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18. Felices para siempre.


Poco después, la puerta de entrada al salón se abrió y apareció León, vestido con la túnica del emperador.

León se acercó y caminó sobre alfombra rojas, a ambos lados alineados estaban los nobles.Se veía digno y majestuoso, pero todos tenían un pensamiento...

'¡Tan lindo!'

Lo mismo sucedió con Elisa. León, que parecía un poco nervioso, ascendió solemnemente al trono a diferencia de su humor habitual, pero incluso eso parecía lindo ante los ojos de Elisa.

Aiden, quien asistió a la coronación de Leon como el Papa, también sonrió por lo lindo que era León.

Leon miró a Aiden con una mirada bastante rígida.Parecía haber olvidado lo que tenía que hacer a continuación. Aiden sonrió y asintió con la cabeza hacia los nobles.

León, que entonces recordó la siguiente orden, se apresuró a dirigirse a los aristócratas.

Los nobles encontraron linda la apariencia torpe del pequeño Emperador, pero lucharon por contener la risa, por respeto a la dignidad del Emperador.

Leon se humedeció los labios y habló.

— Yo, Leon Cairo...

Era una voz pequeña, pero resonaba claramente en el silencioso pasillo.

Harness, que había estado mirando fijamente a su nervioso hermano, susurró como si animara a Leon.

— ¡He.. he.. he!

Miró hacía Elisa y Richard, que lo miraban con una sonrisa, al igual que Harness. León continuó con su discurso.

— Oh, juro ser el guardián de Arencia y que cuidaré y protegeré a estas personas hasta el final de mi vida.

Aiden, que miraba a Leon con una expresión feliz, se paró frente a Leon con la corona en la mano.Leon miró a Aiden con una mirada nerviosa.

Aiden sonrió y puso la corona en la cabeza de Leon.

— Con esto, Arencia ha obtenido a un sabio que traerá gran gloria a todo el imperio, así que espero que disfrute del reinado de Su Majestad durante mucho tiempo.

Aiden miró a Leon y asintió de nuevo hacia los nobles.

Una vez coronado, León miró a los nobles.

Los vítores estallaron de aquellos que miraban a Leon.

— ¡Viva Su Majestad!

— ¡Viva Su Majestad!

Ahora, todos los nobles que conocían la historia de la participación del pequeño Emperador protegiendo a los civiles lo elogiaron, y la tensión desapareció gradualmente de la expresión de León mirando a quienes lo admiraban.

León, que los miró sin comprender, sonrió con orgullo.

— ¡Guau!

Harness también estaba de buen humor, babeando y riendo.

Richard, que estaba mirando a León mientras sostenía a Harness en brazos, le dijo a Elisa.

— Se convertirá en el Emperador más valiente y sabio de la historia.

— Sí, lo hará.

Elisa asintió como si estuviera de acuerdo con él.La ceremonia de coronación del pequeño emperador más valiente y sabio de la historia concluyó con éxito.


***


Después de la ceremonia de coronación, Elisa primero envió a León al Palacio Imperial.

Debido a que León, que era aún joven, debía estar cansado por estarse preparando para estos eventos oficiales.

Richard se quedó organizando el evento de la coronación de León.

Después de encargarse del resto, los dos fueron al dormitorio del Emperador con Harness y Aiden.

Leon acababa de salir del baño.

Cuando las doncellas de León se retiraron, Elisa acarició la cabeza de Harnnes.

— León, hiciste un gran trabajo hoy. Todos te felicitaron por ser un gran rey.

— ¿En verdad?

— Por supuesto. Te veías genial hoy, Leon.

— Harness incluso babeó porque pensó que eras genial.

— Uh-bu-bu.

Aiden, Richard y Harness también ayudaron a Elisa felicitando a León.

León, que estaba de buen humor ante los elogios de todos, sonrió con torpeza.

Elisa sentó a Leon en la cama.

— Leon, ¿cómo te sentiste al ver a la gente?

— A Leon le agrada la gente porque les gusta Leon.

Para ser un niño la respuesta fue incomparable. Elisa sonrió y siguió hablando.

— A Leon también le gustan, así que estoy segura de que podrá ser un rey agradable y bueno.

— ¡Sí!

Leon parpadeó con decisión en sus ojos y asintió vigorosamente.Sin embargo, un bostezo se escapó de su boca.

Era hora de que el maravilloso emperador se fuera a la cama.

— Debes estar cansado. Vamos a dormir ahora, Leon.

— ¡Uff... Ah!

León, que estaba a punto de acostarse en la cama, volvió a saltar cuando recordó algo.

Luego, tomó algo de la mesa y se lo tendió a Richard.

— Tío, lea esto.

Las aventuras de Parr, era libro de cuentos de hadas favorito de León.

Al verlo, Richard, Elisa, y Aiden se echaron a reír. Richard murmuró mientras se sentaba junto a la cabeza de Leon como si no pudiera negarse.

— Por supuesto, no me atrevería a rechazar al Emperador.


***



— Uf...

Al día siguiente, Leon sintió la luz del sol penetrando por la ventana y abrió los ojos.

Cuando terminó de frotarse los ojos, frente a él, la vista del dormitorio en el que había dormido era extraña.

La habitación en la que dormía cuando estuvo con el duque de Rubelin era grande, pero la habitación del Emperador era aún más grande.

Era una habitación grande y hermosamente decorada, pero desolada. Ha pasado aproximadamente una semana desde que comenzó a vivir en el palacio imperial, pero era un paisaje al que aún no se acostumbraba.Leon miró inexpresivamente la habitación y bajó de la cama.

— Juguemos hasta que venga la niñera.

Cada mañana a las nueve, la niñera venía a despertar a Leon.

En general, no se podía despertar al Emperador a menos que el Emperador lo ordenara de antemano.

Sin embargo, la niñera llegaba a despertarle porque era importante inculcar un estilo de vida regular y saludable para el aún joven Emperador.

Hasta entonces, era el tiempo libre de Leon. León sacó una figura de dragón de una caja de juguetes cercana.Después de leer el cuento de hadas "Las aventuras de Parr", Leon estaba obsesionado con los dragones.

Cuando caminaba con su figura de dragón, se sentía mejor porque podía imaginar que viajaba junto a un dragón por el mundo.

Sin embargo, perdió rápidamente el interés jugando solo.

— Te echo de menos.

Leon recordó a Elisa, cuando jugaban juntos o entrenaba con ella.

Extrañaba a Richard, que leía los cuentos de hadas con una voz calmada, y a Harness, que se reía de él.

Pero León sabía que ahora tenía que acostumbrarse a esta vida solitaria.

El primer día en que se quedó solo en el Palacio Imperial, Elisa habló con León.

— León, cuando te conviertas en rey, le gustarás a la gente. Y a partir de ese día podrás cuidar de la gente como León suele hacer.

— Oh, me gusta.

— Pero en cambio, tendrás que quedarte aquí ¿Todavía quieres ser rey?

— Entonces... ¿No podré verte más?

— No, te visitaré todos los días. Pero tienes que dormir solo.

— Uh...León era reacio a separarse de Elisa.

Sin embargo, tan pronto como vio la aceptación de las personas en la coronación de ayer, el corazón tembloroso de Leon se decidió.

Le gustó ser querido por la gente.

Y León también los quería, aunque los hubiera conocido por poco tiempo.

León, que recordaba los rostros de las personas que vio ayer, se aferró a ese pensamiento.

'Leon va a ser un gran rey.'

Leon sacó un juguete nuevo y comenzó a jugar.

En ese momento, una criada, la niñera y el asistente de Leon entraron a la habitación con el sonido de un golpe.

— Oh, ya está despierto, Majestad. Como era de esperar, tan fuerte.

— ¿Dormiste bien anoche?

— Sí... No, eh...

— ¿Hubo algún inconveniente?.

— Uhm.

Leon se lavó primero la cara con la ayuda de su niñera.

Mientras tanto, otra doncella trajo el desayuno de Leon y lo puso sobre la mesa.

Era una dieta sencilla pero saludable, que incluía sopa de champiñones con un olor delicioso, pan blando recién horneado que le gusta a Leon, ensaladas frescas, tocino y papas.

Mientras Leon terminaba de lavarse la cara y desayunaba, su asistente le informó del horario del día.

— Después del almuerzo, tenemos tiempo para encontrarnos con los nobles en la audiencia y recibir saludos formales. Por la tarde, saldrá del Palacio Imperial para conocer a la gente del reino, y por la noche un maestro le enseñará a Su Majestad muchas cosas.

León se centró en la comida, parecía no escuchar a su asistente, pero el asistente continuó hablando.

El joven Emperador seguramente no recordaría todo el horario, y de todos modos las personas que se encontraban a su lado le irían recordando conforme pasara el día, así que no importaba.

La niñera, que escuchaba en silencio el horario de Leon, preguntó.

— Su Majestad, se encuentra libre hasta antes del almuerzo. ¿Hay algo que quiera hacer?

— Umm...

Leon, que estaba angustiado por eso, de repente recordó a una persona que podría conocer en este palacio imperial.

— Quiero ir a ver a mi madre.

Ante las palabras de Leon, no solo la niñera, sino también la criada y el ayudante a su lado se sorprendieron y abrieron los ojos.

La "madre" de la que Leon habla es Rose, que estaba confinada al palacio más interior del palacio imperial.

Después del funeral de Christian, Rose fue confinada en la parte más profunda del Palacio Imperial.

El crimen fue el de intentar a asesinar al nieto imperial.

Era un delito tan grande que no había nada para justificarlo, debería ser ejecutada por traición, pero se tomó en cuenta la acusación de traición a la patria de su padre y se pagó por ello.

Solo León, el emperador, podía ver a Rose, que estaba en la ruina.

León sabía sobre este asunto. Después del juicio de Rose, Elisa le informó a Leon sobre la existencia de Rose y sus crímenes.

— Esa persona es la que será la madre de Leon en el futuro.

— Mi mamá está en el cielo. 

— Bueno, entonces... Si te conviertes en rey, tendrás otra madre además de tu madre en el cielo.

— ¡Oh!

Era una ley Imperial que solo el hijo de la Emperatriz pudiera suceder al trono, debido a tales leyes, León fue asentado en el registro familiar como hijo de Rose.

Era irónico ser el hijo de la persona que intentó matarlo.

— Pero esa persona trató de lastimarte.

— ¿Es una mala mujer?

— Sí. Pero en el futuro podría ser una persona amable. O continuar siendo una mala persona.

— ¿Volverse amable?

— Sí. Si crees que esa persona se ha vuelto amable, León la puede perdonar. Pero si sigue siendo una mala persona, no lo hagas.

Elisa le dijo que Rose era una muy mala persona, pero eso era algo que el pequeño Leon no podía entender.

Rose nunca lo había golpeado, ni le había dicho nada directamente.Así que tenía curiosidad ¿Qué tipo de mala persona podría ser su madre?

— Lo siento, Su Majestad. Lo mejor para Su Majestad el Emperador es no ver en este momento a la Emperatriz viuda.

— El tutor dice que tienes que saludar a tus padres todos los días para ser un buen niño.

León dijo lo que había aprendido del tutor durante su tiempo con el duque de Rubelin.

Su ayudante y la niñera no pudieron decir nada.

Los dos dudaron un momento, vieron los ojos brillantes de Leon y sin más que refutar dijeron.

— Entonces prepárese, Su Majestad.

Su ayudante pidió a los caballeros de la escolta que estuvieran completamente preparados y, mientras tanto, la niñera le cambió la ropa a Leon.

— ¿Nos podemos ir ya?

— ¡Oh espera!

León, que asentía vigorosamente, recordó algo y se acercó al cajón y sacó algo.

Luego regresó con la niñera y le tomó la mano.

— Vamos ahora, niñera.


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