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17. Nuestro mundo



Llamas imparables bloqueaban el camino de todo monstruo que intentara acercarse a la casa del Duque.

Sin embargo, aunque se podía evitar el ataque de monstruos terrestres, los monstruos voladores era algo más difícil de bloquear.

Los caballeros de Rubelin levantaron sus arcos y se enfrentaron a los monstruos voladores.

— ¡Se acerca una horda de gárgolas!

— ¡Arqueros, todas las tropas estén atentos!

Cuando el subordinado directo de Thompson, Sert, dio órdenes a los caballeros, los caballeros del duque de Rubelin tensaron sus arcos al unísono y apuntaron a los monstruos que se acercaban.

Poco después, se emitió una señal para disparar las flechas.

Las flechas voladoras golpearon a los monstruos que avanzaban, y los caballeros rápidamente manejaron a los monstruos que caían después de ser golpeados por las flechas.

Gracias a las llamas de León habían podido evitar los ataques de los monstruos terrestres.Argyle, que sostenía a Leon en sus brazos, preguntó con cuidado.

— ¿No lo está pasando mal, Alteza?

— Sí. Estoy bien. ¿Qué es Alteza?

— Yo...

En el momento en que Argyle trató de explicar el título, la voz de una mujer desesperada se escuchó desde fuera ducado.

— ¡Sa, sálvame!

Mirando hacia el lado donde se escuchó la voz, los monstruos intentaban dañar a las mujeres. Al ver eso, Leon gimió.

— ¡Señor... tienes que ayudarlas!

— ¿Qué? Cómo...

El fuego que Leon había levantado al frente de ellos ardía con fiereza.

Los monstruos no podían entrar a la mansión del duque, pero tampoco los miembros de la mansión del duque podían salir.

Argyle estaba avergonzado por no saber qué hacer, de pronto las llamas alrededor de la puerta de hierro se apagaron temporalmente.

— ¡Detuve las llamas! ¡Apresúrate! ¡Apresúrate!

A instancias de Leon, Argyle bajó a Leon y se acercó a la puerta de hierro con los caballeros a su lado.

Los caballeros se esforzaron por abrir la puerta de hierro caliente y salieron.

Un monstruo con forma de lobo estaba sobre una de las mujeres, la saliva goteaba al rededor de su boca abierta, y la otra mujer estaba balanceando un balde hacia el monstruo.

— ¡Argh! ¡Ayúdame!

— ¡Fuera de mi camino!

Sin embargo, el torpe ataque no asustó al monstruo, sino que lo estimuló.

El monstruo cambió su objetivo y corrió hacia la mujer que sostenía el balde.

En ese momento, los caballeros de Rubelin dispararon flechas para golpear al monstruo.

— ¡Crrrrrrrrrrr!

El monstruo que fue alcanzado por una flecha en el cuerpo se detuvo de dolor, los Caballeros de Rubelin aprovecharon ese momento de consternación para correr y matar al monstruo.

Mientras tanto, Argyle se acercó a las mujeres.

— Es peligroso si estás aquí por ahora. Vengan con nosotros al palacio del duque.

— Gracias....

Los caballeros llevaron a las mujeres de regreso a la mansión del duque.

Argyle y el resto de los caballeros estaban a punto de regresar a la mansión del duque después de lidiar con los monstruos cuando vieron el extraño fenómeno en el cielo.

— Ah, ¿qué le pasa al cielo?

Uno de los caballeros junto a él miró hacia el cielo y preguntó con voz inquieta.

Ante esas palabras, Argyle, que miró al cielo, también frunció el ceño.

Todo el cielo se tiñó de negro. La energía negra parecía extenderse por encima del palacio imperial.Como si hubiera derramado pintura negra sobre el paisaje.

— Su Excelencia y la Señora... ¿Estarán bien?

Argyle miró el palacio imperial rodeado de energía negra con una expresión firme y asintió.

— Están bien. Son fuertes...

En ese momento, otro grito vino de cerca.

Argyle se acercó y agregó.

— Protegeremos esta mansión hasta entonces.

Ojalá ustedes dos puedan regresar sanos y salvos.


***


Al mismo tiempo, el subespacio del bosque del arból divino. Lardin, que había cerrado los ojos, estaba apoyado contra el enorme árbol divino, abrió los ojos en silencio.

Sus cejas, que siempre habían sido indiferentes, ahora estaban ligeramente fruncidas.

'El poder del caos...'

El poder del caos estaba tratando de absorber la vida del árbol divino, invadiendo las raíces del árbol que se extienden al rededor del mundo. El poder todavía era insignificante porque la distancia desde el Reino hasta el bosque del árbol divino era extensa, pero podía sentir claramente el poder del caos, intentando convertirse en uno con la fuerza del árbol divino.

Lardin miró al cielo con mirada firme.

El cielo, que siempre estaba lleno de luz, estaba cubierto de energía negra.

Lardin recordó lo que había dicho Elisa mientras observaba la escena.

'Yo... No, no vamos a seguir ese destino.'

'Encontraremos nuestra propia respuesta.'

Lardin murmuró mientras miraba el cielo, que se estaba volviendo cada vez más oscuro.

— Espero que logres encontrar tu respuesta... Arien.



***


— ¿Richard ...?

Elisa miró a Richard sin poder creerlo.

Era capaz de saberlo con solo una mirada.

Que el hombre que ahora estaba parada frente a ella no era su dulce esposo que la amaba.Lo que tanto preocupaba a Lardin finalmente había sucedido.

'En este momento, el alma no está completamente fusionada, así que es capaz de resistirse, pero pronto perderá su control y se convertirá en el rey demonio que ansía la matanza'.

— ...

'No será capaz de reconocerte a ti... ni a tu hijo.'

Elisa negó con la cabeza como sino quisiera creer en las palabras de Lardin.

Eso no podía ser cierto, no podía haberse olvidado de quien es.

— Richard.

Elisa se acercó lentamente a Richard.

Solo la miró con ojos fríos y no se movió.

No intentó acercarse a ella ni abrazarla como antes.

Sin embargo, Elisa se acercó a él y extendió la mano.

— Richard, vamos, volvamos a casa. Ya todo terminó.

En ese momento, el poder del caos que emanaba de Richard atacó a Elisa y la arrojó contra la pared detrás de ella.

— ¡Ack!

Un terrible dolor estalló en los pulmones de Elisa.

Elisa dejó escapar un suspiro doloroso y se apoyó contra la pared detrás de ella.

Mientras tanto, Richard, que había acortado la distancia, agarró el delgado cuello de Elisa con una sola mano.

— Uhg...

Los ojos de Richard estaban inquietantemente vacíos, como los de un monstruo poseído por el poder del caos.

Apretó con más fuerza su mano al rededor del cuello de Elisa mientras la miraba sin decir nada.

Elisa se retorció del dolor, pero intentó con todas sus fuerzas volver a hablar.

— Ri... chard...

Este agarre era tan diferente a la forma en que la sostenía cada vez que el viento soplaba y temía que pudiera tirarla.

Ahora solo un par de ojos vacíos e indiferentes la miraban.

El dolor de estar en el umbral de la muerte no era nada comparado al dolor de que fuera él quien la estaba lastimando.

'Después de todo ¿tenemos que matarnos el uno al otro...?'

Quería desesperadamente evitarlo, pero todo indicaba que era un destino inevitable. Elisa, que estaba luchando contra la falta de aliento, agarró la muñeca de Richard y usó el poder divino.

La mano de Richard, que había estado asfixiando a Elisa, se aflojó momentáneamente. Elisa no perdió la oportunidad y lo atacó con su poder divino.

— Argh...

Richard retiró su mano con una expresión molesta en su rostro.

Elisa, que había perdido todas las fuerzas de su cuerpo, cayó al suelo en cuanto la soltó.

Una caja de música cayó de su vestido en ese momento.

Era una de las grabadoras que habían sido enviadas por la Torre de la verdad.

La tapa de la caja de música, que había estado rodando un par de veces, se abrió y de ella salió una voz familiar.

[Harness... mamá, dilo... mamá.]

[Mma... ma.]

[Oh, buen trabajo, hijo mío.] 

[Probemos con papá esta vez. Papá. Papá.]

[¡Paa... pa! ¡Woohoo!]

La risa de Elisa y Harness se escuchó.

La mano de Richard, que estaba a punto de volver a agarrar el cuello de Elisa, se detuvo.

Elisa notó la vacilación del momento y dijo.

— Richard...

— ...

— Volvamos a casa, vamos con nuestro hijo...

— ...

— A nuestra casa, donde nuestro bebé está esperando...

Pero la vacilación de Richard fue momentánea. Su mano, que se había detenido por un momento, la agarró de nuevo, asfixiándola con más fuerza que antes.

Sin dudar como lo hizo antes.

Como si intentara de deshacerse rápidamente de lo que le hacía dudar.

Elisa luchó por respirar, sufriendo por la fuerza con la que era sostenida.

A medida que se quedaba sin aire, su mente se volvió borrosa y cada vez fue más difícil el concentrarse para usar su poder divino, pero incluso cuando logró sostener su muñeca y usar el poder divino, el poder del caos que fluía del cuerpo de Richard la bloqueó.

— Ri... Ri... chard...

Poco a poco la respiración de Elisa se debilitó hasta detenerse.

Cuando el poder del caos, que había estado fluyendo e intentando tragar todo lo que estaba a su paso, tocó el colgante del cristal de purificación que colgaba del cuello de Richard, este se cuarteó.

Finalmente, cuando el colgante se rompió en pedazos, la fuerza sagrada condensada en el cristal fluyó y penetró en el cuerpo de Richard.

En ese momento hubo un pequeño destello de emociones en los ojos de Richard.

Al ver la escena la sorpresa e incredulidad invadió a Richard, seguido de un sentimiento de culpa.

La fuerza en el agarre que cortaba la respiración de Elisa también se aflojó.Solo por un instante.

— ...

El poder del caos fluctuó fuertemente y rápidamente expulsó el poder sagrado que había entrado en Richard. La expresión de Richard estaba dolorosamente distorsionada.

Richard retiró rápidamente las manos que rodeaban el cuello de Elisa.

Elisa respiró con dificultad y lo miró sin comprender.

— Richard...

Richard tembló, incapaz de decidir si agarrar a Elisa de nuevo o alejarse completamente de ella.

Parecía que le costaba mucho elegir.

Como si luchara contra una fuerza invisible fuerte.

Mientras era envuelto por la oscuridad nuevamente, las emociones de tristeza y dolor pasaron por sus ojos mientras miraba a Elisa.

Elisa tuvo un mal presentimiento.

— No...

No hubo oportunidad para detener lo que estaba a punto de suceder, Richard extrajo una daga del bolsillo interior de su ropa y sin dudar se atravesó el pecho.


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