tiempo estimado de lectura : 6

9. Festival de la fundación. 



Elisa miró a Richard sin comprender.

Su sorprendido corazón comenzó a latir, latir y latir. Solo podía escuchar el fuerte sonido de su corazón golpeteando en sus oídos.

Cuando tuvieron relaciones se besaron más profundamente.

Entonces ¿por qué este beso tan suave hace latir su corazón tan desenfrenadamente?

Elisa, que no podía entender esto, sin darse cuenta apretó su ropa a la atura de su pecho con la mano que él no había agarrado.

Tenía miedo que esos ojos, que la miraban como si quisieran devorarla, vieran a través de ella y notaran lo apresurado que su corazón latía.

No quería ser atrapada por él.

'Se siente raro.'

Elisa que a penas y podía formar las palabras, debido a la manera persistente que él la miraba, habló.

— Esto de ahora, ¿Qué quieres decir con...?

Estaba tratando de preguntarle a qué se refería con lo que había dicho, ¡pero de pronto en su vientre sintió un movimiento!

Cuando Elisa cortó abruptamente lo que estaba por decir, Richard, sintiendo lo extraño de la escena, la llamó con una voz curiosa.

— ¿Elisa?

— Se ha movido.

Elisa rápidamente tiró de la mano de Richard y la puso sobre su abultado vientre.

Al principio, el movimiento, que se sentía débil, como pequeñas gotas de agua cayendo, a medida que pasaba el tiempo se hacía más fuerte día a día.

Gracias a eso, Elisa estaba realmente interesada en hablar con el niño que nacería en estos días.

Sin embargo, Richard, que había estado ocupado preparándose para la festividad de la fundación, aún no había sentido los golpes del bebé.

Esto se debe a que el bebé en su vientre no se movía ni por la mañana ni por la noche cuando él estaba aquí, como si estuviera evitando a Richard.

Elisa, que conoce a Richard, sabía que estaba esperando que el bebé naciera, así que rápidamente quiso hacerle sentir este maravilloso sentimiento. Pero cuando Richard puso su mano en el vientre, el niño se quedó tranquilo como si no hubiera pasado nada.

A diferencia de Richard, que estaba desconcertado por el repentino cambio de plática, Elisa, que estaba impaciente, se acostó en la cama.

'Si me acuesto en la cama de inmediato, podría sentir mejor los movimientos.'

— Llámale amor.

Elisa levantó y jugueteó con la mano de Richard sobre su vientre.

Después de dudar un rato, Richard se aclaró la garganta y llamó al bebé.

— Amor.

Sin embargo, incluso si esperó un rato, el niño no respondió.

— Bueno, ¿quieres jugar al escondite con tu papá?

Elisa parecía estar más decepcionada que Richard, que no tenía grandes expectativas.

Richard trató de retirarse, ocultando su pesar. 

Fue entonces...

¡Tong! Que pudo sentir un pequeño movimiento en el vientre y, al mismo tiempo, el movimiento de Richard por retirarse se detuvo.

Entonces, esta vez, el vientre se estaba moviendo. Los ojos de Richard, que sintió el movimiento, temblaron.

Ante su reacción, Elisa sonrió y habló con su bebé.

— Amor, papá ha estado esperando tanto tiempo por tu saludo.

El niño volvió a patear en el vientre, como si respondiera a las palabras de Elisa. Era exactamente donde Richard estaba poniendo su mano.

Richard miró inexpresivamente el vientre de Elisa.

'Bebé.'

Solo entonces se sintió real. En el vientre de Elisa su hijo estaba creciendo.

Era el padre de un bebé.

Hasta ahora, la existencia del bebé no se había manifestado. Se sentía solo como un vínculo entre Elisa y él.

Sin embargo, que el bebé ahora mostraba su presencia.

Está creciendo bien con manos y pies más pequeños que las manos de Richard.

En el momento en que sintió la presencia del niño, su corazón dio un vuelco con fuerza.

Tanto por el peso de la vida que creó como la responsabilidad.

La abrumadora emoción que no podía describir aplastaba fuertemente su corazón.

— ¿Qué estás haciendo? Papá también debería saludarle...

Elisa susurró mientras observaba la reacción congelada de Richard que estaba sin hablar.

Tal y como le dijo Elisa, Richard saludó con una reverencia cerca de su vientre.

— Hola amor...

El sobrenombre que siempre había dicho de manera casual y habitual, de repente se sentía incómodo.

— Soy papá...

Luego de llamarse así mismo "papá". El bebé respondió a su llamada con unos segundos más tarde. Después de una breve pausa, se calmó.

Richard había estado mirando fijamente el vientre de Elisa durante un tiempo, incluso después de que los movimientos del bebé se detuvieron.

Elisa sonrió aliviada por su reacción.

Aunque sabía que él, a diferencia de su contraparte en la novela, no odiaba a su hijo, todavía le preocupaba que sus pensamientos cambiaran cuando viera la existencia de su hijo.

Sin embargo, al ver su reacción ahora, parecía que podía dejar de lado esa ansiedad.

— ¿Cómo te sientes al saludar al bebé?

— ....

— ¿Richard?

Tan pronto como se preguntó acerca del por qué no obtenía una respuesta, Richard abrazó a Elisa.

— Gracias, Elisa.

Este era un sentimiento que nunca antes había experimentado, así que no estaba muy seguro de cómo expresarlo, pero pensó que debería agradecerle a Elisa.

Porque era algo que nunca hubiera experimentado sin ella en su vida.

Elisa, que parpadeó confundida ante el inesperado abrazo, sonrió y lo abrazó.

Fue la primera noche en que los dos se dieron cuenta del significado de "familia".


***


A altas horas de la noche, cuando los sirvientes ya estaban durmiendo, el marqués de Dion regresó a casa.

Mikaela, que estaba a punto de dormirse, escuchó el sonido de un carruaje y bajó al vestíbulo del primer piso.

El marqués de Dion, que vio la aparición, fingió importancia.

— Mi Majestad la Princesa, ¿sigue despierta?

Mikaela frunció el ceño ante el olor a alcohol que emanaba del hombre.

Al mirar su rostro enrojecido y su andar tambaleante, parecía que había estado bebiendo en alguna parte.

— ¿Por qué bebiste tanto si ni siquiera puedes aguantarlo? Eso no le hace bien a tu cuerpo. 

— He tomado un trago porque estoy molesto.

— ¿Qué pasó?

—  Ese niño está tan verde, ¿eh? Ha ido a la guerra una vez y se ha vuelto engreído, ignora a todos.

[NT. Que es joven como un brote, que no conoce las circunstancias del mundo]

— ¿De qué estás hablando?

— Del duque de Rubelin. ¡Lo mucho que me ignoró en la reunión!

El marqués de Dion apretó los dientes y recordó lo que sucedió hace algunos días.

"¿No es también el deber del presidente limpiar de la agenda los asuntos que no vale la pena discutir y volver al tema principal?"

— ¿Qué?

La forma en la que esos ojos lo miraban era como si fuera patético, y descartó su opinión de que se debería preparar un regalo para el emperador como algo que no valía la pena discutir.

El marqués de Dion levantó la voz y maldijo a Richard.

— Ni siquiera lo estaba pidiendo por mí, quedó algo de presupuesto, así que quería que se le diera una regalo a Su Majestad, la luz del Imperio, pero él me ignoró y prefirió usarlo en los mendigos.

Mikaela frunció el ceño ante las palabras del marqués de Dion.

A Mikaela realmente le había gustado Richard de niño cuando apareció por primera vez.

Que emocionada estaba cuando el Emperador le dijo que se casaría con Richard. Sin embargo, Albert, que descubrió las intenciones del Emperador, tomó a Richard y se lo entregó a una niña hija de algún marqués cuyo nombre ya había olvidado.

Se casó con ella, lo que hizo que Mikaela se sintiera rechazada por Richard.

Se disgustó aún más al ver a Richard, que era poco amistoso con cualquiera, llevándose bien con Elisa tan rápido. Elisa, que se casó con Richard, así como Richard, vivían juntos y se llevaban bien, eso hizo sentir a Mikaela insatisfecha.

Sin embargo, no era bueno escuchar que la propuesta de su esposo estaba siendo ignorada. 

Mikaela habló en respuesta a las palabras del marqués de Dion.

— Ha sido así durante mucho tiempo. Es muy arrogante porque está orgulloso de su poder. También la duquesa es así.

— ¿Esa chica también?

— Son muy parecidos. Ella se comporta así, durante el festival de caza, y en la fiesta del té de no hace mucho, cualquiera que la hubiera visto pensaría que es la Emperatriz.

— Hpm. Es una mujer imprudente que no conoce su lugar, es como dice el dicho, las personas que están juntas es porque se parecen.

— Cariño, debes haberte sentido muy mal. Ambos se sentirán muy mal por haberte avergonzado.

— Así es.

Las dos personas que respondieron a las palabras del otro, calmaron sus corazones.

Entonces, el mayordomo que estaba a sus lado se acercó.

— Su Excelencia, el señor Magenta ha estado aquí esta tarde.

— ¿Otra vez?

El marqués de Dion, arrugó su rostro en una fea mueca ante el nombre de Magenta.

El vizconde Magenta era su tío.

Heredó su parte de la herencia del abuelo del marqués de Dion y dirigió un negocio propio, pero estaba en números rojos debido a una serie de fracasos.

Rogaba ayuda pidiendo prestado fondos a varios familiares para ver si podía pagar su negocio a pesar de una serie de pérdidas.

Ya había visitado al Marqués de Dion hace unos tres meses, pero parecía que estaba aquí de nuevo hoy.

— Sí, su señor me pidió que le dijera cuando fuera el momento adecuado porque gustaría verlo cuando esté disponible.

Era obvio lo que le iba a pedir sin necesidad de verlo. Además, dirá que tiene una nueva idea de negocio, y pedirá una inversión porque definitivamente funcionará esta vez.

— No le escribas, simplemente ignórelo. Sé lo que está buscando.

Después de la respuesta hosca, cuando estaba a punto de subir directamente al dormitorio junto con Mikaela, recordó lo que el vizconde Magenta, a quien vio hace tres meses, le dijo.

"Las cosas que vendo son realmente buenas, pero no he tenido buenas ventas debido a la seguridad mejorada en estos días".

El vizconde Magenta le presentó los artículos comerciales que había hecho.

Un vago pensamiento cruzó en la mente del marqués de Dion, quien recordó el "artículo".

'Si esto resulta bien, eso sería un gran golpe para ese sujeto.'

El marqués de Dion miró al mayordomo, arqueó la comisura de la boca. Y le ordenó.

— Envía una carta a mi tío ahora mismo. Dile que pido verlo mañana.


Lista de capítulos

Anterior - Siguiente

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO