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9. Festival de la fundación.


Olivia buscó a Aiden temprano en la mañana.

Estaba tratando de entregarle un artículo en persona, un artículo que le había pedido hace unos días.

— Esto es lo que pidió el Santo Padre.

— Gracias por traerlo rápidamente señora.

A Aiden se le entregó una pequeña botella de medicina que fue traída por Olivia.

Era un reactivo que se puede utilizar para pruebas de paternidad, y es un producto que se comercializa a un precio bastante alto en el mercado.

Olivia, quien la estaba mirando, preguntó.

— ¿Pero para qué quieres usarlo?

— Estoy tratando de conseguirlo para alguien que lo necesita.

— Ya veo.

Olivia se levantó de su asiento, sin darle demasiada importancia al asunto.

Aiden le preguntó a Olivia.

— ¿Te gustaría hacer alguna oración?

— No, ya debes estar ocupado con esto. Rezaré la próxima vez.

Olivia se fue rápidamente del templo en consideración a Aiden, quien estaba cuidando de los heridos que fueron atacados por los monstruos.

Aiden, que regresó al anexo después de despedir a Olivia, puso el reactivo en la mesa, se sentó en una silla y lo miró con una mirada perdida.

Toda persona en el mundo tiene una cierta cantidad de maná en su cuerpo, pese a que no le sea posible usar magia.

Lo que el reactivo hace es recoger un poco del maná de la persona que esté cerca.

Cada maná tiene su propia naturaleza, por lo que cuando se encuentra con el maná opuesto, se endurece empujándose unos a otros.

Pero cuando se mezclan dos manás con propiedades similares, el reactivo se vuelve azul y se fusiona.

La prueba de paternidad se elaboró utilizando estas características.

Aiden, que se quedó en blanco por un momento, abrió el libro sobre la mesa. En el libro había un largo cabello rubio.

Era el cabello de Elisa que había guardado el otro día.

Aiden colocó el cabello de Elisa y un cabello de él en un plato plano y dejó caer el reactivo sobre ellos. Su mano que sostenía el gotero temblaba levemente.

Aiden miró fijamente el reactivo, poniéndolo sobre los cabellos.

El deseo de ver los resultados y el deseo de huir sin verlos se arremolinaban en su interior. No estaba seguro de cual era el resultado que quería.

Había pasado ya un tiempo que se sintió eterno y el reactivo aún no se había endurecido.

Poco después, el reactivo lentamente comenzó a volverse azul.

Los ojos de Aiden temblaron repentinamente cuando lo vio, y lo que le dijo Yulia un día le vino a la mente.

— Desearía tener una hija. Una hija que se pareciera a ti.

La imagen de Elisa se superpuso a la brillante sonrisa de Yulia, diciendo que deseaba que su hija tuviera la cabellera rubia y no castaña como la de ella.

Tal y como ella lo había deseado, su hija tuvo el cabello rubio.

Y esos ojos verdes y alegres se parecían a los de ella.

Un poco de ella y un poco de él. Como lo habían deseado.

— Ahhh.

Las lágrimas llenaron los ojos de Aiden al mirar el reactivo que ya se había vuelto de un azul muy oscuro.

¿Cómo se habrá sentido cuando murió sin poder decirle que su hija se parecía a ellos, como ella y él?

El corazón de Aiden se rompió ante este hecho.

No pudo levantarse del lugar durante mucho tiempo.


***


Richard había estado viendo a Aiden dos veces por semana desde el festival de la fundación.

Le estaban ayudando a purificar la energía siniestra de su cuerpo tan rápido como fuera posible.

Hoy visitó el templo con ese propósito.

— Lo veo a menudo, Duque.

Al entrar al templo, un sacerdote que pasaba finalmente reconoció el rostro de Richard y habló.

Dado que la historia del poder de Richard solo la conocía Aiden, Elisa, Argyle y Thompson, los sacerdotes pensaron que solo venía a menudo a hacer donaciones ante Dios.

Richard le rindió un leve tributo en silencio y esperó un momento.

Se quedó mirando hacia la entrada del templo, parecía como si estuviera esperando a alguien, y el sacerdote miró a Richard con ojos curiosos.

— ¿Hay alguien a quien esté esperando?

Tan pronto como preguntó, Elisa apareció en la entrada del templo.

El sacerdote sonrió y se inclinó ante Elisa como si hubiera entendido.

Richard miró con ansiedad a Elisa, que subía con dificultad los escalones del templo.

Le dijo a Elisa que no lo siguiera porque le preocupaba que tendría que estar en movimiento, pero Elisa lo siguió porque pensó que podría estar con él inmediatamente después de la purificación.

Elisa le sonrió cálidamente a Richard, quien estaba soplando viento hacia ella.

Después de ver a Elisa, Richard se dio la vuelta y se dirigió al anexo donde estaba Aiden.

Elisa lo siguió.

— ¡Oh, es el tío!

Cuando llegó al anexo, León, que estaba jugando con tierra en el macizo de flores, miró a Richard y corrió a la habitación de Aiden y lo llamó.

Aiden salió a recibir a Richard, pero sus ojos se posaron en Elisa que lo estaba siguiendo de lejos.

Sus ojos mirando a Elisa estaban ligeramente temblorosos, pero pronto se calmaron.

— La Duquesa está aquí hoy.

Elisa, que hizo contacto visual con Aiden, sonrió y saludó con una sonrisa en su rostro.

— ¡Hermana!

Richard y Aiden miraron a Elisa con ojos llenos de emociones similares, y cuando vieron a León corriendo hacia Elisa, se giraron.

— Vengan, es por acá.

Al entrar en la habitación, Richard se quitó el abrigo.

Aiden miró la condición de Richard, aún quedaba energía negra en el lado izquierdo de su espalda. Se desvanece cuando se purifica, pero después de un tiempo, vuelve a emitir energía negra.

— ¿Has tenido algún problema?

— No.

— ¿Cómo está el dolor?

— Desaparece inmediatamente después de la purificación, pero me vuelve a doler con el paso de los días. No tanto como antes, pero lo hace.

— Debes estar preocupado por la duquesa, en un momento en el que debería estar tranquilo.

— Es mi culpa...

— Tienes que ser tan bueno como pudedas ser, porque ahora que tienes esposa y un hijo en camino tu cuerpo no es para ser imprudente.

Por encima, esto parecía ser dicho por preocupación, pero el tono que Aiden usaba al decir esto sonaba extrañamente como una reprimenda hacia Richard.

Poco después, Aiden, que había completado la purificación, le preguntó a Richard.

— Cuando este problema esté resuelto, nunca te mantengas alejado de tu esposa. Debes participar activamente en la educación parental.

Richard miró a Aiden con ojos llenos de dudas.

Era curioso, pero Richard simplemente lo dejó pasar, culpándolo a sus ideas.

Después de la purificación, los dos abandonaron el edificio del anexo.

Elisa, que había estado jugando con León frente al anexo, fue rápidamente hacia ellos.

— Richard, ¿estás bien?

Había preocupación en sus ojos al mirarlo.

— Si, estoy bien.

Richard respondió, y usando su poder de viento, sopló el cabello de Elisa haciendo que este quedara detrás de su oreja.

Ante esa acción, la ternura permaneció en sus ojos mientras se miraban.

Él se veía bastante diferente a cuando trataba con otras personas. Y Elisa también sonreía más alegremente cuando estaba frente a él.

Aiden, que los miró a los dos en silencio, le sugirió a Elisa:

— Sino te importa ¿te gustaría dar un paseo?

Elisa lo miró con ojos curiosos y asintió con alegría.

— Regresaré, Richard.

Richard no quería alejarse de Elisa ni por un momento porque el tiempo que podía pasar junto a ella después de la purificación era corto y valioso, pero su oponente era Aiden, por lo que no podía hacer mucho.

Elisa siguió a Aiden hacia el jardín.

Richard vio a las dos personas alejarse.

Las dos personas bajo el brillante sol parecían extrañamente similares.

El jardín del templo era pequeño y modesto en comparación con el patio trasero del duque de Rubelin, pero el pequeño jardín al atardecer tenía una atmósfera cálida que era única.

Aiden llevó a Elisa bajo la sombra de un árbol.

Incluso al atardecer, el calor del sol de verano era fuerte.

Aiden, que caminaba al paso de Elisa, preguntó.

— ¿Cuánto sabe la señora sobre el poder divino?

Elisa se preguntó por qué de repente Aiden le preguntaría sobre el poder divino, pero ella respondió lo que sabía.

— No sé mucho, solo sé que es el poder de la Casa de Serriot, la de su Santidad.

—  Entonces sabes que es un poder que solo se expresa en quienes tienen lazos de sangre con la familia Serriot.

Aiden se detuvo frente a un macizo de flores.

— Piensa que quieres regar estas flores.

Elisa miró a Aiden y parpadeó sin comprender.

Tenía una idea de lo que quería decir. Elisa extendió su mano hacia el macizo de flores como le dijo. Luego respiró profundamente y cerró los ojos.

'Quiero regar estas flores.'

Tan pronto como abrió los ojos después de pensar eso, agua clara comenzó a llenar la palma de su mano en donde antes no había nada.

Elisa miró fijamente el flujo de agua en sus manos y luego hacia el macizo de flores.

Entonces, la voz de Aiden vino desde un lado.

— El poder divino purifica instintivamente la energía peligrosa que rodea al poseedor.

— ... 

— Con un poder así, no es problema para la señora el quedarse al lado del Duque.

Su voz era tranquila como si ya supiera este hecho.

Elisa se giró para mirar a Aiden.

Él también la estaba mirando. Lucia cortés y modesto, pero en su mirada había algo que faltaba.

Elisa le preguntó lo que ya estaba adivinando.

— ¿Este poder está relacionado con Su Santidad?

La voz de Elisa tembló sutilmente.

Aiden la miró fijamente e incapaz de responder con facilidad, habló.

— Sí, las personas que creías que eran los miembros de tu familia no son realmente tu familia, sobre si tu familia real está viva...

Hizo una pausa, haciendo mas bajas sus palabras. Sus ojos temblaban con diversas emociones.

En su mirada había miedo, culpa y afecto...

Esta era la primera vez que Elisa lo veía tan agitado desde que lo conoció.

Aiden cerró los ojos como si estuviera controlando sus emociones.

Miró a su hija, a quien había encontrado después de veinte años, y preguntó.

— ¿Puedes aceptar esa verdad?

Los ojos claros de Elisa, mirándolo, temblaron vertiginosamente.


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