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11. A donde se dirige la loca lealtad.


Hace media hora, frente a la panadería de la plaza. 

Sorprendido por la aparición de un hombre que comentaba sobre su poder, Richard se acercó al hombre con una mirada amenazadora.

— ¿Cómo sabes acerca de ese poder?

— No creo que yo pueda darte una respuesta a eso. Es porque escuché esta historia de alguien que sabe sobre 'el poder'.

El hombre continuó hablando con una expresión exageradamente arrepentida en su rostro.

— Te guiaré hacia aquellos que conocen del poder. ¿Te gustaría seguirme?

Argyle, que lo estaba mirando desde el lado de Richard, le habló al oído cuando vio que los ojos del hombre brillaban con astucia.

— Señor, esto podría ser una trampa.

Pero incluso con las palabras de Argyle, Richard miró al hombre con ojos indiferentes.

Ya había anticipado la posibilidad de que pudiera ser una trampa. Pero las trampas no eran un problema para él. Si es una trampa, es lo suficientemente fuerte como para acabar con todos ellos tal y como lo hizo con el Palacio Real de Phyran.

'Pero si esa persona realmente sabe acerca de este poder...'

Elisa estaba practicando en su tiempo libre su poder de la purificación para poder lidiar con el poder negro, incluso cuando su embarazo estaba tan avanzado.

Richard sabía que la razón por la que practicaba así era para encargarse de la energía oscura en él.

Esto era algo que estaba pensando constantemente. Deseaba aprender más sobre este poder para quitar esa carga de ella.

Pensando en ella así, no podía deshacerse de la más mínima posibilidad de averiguar algo.

Richard advirtió al hombre en tono amenazador.

— Si no es la respuesta que quiero, tendrás que renunciar a tu vida.

— De todos modos, ¿Con qué tipo de seguridad diría tal mentira?

— ...guíame.

— Por favor, espere un momento. Te traeré una carreta.

El hombre dobló la esquina de la panadería y desapareció con una sonrisa de regodeo.

Richard le entregó a Argyle la caja de galletas y una botella de vidrio con dulces hechos a mano.

— Vuelve primero.

Pero cuando vio la caja de galletas y los coloridos dulces recordó lo que Aiden le había dicho ayer.

"Su excelencia dijo que Elisa me necesitaría más, pero Elisa estará más segura con usted que conmigo."

Quédate con ella cuando más te necesite.

"Nunca, nunca, jamás te alejes de su lado..."

En el momento en que pensó en las palabras de Aiden, pensó en otra posibilidad que no se le había ocurrido hasta ese momento.

'¿Y si no es una trampa dirigida a mí, sino una trampa dirigida a Elisa?.'

Solo pensar en la posibilidad le heló la sangre. Tuvo un mal presentimiento por alguna razón.

— ... Argyle, atrapalo.

— ¿Qué?

Richard se fue volando, dejando a Argyle aturdido por el repentino cambio en su comportamiento.


***


Lo primero que llamó la atención de Richard cuando llegó a la mansión del Marqués de Serriot fueron las flechas que volaban hacia Elisa.

Fue difícil pensar con claridad cuando los ojos de Richard miraron lo que estaba pasando.

Al mismo tiempo que estaba poseído por una intención asesina, la energía negra emanaba de él.

La energía negra rodeó a todos los arqueros en el suelo. Y les cortó la respiración.

Los arqueros atrapados por la energía negra lucharon hasta morir de dolor.

Solo entonces Richard se dio cuenta de que había usado un poder que no debería usar, pero no era algo que le importara en ese momento.

La principal prioridad para él ahora era la seguridad de Elisa.

Richard descendió al suelo y corrió hacia Elisa.

— Elisa.

— Richard...

Elisa, relajada sólo después de ver el rostro de Richard, cayó en sus brazos.

El cuerpo tembloroso de Elisa testificó el horror que debió haber sufrido.

— Todo está bien ahora.

— ...

— Siento llegar tarde.

Richard le besó la esquina de la frente como para calmar a la temblorosa Elisa, mientras revisaba la herida en su brazo.

Afortunadamente, la herida no era profunda, pero la expresión de Richard estaba dolorosamente distorsionada.

La energía negra que crepitaba detrás de su espalda comenzó a desvanecerse lentamente.

Richard dejó a Elisa con Thompson y se acercó al conmocionado Kane y a sus seguidores.

Sus ojos estaban cargados con odio cuando se acercó a Kane.

— ¿Con quién te has aliado?

Kane, privado de su puesto como el siguiente jefe de familia, no tiene poder para movilizar a este gran número de personas. Debe haber alguien ayudándolo tras el telón.

— Dime.

Kane dirigió una mirada asustada al ver que Richard se acercaba y se alejó vacilante.

'¿Cómo llegaste aquí?'

Le había lanzó un cebo que no podía evitar morder, pensó que lo que le dijeron sería suficiente para distraerlo.

Pensó que, para cuando Richard se enterara de la muerte de Elisa, él ya habría huido.

Solo pensó que estaba jodido. Pero ahora no hay vuelta atrás.

Kane gritó a los mercenarios contratados.

— ¿Qué, qué están mirando? ¡Vamos, ataquen!

Los mercenarios vacilaron, se dieron cuenta de que no podían escapar y atacaron a Richard al unísono.

Richard creó una tormenta, los hizo levitar en el aire y luego los dejó caer.

El ruido de los huesos siendo aplastados en el suelo y los gritos horrorizados de los hombres se escuchó por todo el lugar.

Kane tembló al ver a Richard acercándose cada vez más a él.

Lo que daba más miedo que el terrible caos frente a él era Richard, que tenía un rostro indiferente, como si para él, el lugar lleno de gritos y sangre no significara nada.

Al ver esa imagen, se dio cuenta de que la expresión de "el demonio del campo de batalla" con la que el Ejército del Reino de Phyra solía llamarlo era real.

Pero, por otro lado, aunque estaba asustado también sentía injusticia.

'¿Por qué...?'

¿Por qué Dios le dio tanto poder a él? Fue injusto y le hizo sentir miserable. ¡Él quería vivir!

Asi que Kane le dijo a Richard la información que le había pedido.

— ¡Raymore Felice!

— ...

— ¡Él me ayudó!

— ...

— Te he dicho la verdad, así que por favor perdoname la vida...

El paso de Richard se detuvo frente a Kane, quien bajó la cabeza.

Una voz espeluznante sonó sobre Kane.

— No recuerdo haber hecho un trato así.

¡Scrash!

Sin aviso, un rayo cayó sobre Kane.


***


Richard, que regresó a la residencia del duque con Elisa, lo primero que hizo fue llamar a un médico.

Cetyl se acercó a Richard y Elisa, que estaban sentados en la cama.

— La herida en el brazo...

— Bebé... revisa a mi bebé primero.

Richard, que estaba tratando de curar las heridas de Elisa, dejó de hablar cuando escuchó a Elisa.

Era la primera vez que Elisa hablaba desde el ataque porque había perdido toda su energía y estaba exhausta.

Cetil miró cuidadosamente a Richard a los ojos ante las demandas mixtas de las dos personas.

Richard asintió con la cabeza cuando notó la impaciencia de Elisa.

Estaba preocupado por la herida sangrante de Elisa, pero no era tan profunda.

Era de mayor prioridad el tranquilizar a Elisa, que estaba ansiosa por su bebé.

Cetil examinó el estado del niño en el vientre según las instrucciones de Elisa.

— Su corazón late tan saludable como siempre. ¿Tuviste otros síntomas? O dolores estomacales fuera de lo habitual...

Elisa negó con la cabeza. Afortunadamente, hasta ahora no ha habido tales síntomas.

— Entonces no tendrás ningún problema con el bebé. Lo primero que debes hacer, es tomarte unos días para descansar y observar...

Solo después de escuchar las palabras de Cetil, Elisa se sintió aliviada.

La expresión de Richard, sintiendo que el cuerpo tembloroso de Elisa se había estabilizado mucho, también se relajó.

Cetil salió de la habitación después de aplicar un simple tratamiento para la herida del brazo de Elisa. No era una herida tan grande como había esperado Richard.

Richard acostó a Elisa, que parecía cansada. Luego, recostándose detrás de ella, acarició su barriga, calmando a la asustada Elisa.

— Estaré a tu lado, así que toma una siesta.

Entonces, sonó el golpe. Era Argyle.

— Su Excelencia, señora. ¿Puedo pasar un momento?

— Adelante.

Antes de que Richard respondiera que se iría para que Elisa pudiera dormir, Elisa permitió que Argyle entrara.

Argyle entró en el dormitorio y le dio la noticia.

— Acabo de recibir un mensaje de Sir Thompson, diciendo que todos los sirvientes del Marqués, que fueron detenidos en el sótano del Marqués, están a salvo.

Elisa se sintió aliviada al escuchar la noticia. De todos modos, era la persona del carruaje lo que les preocupaba.

— Y cuando le pregunté al tipo que vimos en la panadería, me dijo que fue el Marques Raymore Felice quien le habló del poder.

La expresión de Richard se endureció ante eso. Elisa, que había estado escuchando la historia en silencio, miró a Richard con una expresión desconcertada cuando escuchó la inesperada historia.

— ¿El Marqués conoce sobre la energía en ti? ¿El Emperador sabe sobre ese poder?

— ...tal vez, hay una posibilidad.

Quizás era la intención del Emperador el conseguir este poder. No lo sabía.

Sin embargo, nada estaba seguro hasta que supiera la identidad de este poder.

En ese momento, Argyle habló de nuevo.

— Y dijo que el marqués de Felice te está esperando.

Las cejas de Richard se estrecharon. Quería ir a verlo de inmediato, escuchar lo que sabía sobre 'el poder' y preguntarle sobre su intento de matar a Elisa, pero le molestaba dejar a Elisa sola, que aún no estaba estable.

Elisa, que había adivinado sus pensamientos, dijo.

— Ve, Richard.

— Elisa...

— En lugar de eso, ten cuidado, ¿si? Tienes una esposa y un hijo a los que debes proteger.

Richard, que había estado en conflicto durante un tiempo, finalmente se levantó de la cama.

— Vuelvo enseguida. Descansa.

Besó la frente de Elisa y salió de la habitación.

Elisa yacía en la cama, acariciando su estómago y durmiendo. Fue un momento en el que se quedó dormida que...

— Ah...

Elisa abrió los ojos después de sentir su vientre apretujarse con fuerza.

Trató de pasarlo por alto porque era una dolencia temporal, pero los síntomas no desaparecieron fácilmente.

'De ninguna manera...'

El presagio no fue bueno.


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