida todavía no se adaptaba a su gusto.
Así que no comió mucho, pero Yuna estaba muy feliz por el simple hecho de que no se estaba muriendo de hambre.
Al principio, tenía miedo y ansiedad por el entorno desconocido, pero Yuna decidió tranquilizarse al pensar que esta vida, en la que podía jugar y comer todos los días, era una recompensa por la dura vida que había vivido en la Tierra.
Pensando que ahora estaba en el cielo, Yuna probó un poco de felicidad por primera vez en su vida.
Pero la vida en el cielo no duró mucho.
Solo unos meses después, Yuna pudo ver que la vida en el palacio antiguo de repente se volvió algo caótica.
Yuna le preguntó a Karen a su lado.
— ¿Qué le pasa a la atmósfera hoy? ¿Hay algo mal?
Karen parecía bastante vacilante y respondió.
— En la habitación... hay algo un poco desagradable. No estoy segura, pero creo que se sospecha que alguien en este anexo se comunicó con el mundo exterior. Los caballeros se llevan a las criadas sospechosas y las interrogan.
Yuna estaba sorprendida.
— ¿Externa e interna? ¿Qué es eso?
Karen respondió con una mirada cautelosa.
— No lo sé. Pero no creo que sea serio. Los caballeros solo están interrogando, y no retienen ni torturan a las personas.
Yuna una vez más se dio cuenta de que este es un lugar diferente de la Corea moderna.
Debía de tener más cuidado, tuvo cierta ansiedad porque había estado siendo demasiada vaga.
La ansiedad pronto se hizo realidad. Fue porque los caballeros que buscaron el palacio separado e interrogaron a las damas toda la noche anunciaron la visita del rey.
Yuna estaba nerviosa y saludó al rey.
El rey entró sin dudarlo y se puso nervioso en el salón del palacio separado, fingiendo ser cortés, se sentó cómodamente en el sofá como en su propia casa, y luego hizo un gesto para pedirle a Yuna que se sentara.
— Mucho tiempo sin verte.
— Sí... ¿Cómo has estado?
Yuna quería que su voz no temblara.
Hizo lo mejor que pudo. Y al principio, se culpó a sí misma por no haber aprendido los suficientes modales aquí.
— Estás... parece que has mejorado mucho.
Dijo el rey, observando a Yuna con ojos agudos.
Yuna bajó los ojos con la sensación de ser diseccionada viva.
— Sí... gracias...
Cuando el rey guardó silencio, después de esperar mucho tiempo, Yuna logró levantar la cabeza, examinar la tez del rey y preguntar.
— Bueno... Majestad... ¿Cuál es la razón de la visita de hoy?
El rey respondió como si de repente lo hubiera pensado mientras miraba a Yuna.
— Oh, hoy... Hmm, sí, hoy... sucedió algo malo.
Yuna estaba más nerviosa y esperaba las siguientes palabras del rey.
— Una carta de protesta oficial vino del Imperio.
— ¿Qué?
Yuna miró al rey sorprendida. Pero cuando vio la excitante expresión del rey, volvió a mirar hacia abajo, preguntándose si era una violación de la etiqueta.
— No es gran cosa. Son las cartas habituales. Se quejan de que no te estoy tratando adecuadamente... pero la única diferencia es que esta vez parecen saber que casi te matas, así que simplemente descubro quién lo filtró del país.
Yuna, sin levantar la cabeza, desesperadamente puso los ojos en blanco y pensó en la posición del Imperio.
Sin embargo, no ha podido entender lo que dice el rey o si simplemente la está probando.
— Lo siento, Majestad, ¿es un secreto el hecho de que me caí al lago?
Incluso había una extraña sonrisa en el rostro del rey.
— No, no. Sí, como dijiste, no fue un secreto que casi mueres. Por supuesto, he dado una orden de mantener el silencio porque es desagradable que hablen, pero hay tantos testigos, y has estado en ese estado por meses... incluso si alguien en este anexo no se molesta en decírtelo, en realidad hay muchas maneras de filtrar información.
El rey continuó su charla.
— Sin embargo, solo sospeché brevemente que alguien aquí estaba tratando de moverte llevándote al Imperio con algún otro propósito. Pero no se ha encontrado esa evidencia, así que puedes estar segura.
Yuna se retorció el cerebro otra vez, tratando de controlar su expresión facial lo más posible.
Si es del Imperio, la única que está a su lado es la niñera. Sería diferente si Yurishina hubiera reclutado previamente a otra criada leal, pero Yuna nunca había visto a una criada que la tratara de manera diferente, a excepción de la niñera, en los meses que pasó aquí.
Si es así, solo la niñera y Yurishina son las únicas que pueden empujar noticias al Imperio sobre el Rey.
Yuna, sin embargo, no creía que la niñera fuera capaz de impulsar las cosas con tanto cuidado. Independientemente de sus pensamientos, el Rey continuó hablando.
— En cualquier caso, el Imperio no ha tenido mucho que decir, vamos a manejarlo por nosotros mismo. Creo que funcionará de la manera que usted quería.
— ¿Qué? ¿Lo que quería?
Yuna estaba aún más sorprendida e inconscientemente volvió a levantar la cabeza. Entonces vio los ojos azul oscuro del rey, eran como el cielo nocturno.
— ¿No era eso lo que querías? Salir de este palacio y volver a ser la Reina.
"¡No! ¡No! ¡No!"
Yuna gritó en su mente.
La mirada desconcertada de Yuna hizo que la sonrisa del Rey fuera aún más grande.
— Lamentablemente, no es un retorno inmediato. No puedo hacer eso... por el bien de lo que has hecho. Pero de todos modos, te he llevado a un punto donde te he estado tratando... demasiado duro, y ahora que sé que apenas te has recuperado, creo que tendré que mostrarte...
El rey continuó hablando.
— Lo siguiente que sé es que el Imperio mandó un mensaje de felicitación por el festival internacional. Siento decir eso. En realidad estoy aquí para verificar tu condición.
Ella miró al rey sin comprender.
— Parece que habrá un gran número de nobles del Imperio, por lo que sería agradable para ti ir. Pero no deberías pensar en intentar hacer algo con ellos allí.
— No tengo intención de hacerlo.
Yuna respondió con firmeza mientras el rey se detenía. No había evidencia, pero se sentía incómoda porque parecía que estaba pensando en que intentaría comunicarse con alguien del Imperio.
El Rey no parecía creer que ella hubiera perdido la memoria.
— Sí, entonces me alegro.
— De todos modos, necesito que asistas un poco a la conferencia internacional. Porque el Imperio debe ver lo saludable que estás y lo bien que te está yendo.
El Rey se levantó.
— Luego de eso, veremos qué sucede.
Yuna se levantó apresuradamente y se inclinó, pero el rey salió sin esperar un saludo adecuado.