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10. Lo que se perdió.


Richard y Elisha subieron con Argyle al salón.

Richard le preguntó a Argyle.

— ¿Tiene alguna información?

Argyle negó con la cabeza con una mirada de disculpa.

— Busqué todos los libros que podrían tener información, pero no había información que pudiera ser útil. Pero...

— ¿Pero?

— Hay algunos libros que no han sido revidados.

Richard y Elisa miraron a Argyle con ojos curiosos.

Argyle agregó una explicación.

— Me da pena decir que no lo recuerdo exactamente.

— ¿Qué quieres decir con que no te acuerdas?

Argyle contó lo que pasó en la Torre de la Verdad.

Había subido al piso once donde estaba ubicado el libro que quería leer, así que buscó entre las estanterías.

En algún momento, perdió el conocimiento. Los bibliotecarios que se encargaban de ese piso fueron quienes lo encontraron inconsciente.

'¿Qué le pasó?'

Preguntaron, pero Argyle no les pudo responder.

No podía recordar qué era lo que estaba haciendo antes de desmayarse. Era como si alguien le hubiera cortado una parte de sus memorias.

Al parecer, había leído un libro antiguo.

Los bibliotecarios que observaron la condición de Argyle le hablaron sobre un libro antiguo.

Cuando escuchó esa palabra, Argyle recordé la historia de la que le hablaron cuando estuvo en la Torre de la Verdad.

En algún lugar de la Torre de la Verdad están los libros antiguos.

Se dice que un libro antiguo no es visible para nadie, y no tiene una ubicación específica, pero que de vez en cuando aparecen en algún lugar de la torre.

El momento y la ubicación de su aparición siempre es irregular, y muchos eruditos murieron sin ver el algún libro antiguo a pesar de que vivieron en la torre durante toda su vida.

Los libros antiguos son difíciles de encontrar, y aunque sean encontrados, muchas veces ni siquiera se podían leer.

Y si alguien podía, al termino la memoria de este sería borrada.

Los eruditos especularon que cuando la información escrita en el libro antiguo fue leída por una persona que no podía tolerarla, la magia de protección puesta en el libro antiguo borraría su memoria.

Elisa, que escuchó la historia, mostró interés en él.

— Es asombroso que tengan un libro así. ¿Por qué hicieron un libro con historias que no deberían ser conocidas? Un libro está destinado para transmitir información a un número indeterminado de personas.

— Bueno... creo que solo el autor del libro conoce los detalles, pero tal vez sea una historia que la gente común no debería conocer.

Tal vez su contenido era peligroso, pero necesario para que alguien lo supiera.

Después de la explicación, Argyle inclinó la cabeza con un poco de pesar.

— Siento no poder traer ninguna información que les haya podido ser de ayudar.

Pero Elisa sonrió y negó con la cabeza como si estuviera bien.

— Está bien. No se ha encontrado ninguna información sobre la energía negra, pero creo que encontramos una solución.

— ¿Una solución?

Ante la mirada curiosa de Argyle, Elisa asintió con una sonrisa confiada.


***



Elisa dijo que aprendería a usar el poder divino para purificar la energía negra en Richard.

Aiden no sabía que había una intención interna de acercarse naturalmente a Aiden.

Hoy era el día en que Elisa vino al templo.

Se suponía que Elisa visitaría el templo por la tarde después del almuerzo.

Aún no es mediodía, así que a Elisa le quedaba mucho tiempo antes de llegar.

Antes de la oración del medio día, Aiden se sentó a la mesa y miró la cajita que tenía en su mano.

La lujosa caja de terciopelo contenía una horquilla decorada con perlas.

Hace unos días fui a una joyería con Olivia y lo compró.

Fue un artículo que eligió él mismo y lo probó en Olivia, por lo que definitivamente era una buena opción para Elisa.

Sin embargo, dudaba en dárselo a Elisa.

'¿No se sentirá presionada si hago eso?'

Sabe que el amor de los padres y el amor de los hijos no pueden ser iguales.

Por lo tanto, se esforzó por no agobiar a Elisa dándole todas sus emociones desbordantes.

Sin embargo, cada que miraba a Elisa, seguía queriendo hacer algo.

Mientras Aiden estaba seriamente angustiado sobre si darle a Elisa la horquilla o no, sonó una campana para anunciar el mediodía.

Aiden se levantó de su asiento con un suspiro.

'Todavía tengo tiempo, así que lo pensaré un más, mas poco.'

Dejó la horquilla en la caja y salió de la habitación para hacer la oración del medio día.

Un momento después de que Aiden salió de la habitación, escuchó unos ligeros pasos y sonó un golpe.

— ¡Toc, toc! ¿Sigue aquí?

Cuando no hubo respuesta en la habitación, la puerta se abrió y apareció León.

León estaba a punto de entrar en la habitación, pero se mantuvo erguido como si hubiera recordado algo.

Luego, se dio unos golpecitos en el suelo con los pies para sacudir la suciedad de los zapatos. Aprendió eso de Aiden.

En estos días, León estaba realmente interesado en cuidar los macizo de flores.

Era bueno ver flores bonitas y oler flores fragantes. También porque le era interesante y divertido jugar con insectos en las flores.

A lo que más le ha estado prestando atención es los brotes que ha comenzado a crecer hace no mucho tiempo.

Fueron plantados con Elisa antes del festival de la Fundación.

Mientras León observaba crecer los brotes, estaba desarrollando su ambición de llenar el macizo de flores que Aiden le había confiado con muchas y bonitas flores.

— Quiero beber agua.

Murmuró para sí mismo, León se acercó a la mesa en la que había una jarra con agua. Luego se subió a la silla y vertió el agua en la taza.

Todavía era torpe, pero parecía que hacía esto a menudo.

León agarró la taza llena de agua con las manos y se la bebió.

— Kya...

El sabor del agua bajo el sol abrasador era el mejor.

Mientras hidrataba su garganta, dejó la taza, y vio una pequeña caja sobre la mesa con una horquilla dentro.

Los ojos de León brillaron cuando la vio.

— Oh, es bonito.

Entonces, recordó lo que le dijo Elisa mientras plantaban juntos, semillas en el macizo de flores.

'Si quieres que hayan más flores, puedes plantar las semillas de esta flor. Entonces, con el tiempo, habrá una gran cantidad de flores bonitas.'

Incapaz de apartar los ojos de la horquilla decorada con varias perlas, una idea se le ocurrió.

***


Aiden, después de la oración del mediodía, regresó directamente al anexo.

Se armó de valor mientras oraba, y decidió darle a Elisa la horquilla. Sin embargo, sería decisión de Elisa el si quería usarla o no.

Aiden se acercó a la mesa donde estaba la caja de terciopelo donde estaba guardada la horquilla de perlas. La horquilla estaba tal y como la había dejado en la caja.

Pero había algo que estaba mal.

— ¿..?

Las perlas redondas que decoraban la horquilla estaban desaparecidas.

Aiden miró la horquilla con ojos desconcertados.

La cuestión era, que solo había una persona que podía entrar libremente a este lado del anexo.

Justo a tiempo, la voz del sospechoso más posible, llegó desde afuera de la puerta.

— ¡Toc, toc! ¿Está aquí?

Incluso antes de que Aiden, que estaba mirando la horquilla con ojos apagados, respondiera, la puerta se abrió y entró León.

— ¡Su Santidad!

León miró a Aiden y trató de acercarse a él con una sonrisa, pero como si se hubiera recordado segundos tarde, se limpió los zapatos antes. Parecía que había estado jugando en el macizo de flores.

Aiden le preguntó a León.

— León, ¿tocaste esta horquilla?

— ¡Oh! ¡Yo los planté en el macizo de flores!

— ¿Qué?

— Mi hermana dijo que habrán más flores bonitas si planto sus semillas. Entonces se las daré todas a Su Santidad.

León, quien dijo eso, se sintió feliz por la idea de ser elogiado por su acción.

Aiden miró a León sin decir nada y se frotó la cara con una de sus manos mientras suspiró.
[Básicamente un face palm.]


***


Al llegar al templo, Elisa se dirigió directamente al anexo.

Aiden le dijo que llegaría al anexo un poco tarde porque había sucedido algo más, pero que se adelantara ella.

Cuando lleguó al anexo, pude ver el macizo de flores donde siempre estaba León en cuclillas.

Sin embargo, esta vez el niño no estaba ahí.

'¿Estará en la habitación?'

Elisa se asomó por la ventana del anexo.

Justo en frente de la ventana, vio a un pequeño jovencito sentado a la mesa haciendo algo. 

La comisura de los labios de Elisa se deslizó hacia arriba al ver a León sentado ahí.

Elisa dio golpecitos a la ventana para que el niño no se sorprendiera.

Entonces, la mirada del niño, que estaba absorto en algo, se giraron hacia la ventana.

Mientras agitaba Elisa agitaba la mano con alegría, las lágrimas llenaron gradualmente los ojos del niño que la miraban.

— ¿León?

Confundida por las repentinas lágrimas del niño, Elisa abrió la puerta y entró.

Entonces el niño rompió a llorar.

— Mi error... perdón...

Elisa que no entendía el significado de las palabras del niño, lo abrazó antes de hacer algo más.

Solo preguntó luego de que el niño dejó de llorar hasta cierto punto.

— León, ¿has hecho algo malo?

Ante la pregunta de Elisa, el niño entregó la horquilla de perlas que tenía en la mano y las perlas lavadas que había enterrado en el macizo de flores.

Lo había intentado pegar de nuevo, por lo que había pegamento en algunos lugares.

No sabe qué sucedió, pero podía adivinar que León estaba tratando de colocar de nuevo las perlas en la horquilla.

León respondió entre sollozos.

— Es es… el regalo para la hermana...

— ¿Regalo?

— El Santo Padre lo compró para mi hermana...

Al oír que era el regalo de Aiden, Elisa miró la horquilla que tenía en la mano.


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