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17. Nuestro mundo.



Al día siguiente, Elisa visitó el templo.

León y Harness también iban. Aiden, que acababa de terminar la oración del mediodía, fue a esperar a Elisa en cuanto se enteró que iría de visita.

Leon, que veía a Aiden por primera vez en mucho tiempo, corrió con alegría hacía él.

— ¡Su Santidad!Aiden también le dio un saludo de bienvenida y abrazó a León.

— ¿Cómo has estado, Leon?

— ¡Bien! Te extrañé.

— Yo también te extrañé.

Leon sonrió en los brazos de Aiden, que lo abrazaba cariñosamente.

Aiden le acarició la cabeza, encantado con la apariencia de Leon, que parecía haber mejorado mucho luego de lo ocurrido el día del incendio en el bosque.

Elisa llegó unos segundos después de León.

— Padre.

— Estás aquí, Elisa.

Harness miró a Aiden y miró a Leon, sonrió un poco y luego le tendió la mano a Aiden.

— ¡Hu.. hu... hu!Era como si estuviera imitando a Leon, quien estaba feliz por la presencia de Aiden.

Al escuchar el balbuceo del niño, Aiden sonrió y abrazó a Harness.

— Oh, ¿disfrutaste tu viaje a Harness?

Elisa, viendo a Aiden ser amado por los niños, sonrió.

— ¿Estás bien? No pasó nada especial, ¿verdad?

— Sí. Todo estuvo bien en el bosque del árbol divino. Gracias por tu preocupación.

Una sonrisa se extendió alrededor de la boca de Aiden, al confirmar que Elisa había estado bien.

Era diferente de la sonrisa gentil pero de alguna manera fría que le dio cuando lo conoció por primera vez.

Esta era una sonrisa sincera.

— Vamos adentro.

Aiden entró en el anexo con Elisa, Harness y Leon.

Tan pronto como León entró en la habitación, se acercó a la chimenea y prendió fuego.

Ahora parecía ser muy hábil en eso.

Aiden, al ver a Leon hacer eso, le dio unas palmaditas en la cabeza y lo elogió.

— León, has mejorado mucho.

— Jeje. Practiqué mucho.

Leon movió sus hombros con expresión orgullosa.

Elisa dejó los juguetes de madera que Leon había traído sobre la alfombra y dijo.

— León. Su Santidad y yo tenemos algo de qué hablar, así que juega solo un rato. ¿Puedes hacer eso por mí?

— Sí. Leon juega bien él solo.

Leon comenzó a jugar con sus juguetes. Elisa se sentó frente a Aiden con Harness en sus brazos.

— ¿Encontraste una solución?

Su pregunta ensombreció el rostro de Elisa, que había estado sonriendo hace un momento.

— En el Bosque del árbol divino.

— Mma. Mma.

Cuando Elisa estaba a punto de hablar, Harness, que estaba mirando a Elisa, comenzó a mover su mano para atraer la atención de Elisa.

Elisa besó la manita del niño y dijo tranquilamente.

— Harness. Mamá hablará con el abuelo.

Sin embargo, en el momento en que Elisa intentó hablar de nuevo con Aiden, Harness balbuceó.

— ¡Mmma, mma, ma!Elisa y Aiden, que habían mantenido expresiones serias comenzaron a reír ante los intentos de Harness por hablar.

— Ha estado balbuceando mucho últimamente. Cuando intento decir algo, él siempre trata de imitarme.

— Mma...

— Creo que sabe que lo miraré cuando dice mamá. ¿Verdad, Harness?

Elisa apretó la mano de Harness y preguntó afectuosamente.

Harness comenzó a sonreír, como si tener la atención de su mamá sobre él fuera lo mejor.

Aiden le sonrió a Harness.

— Te amo mucho, amor.

— He...

Elisa le pidió prestado un juguete a Leon y se lo dio a Harness para que dejara de interrumpir la conversación.

La atención de Harness se centró rápidamente en el juguete y se quedó en silencio.Entonces Elisa comenzó a hablar.

— Conocí a esa persona, Lardine Esther, en el Bosque de los Árbol Divino.

Los ojos de Aiden se abrieron con sorpresa al escuchar el nombre del héroe legendario.

— ¿Esa persona realmente existe... Entonces, encontraste una manera?

— No. Solo dijo que necesitamos purificar el poder de Richard.La expresión de Aiden, mirando a la ansiosa Elisa, también se endureció.

— El poder de Richard es cada vez más fuerte. La evidencia es que el radio de su influencia es cada vez más amplio... 

— Debo darme prisa y encontrar otro camino.

— Richard sugirió que purifiquemos su alma... pero eso es demasiado peligroso.

— Bien...

— ¿Hay alguna otra manera?Aiden reflexionó por un momento y le preguntó a Elisa.

— ¿Hubo alguna singularidad que vieras durante su estancia con su excelencia? En caso de que encontremos una pista debido a algún suceso especial.

— Singularidad...

— ¿Algo que haya sido especial?

Mientras pensaba en lo que había pasado, Elisa recordó la "brecha" que había visto en la villa del marqués de Beltane.

— Había algo así como un vacío en su alma. Solo lo vi una vez, así que puedo estar equivocada, pero...

— ¿Un vacío?

¡Ka!

En ese momento, Harness tiró el juguete de madera que estaba lamiendo.Sorprendidos por el sonido, tanto Elisa y Aiden, así como Leon, que estaba jugando, mirarón hacía Harness y el juguete.

El juguete se partió en dos.

— Oh Dios. Leon, lo siento el bebé rompió tu juguete. Estar hermana va a...

Elisa recogió apresuradamente el juguete roto.

Pero sucedió algo extraño. En el interior de juguete de madera con forma de perro, había una silueta perforada, hecha para encajar un juguete más pequeño en forma de cachorro.

'No se ha roto... Desde el inicio ha sido un juguete que puede dividirse en dos.'

Debido a que el juguete era nuevo, venía sellado tan fuerte que parecía que fuera uno. Pero siempre han sido dos.

En el momento en que Elisa vio eso recordó lo que Lardin había dicho en la visión de Elisa.

"En este momento, el alma no está completamente fusionada, por lo que es capaz de resistirse, pero pronto perderá su control y se convertirá en un demonio que codicia la matanza."

Una fusión es que dos o más sustancias se combinen en una.

En pocas palabras, significa que el alma de Richard consta de al menos dos partes.

Richard dijo que comenzó a usar la energía negra luego de visitar el cañón.

Entonces, si algo estaba habitando en el alma de Richard que lo hacía actuar de ese modo...

"No puedo purificar el alma de Richard, pero si la separo con lo que se ha fusionado ¿no puede volver a ser como era antes?"

En ese momento hubo un destello de luz en la oscuridad. Un poco de esperanza.

'Si esta hipótesis es correcta, podemos salvar a Richard'.

Aiden, que estaba mirando a Elisa, quien de repente se perdió en sus pensamientos, llamó a Elisa con curiosidad.

— ¿Elisa? ¿Qué pasa?

— Creo que he encontrado una forma de hacerlo...

Una brillante sonrisa se extendió en los labios de Elisa, quien descubrió una posibilidad.


***


Después de almorzar con el marqués de Astrid, a quien recientemente se había acercado, el Emperador dio un breve paseo con él antes de tomar una siesta.

Dos horas después, eran las tres de la tarde, cuando el sol empezó a ponerse en medio del cielo.

Era el momento en que el Emperador les dijo que lo despertaran. El mayordomo, que había estado esperando frente al dormitorio del Emperador durante 15 minutos, llamó a la puerta tan pronto dio las tres de la tarde.

— Su Majestad, es hora de despertar.

Sin embargo, no hubo respuesta en la habitación, por lo que el mayordomo inclinó la cabeza. El Emperador es de sueño ligero, por lo que despertaba rápidamente incluso con un pequeño ruido.

Especialmente cuando duerme la siesta, no en medio de la noche.

— Su Majestad.

Después de tocar un par de veces más, el mayordomo entró silenciosamente al dormitorio cuando el Emperador no respondió.

Como era de suponer, el Emperador seguía durmiendo.

— Su Majestad, tiene que levantarse ahora. El horario de la tarde...

El mayordomo, que cuidadosamente agitó el brazo del Emperador para despertarlo, hizo una pausa.

Era extraño que una persona que normalmente ya se hubiera despertado no se moviera cuando le tocaban el cuerpo.

'No hay sonido de respiración'

No estaba respirando.

Temblorosamente el mayordomo colocó su mano frente a la nariz del Emperador.

No pudo sentir la respiración que en una persona viva.Tan pronto el mayordomo se dio cuenta sus ojos se agitaron y gritó con urgencia.

— ¡Llamen a la Corte Imperial, la Corte Imperial!


***



En ese momento, Christian estaba jugando con sus seguidores.

Black Jack. Un juego en el que se reparten cartas, y gana la persona que la suma de los números de sus cartas se acerque más al 2.

Era el turno de Christian para recibir la tarjeta.El repartidor le dijo a Christian.

— ¿Quiere otra carta, Alteza?

Christian asintió.Las cartas en su mano eran 4 y 5. Cualquier carta que le dieran sería beneficiosa.

El repartidor le entregó una carta.

Christian tomó un sorbo de vino y agarró la carta que le habían entregado.

Era un As, esa tarjeta puede ser usada tanto como un 'once' o un 'uno'.

Usándola como 11, el número total de la suma en las tarjetas de Christian ascendió a 20, lo que aumentó las posibilidades de Christian de ganar.

'Mi victoria'.

Los labios de Christian, quien predijo su victoria, se crisparon levemente, pero mantuvo su cara de póquer.

En ese momento, la puerta se abrió sin previo aviso y un sirviente entró corriendo.

— ¡Su Alteza!

La expresión de Christian se arruinó por la aparición del sirviente descortés, que interrumpió momentos antes de su victoria.

— No puedo creer que hayas entrado sin llamar. ¿Es que no aprendiste modales?

— No es que...

El sirviente, que respiró con urgencia, continuó hablando entre sollozos.

— Su Majestad el Emperador... ha muerto...

Los ojos de Christian temblaron violentamente al escuchar la inesperada noticia.



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