Cómo ocultar al hijo del Emperador
─ ¿Qué sucede?
El jefe de los guardias que custodiaba la puerta le preguntó a la criada.
─ Regreso de ir a la tienda en la ciudad por ordenes de la señora Astella.
El guardia observó a la criada que se encontraba a su lado.
Llevaba un abrigo sobre su vestido normal, Hannah abrió la canasta para mostrar lo que había dentro.
─ La señora Astella me pidió que comprara un oso de peluche en la ciudad.
Habían tres pequeños ositos de peluche del tamaño de la palma de una mano dentro de la canasta.
Eran osos de peluche de color rojo, marrón y marrón claro, respectivamente.
Tenían una cinta adornándolos, estaban hechos de una manera cuidadosa y linda.
— Es para Lady Astella... La joven dama del Duque de Reston.
Era un hecho de que todos los que estaban en el castillo sabían que la Ex-Emperatriz, se encontraba allí.
También escucharon de los sirvientes cercanos de la Ex-Emperatriz, que ellos han estado cuidando de su sobrino, hijo de uno de sus parientes.
Según los informes, la Ex-Emperatriz se preocupa mucho por su joven sobrino.
El jefe de la Guardia asintió en silencio después de escuchar la explicación de Hannah.
— Disculpe, por favor entre.
Hanna atravesó la puerta del castillo y se dirigió al anexo en el lado oeste.
Tenía que atravesar el pasillo del jardín que conduce al edificio anexo.
Hannah dio un paso en falso sobre una loza en el corredor, y dejó caer la canasta cuando perdió el equilibrio.
— Ah...
Una pequeña botella de vidrio apareció y rodó fuera cuando la canasta cayó al suelo.
Era una botella de vidrio con pétalos morados.
Hannah se sorprendió, rápidamente tomó la botella de vidrio, empacó una canasta y se fue.
***
— Por favor organice una fiesta de té.
Al día siguiente, Astella fue a Velian y se lo pidió.
— ¿Eh?
Velian se preguntó qué era lo que ahora le estaban pidiendo.
"¿De qué estás hablando? ¿Té?"
Astella se sentó frente a él, e hizo la pregunta de una manera extremadamente natural.
— ¿Has estado en el salón de té del jardín?
— No, no lo he hecho.
— Era muy hermoso, estaba en medio del jardín donde las flores de acacia están en plena floración. Quisiera ir a una fiesta de té en ese salón.
Velian dijo con una sonrisa.
— Ya veo. Entonces puede hacer las fiestas de té que desee...
— Pero no puedo enviar ninguna invitación porque no hay mujeres aquí a quienes yo conozca. Así que tú debes ser el anfitrión, por favor, organiza una fiesta de té...
— No, no, Lady Astella espere...
Velian miró a Astella con ojos atónitos.
— ¿Por qué tengo que ser yo quien organice la fiesta de té?
Las fiestas de té, son reuniones sociales que las mujeres aristócratas hacen.
Ningún hombre de la aristocracia ha organizado una fiesta de té.
Bueno, no es algo legalmente prohibido, pero no es habitual.
Si un hombre dijera que organizó una fiesta de té, los nobles de la capital lo verían como un ser humano extraño.
Astella dijo con voz sorprendida.
— ¿Has olvidado lo que pasó la última vez? Robaste mi equipaje y mi botiquín, y vestiste a un farmacéutico como sirvienta. Me enviaste a un baño público e incluso buscaste entre mi ropa.
— .......
Astella sonrió mientras veía endurecerse el rostro juvenil de Velian.
— Te lo dije entonces. Que necesitaría de tu ayuda más tarde. ¿No te acuerdas de eso?
— Eso...
Velian tartamudeó aturdido, luego se inclinó y suspiró.
— Disculpe, Lady Astella.
Él gimió con una mano tocando su frente.
— Estoy seguro de que Lady Astella partirá después de que terminen los asuntos relacionados con el testamento, pero yo tengo que vivir en la capital y trabajar en el Palacio Imperial por el resto de mi vida.
No había forma de que Astella hubiera sugerido hacer algo como una fiesta de té sin tener alguna razón.
Velian sabía lo que sucedió no hace mucho tiempo.
Theor fue casi secuestrado por una criada. El mismo día del incidente, escuchó los detalles de la situación antes y después del incidente.
Velian tampoco dijo nada, pero adivinó quién era el culpable.
— ¿Has pensado cuántos problemas habrían en mi vida si me volviera hostil con la madre de la futura Emperatriz?
— ¿Eso es algo en lo que tengo que pensar?
Ante la descarada pregunta de Astella, Velian se quedó sin palabras.
Astella dijo con una sonrisa amistosa, mientras la cara en blanco de Velian la observaba.
— Tienes un extraño malentendido. No dañaré a la esposa del marqués. Esto es solo una fiesta de té. Invitar a la esposa del marqués es solo por amistad.
— ¿Amistad?
Velian lanzó un graznido, junto con una mirada que expresaba en que no creía ninguna de esas tonterías.
Astella no se rindió y habló en serio.
— Me gustaría hablar con franqueza sobre lo que sucedió con Marianne y resolver el malentendido. No quiero involucrarme más con las personas de esa familia.
Astella dijo de manera franca.
— Pero si las invito, la esposa y la hija no asistirán a la fiesta de té. Por eso te pido que lo hagas tú.
Velian miró a Astella aún con la sospecha en sus ojos.
Parecía no haber mentiras en el rostro de Astella.
Pero Velian no era alguien que fuera engañado fácilmente.
— Entonces, ¿puedes jurarme que no harás nada en contra de la marquesa?.
— Por supuesto.
Astella tocó su corazón con una mirada inocente, como si no hubiera mentira en absoluto.
Y tomara su juramento en serio.
— Lo juro por mi padre.
— Sabes... pensé que estabas en malos términos con tu padre, el duque.
Velian notó el leve tick en el ojo de Astella.
— ¿No puedes decir a alguien más?
— ¿Por quién más juraría?
— Bueno, ¿qué tal tu abuelo, el conde de Calenberg?
Velian estaba pensando quién podría considerarse como la persona más importante para Astella, y eligió a su abuelo materno, el conde.
No podía decir que lo hiciera por Theor, quien apenas es un niño de cinco años, así que lo excluyó.
Astella hizo un juramento.
— Lo juro por mi padre y mi abuelo. No tocaré a la señora marquesa hasta que termine la fiesta del té.
Velian seguía con la cara rígida y con dudas, pero cuando escuchó el juramento de Astella, decidió que ya no le importaba una mierda.
— Como sea, si tú lo dices, confiaré en ti.
— Gracias.
Astella sonrió con satisfacción. Ella no tendría que usar sus manos de todos modos.
— Yo ni siquiera la tocaré.
La esposa del marqués es una mujer de mal genio y violenta. Tal persona, del tipo autodestructivo, se condenaría así misma sin que Astella hiciera algo.
Todo lo que tenía que hacer era preparar el escenario para que explotara.
No importaba si no podía mantener su juramento.
Su padre, el duque de Reston, era desleal desde hace mucho tiempo.
Y Astella había jurado por su abuelo, pero ella no había tenido solo un abuelo, eran dos personas a las que había llamado así.
El ex duque muerto también era el abuelo de Astella.
— No te preocupes, no haré nada.
Astella ocultó sus sentimientos y prometió mantener la calma.
— Y cuando esto termine, no volveré a pedirle a Velian ningún favor. Me olvidaré por completo de lo que sucedió en aquella ocasión.
— Ojalá pudiera creer eso.
Velian murmuró sin ganas.
— Gracias por escuchar mi pedido. Interrumpí a una persona ocupada. Te dejaré ahora.
Fue cuando Astella le dio las gracias y se levantó de su asiento, que Velian preguntó con una mirada furtiva.
— ¿Invitarás también a Su Majestad?
Astella lo miró curiosa, como si no entendiera por qué preguntaba eso.
— De todos modos, usted y la esposa del marqués, Lady Florin, y yo somos los únicos a los que puedes invitar.
No parecía muy feliz con la respuesta de Astella.
Deliberadamente había mencionado el nombre para confirmar el hecho de que Astella no deseaba encontrarse con Kaizen.
Astella se negó rotundamente.
— Es una fiesta de té, es para aliviar viejos sentimientos, no tienes por qué llamar al Emperador. No le digas a su Majestad.
***
La marquesa preguntó nerviosamente, mirando el lujoso sobre.
— ¿Una invitación a la fiesta del té?
Por la tarde, se le entregó una invitación a la fiesta del té a nombre de Velian.
Era un pedido cortés para asistir a una fiesta de té en el salón de té del jardín.
— Dijiste que estaba en el palacio principal, ¿no?
— Sí, habló sola con el conde.
La criada que entregó la invitación le respondió.
"Eso no es bueno."
Ella tampoco era tonta.
Velian, el ayudante del Emperador, no tenía ninguna razón para celebrar de repente una fiesta de té aquí.
¿Por qué un aristócrata masculino organizaría una fiesta de té en primer lugar?
— Definitivamente es ella quien hace esto.
Era obvio que ella había hecho que Velian organizara una fiesta de té.
La esposa del marqués estaba vigilando lo que Astella estaba haciendo en el anexo.
La criada, a la que le pagaba como vigilante, le informó que Astella se reunió con Velian ayer.
Y hoy le llega una invitación a la fiesta del té.
Es obvio que Astella lo hizo.
¿Pero por qué haría eso?
La esposa del marqués estaba inquieta por no saber de sus intenciones.
Con un toque nervioso, dio unas palmaditas en la mesa y volvió a preguntar.
— Dijiste que viste pétalos morados, ¿verdad?
— Sí, lo vi con mis propios ojos.
La criada que le había estado informando le contó lo que había visto.
La doncella de Astella, que había salido del castillo, se le cayó algo de la cesta, eran pétalos de una flor morada en un bote de cristal.
El desagradable color púrpura era el color de la muerte, y los pequeños pétalos morados, a menudo son llamados la capucha del monje, y eran famosos por su poderoso veneno.
Incluso la esposa del marqués, que desconocía de la medicina herbal, sabía lo venenosa que era la flor.
La criada de Astella había ido a comprar los pétalos morados de la botella de vidrio.
Solo tenía como evidencia las palabras de la criada, pero la esposa del marqués no pudo encontrar algún propósito por lo que aquella información fuera falsa.
Definitivamente... Astella está tratando de vengarse.
Había escuchado que Astella conoce bien de las hierbas y siempre lleva muchas botellas de medicamentos.
La pobre Marianne fue acusada falsamente de tratar de mirar la medicina sospechosa que Astella tenía.
¿Qué tipo de pasatiempos son esos cuando eres una mujer llamada dama de alta sociedad?
El trabajo de farmacéutico lo realizan mujeres humildes y sin educación.
— En el norte donde crecí, esas mujeres sospechosas eran asesinadas como brujas.
Astella tenía buenas razones para buscar venganza.
Hace unos días, la esposa del marqués no logró culpar al niño que Astella estaba cuidando.
Traduccido por: Miss M
Lista de capítulos
Anterior - Siguiente