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Cómo ocultar al hijo del Emperador



Pensaba en volver al campo tan pronto como lo del testamento terminara.

Kaizen ya le había dado el permiso para hacerlo. Pero como resultado del intento de asesinato, Theor se vio obligado a venir a la capital.

Tenía que abandonar la capital tan pronto como pudiera.

Así que pensó que no importaba en dónde se tenía que quedar por el momento.

Al ingresar a la mansión, Astella también se sorprendió.

— Esto es demasiado...

"Solo me quedaré por lo menos dos días".

El interior de la mansión era aún más espléndido que el exterior. El piso era de mármol reluciente, y un impresionante candelabro colgaba del techo. Varias esculturas y ornamentos exuberantes decoraban el lugar.

Era aún más colorido y lujoso que el Castillo Dentz, en el que se habían estado quedando durante algún tiempo.

El lugar era tan lujoso, que no parecía ser simplemente la mansión de algún noble.

Astella dijo mientras miraba las estatuas alineadas en el corredor.

— Todo se ve completamente nuevo.

Cuando Astella miró la pared con adornos de oro, murmuró asombrada, el sirviente del mayordomo que le abrió le puerta de la mansión, respondió rápidamente.

— Su Majestad ordenó enviar una carta al Palacio Imperial con anticipación, solicitando que se decorara la mansión.

"Esto... es realmente demasiado."

Es solo un lugar para quedarse durante dos días, no podía creer que movilizó a tantos sirvientes solo para eso.

El dormitorio al que el sirviente los guió, era aún más esplendido.

Estaba lleno de lujosos muebles y ropa de cama.

Todo era nuevo.

Era un lujo no menos que el dormitorio de la Emperatriz, donde Astella se había quedado en sus días pasados.

La mansión no era lo único recién decorado.

Al entrar a la habitación que sería de Theor, había una montaña de cajas de regalos sobre la mesa.

— ¿Eso es?

— Son regalos de Su Majestad.

"¿Hacía Theor?"

Theor agarró una de las cajas de regalos con ambas manos y le preguntó a Astella.

— ¿Puedo abrirlo?

— Está bien. Vamos a abrirlo.

La caja estaba llena de figuras de soldados plateados tan grandes como un dedo.

También había un pequeño cañón para las pequeñas figuras de los soldados.

Los soldados de artillería, del tamaño de un dedo, y el cañón... así como un conjunto de armas pequeñas, estaban tan bien detalladas que parecían reales.

En la otra caja había un velero del tamaño de un melón, que se asemejaba mucho a un barco real, y en la caja grande había un elaborado castillo de tres pisos.

— Wow... — Theor se maravilló ante los juguetes.

Kaizen ha estado siendo extrañamente amable con Theor desde hace algún tiempo.

¿Era porque se estaba apegando a él? 

O tal vez... ¿inconscientemente lo hacía porque Theor era su hijo?

— Le agradecerás a Su Majestad más tarde.

— ¡Sí!

Astella sonrió, ocultando su inquietud.

"Todo estará bien, siempre y cuando te mantengas de este lado del marco la mayor parte del tiempo. Solo será por dos días."

Astella se repitió aquella, y luego desempacó el equipaje en su habitación.

Hannah la siguió hasta la habitación y ayudó a Astella.

Hannah presentó formalmente su renuncia al Palacio Imperial y regresó a la capital con Astella.

Después de que Astella terminara sus deberes en la capital, ambas decidieron regresar juntas al campo.

— Hannah. Organizaré mi equipaje. Ve a tu habitación y descansa. Debes estar agotada.

— No, Lady Astella.

— Está bien. Ya no hay nada más que hacer.

El Emperador ya había organizado todo lo que se necesitaba.

Además en dos días se irían nuevamente, así que no tenía que desempacar todo.

Solo organizar lo que iba a usar durante los dos días siguientes, el resto lo guardó en su bolsa y la dejó en el armario.

***

Fuera de la ventana pudo ver a Theor jugando en el jardín.

Theor estaba en el jardín junto a su abuelo y el perro de caza, Panqueque.

Ver la brillante apariencia de Theor de repente le recordó a Kaizen.

Después de lo sucedido en el último día en el castillo de Dentz, ella y Kaizen no habían tenido una conversación adecuada.

Parecía ser que Kaizen siempre estaba ocupado, sin importar cuántas veces tuvieran la oportunidad de encontrarse.

"Eso es bueno, habría sido incómodo y vergonzoso si estuviéramos coincidiendo muy a menudo".

Decidió ir al templo mañana.

Después de reunirse con Kaizen y terminar el testamento, ya no habrían más oportunidades para tales cosas.

¿Debía encontrar un nuevo lugar para escapar cuando regrese al campo?

Regresar a la mansión evitaría que se revelara la identidad de Theor.

Pero, ¿qué pasa con lo del intento de asesinato? No estaba segura de lo que podía pasar en un futuro.

Si se da a conocer al culpable de los sucesos de esa tarde, Astella iba a estar en serios problemas.

"¿Debería encontrar un lugar para escapar? Pero si me escondo de repente, podría dañar a mi abuelo y a Theor nuevamente."

Astella arregló el equipaje con una serie de pensamientos preocupantes.

Bajó las escaleras en cuanto terminó de organizar su equipaje y decidió salir al jardín.

Al pasar por el salón, una doncella se le acercó y la detuvo.

— Señora. Su invitado está aquí.

— ¿Invitado?

Astella, sin darse cuenta, se se giró hacia el salón y encontró a un hombre parado junto a la puerta. Su cuerpo se congeló.

— Ah...

Astella estaba sin palabras. Cuando tuvo que enfrentarse a la persona parada junto a la puerta, no pudo hacerlo, las palabras no salieron de su boca.

Cabello rubio platinado y ojos verdes claros, igual a los de ella. Era un porte familiar, de una persona alta, elegante y guapa.

Esos ojos verdes claro estaban llenos de sorpresa y alegría. Poco a poco los ojos se humedecieron, como si su corazón se desbordara a través de ellos.

Pero por el contrario, los ojos verdes claro de Astella estaban fríos.

La cara de Astella, que por un momento mostró un gesto de sorpresa, se enfrió rápidamente.

Al ver la expresión fría de Astella, el hombre que entraba en la habitación dejó de caminar.

Solo entonces Astella lo llamó por su nombre. En esos seis años. Casi había olvidado cómo sonaba el nombre de él...

— Hermano Fritz.

Fritz, el hermano mayor de Astella.

Quien era dos años mayor que ella, su único hermano y la única hermana. Se miraron el uno al otro.

La voz fría de su hermana hizo que el rostro de Fritz se distorsionara por los remordimientos y la culpa de sus actos pasados.

— Astella...

Fritz pidió perdón con una cara que parecía que estaba a punto de estallar en lágrimas.

— Astella, lo siento. Este hermano mayor estaba equivocado.

Para Astella, en su juventud, Fritz era una persona inalcanzable. A pesar de tener los mismos padres, desde su nacimiento fue Fritz quien se convirtió en el heredero de la familia. La diferencia entre ellos era tan enorme como el cielo y la tierra, Astella solamente nació como la hija menor.

Además, Fritz siempre fue reconocieron por su inteligencia, tanto así que le llamaron superdotado, era un hijo perfecto en todos los aspectos.

"Mi hermano era tan genial que ni siquiera podía atreverme a estar celosa".

Fritz, quien se parecía a su padre, era un noble frío y orgulloso, pero seguía siendo un hermano amable para con Astella.

Fritz le enseñó a Astella cómo estudiar, y cuando Astella quería salir a escondidas, él la acompañaba sin quejarse.

Después de Kaizen, la persona a quien Astella más amaba, era a su hermano mayor Fritz.

Porque él era el único en quien podía confiar, en el lugar de su frío y codicioso padre.

Cuando se divorció y regresó a la mansión, Astella creyó que su hermano la entendería.

Pero Fritz no pudo comprender a Astella.

"¿Por qué te divorciaste sin el permiso de padre?"

Eso fue lo primero que Fritz le dijo a Astella, quien regresó con la cara cansada.

Cuando una queja exhausta salió de la boca de Astella, Fritz se enojó.

"No seas terca, pídele perdón a padre."

Los sentimientos de Astella en ese momento era tan miserable que no podía expresarlos en palabras. La cuerda que apenas la sostenía se estaba rompiendo.

Después de eso, Astella dejó toda esperanza y abandonó la capital.

— No tienes que disculparte conmigo. Solo regresa a...

— Astella...

La cara de Fritz, que miraba hacía los ojos fríos de Astella, estaba llena de tristeza.

— ¿Puedes darme una oportunidad más? ¿No podemos empezar de nuevo?

— No hemos hablado en seis años, entonces, ¿por qué necesitas una oportunidad ahora?

Astella rechazó la solicitud de Fritz, con una voz tranquila y sin emoción.

Fritz se vio aún más angustiado en cuanto la escuchó. Llamó a Astella con voz dolorosa.

— Astella...

La puerta se abrió en este momento con un chirrido.

Los dos giraron el rostro al mismo tiempo para ver quién entraba.

Theor estaba asomando la cara por la puerta entreabierta.

— ¿Tía Astella?

Astell se sorprendió al ver a Theor.

Su corazón se hundió.

¿Reconocería la identidad de Theor?

Fritz estuvo jugando junto a Kaizen desde que era joven.

A Kaizen realmente no le gustaba Fritz, que también era dos años mayor que él, pero tampoco podía ignorarlo porque era el sucesor de la familia del Duque.

Y ya que su hermana menor, Astella, era la prometida de Kaizen, Fritz estuvo entrando y saliendo del Palacio Imperial desde muy joven. De ese modo se volvió el compañero de juegos de Kaizen.

Si observaba a Theor de cerca, podía encontrar las similitudes que tiene con Kaizen, cuando era joven.

Fritz parecía estar un poco sorprendido.

Sus ojos se detuvieron en la puerta donde Theor se encontraba.

— Él es...

Astella respondió rápidamente antes de que Fritz pudiera hacer cualquier conjetura.

— Es Theor, el hijo de Sigmund. ¿No escuchaste eso? Sigmund dejó un hijo.

Fritz miró a su alrededor y luego a Astella.

En ese momento, pudo ver varios sentimientos indescriptibles arremolinándose en los ojos de su hermano. Luego de un instante, desaparecieron.

"¿Qué es? ¿Te has dado cuenta?"

Antes de que Astella pudiera decir algo más, Fritz se acercó a Theor.

— ¿Entonces eres el hijo de Sigmund?

Fritz se inclinó de rodillas frente a Theor con una sonrisa de bienvenida, quedando a la altura de los ojos del niño.

— Es bueno conocerte. Tu padre, Sigmund, era mi primo.

"¿No lo reconociste?"

Bueno, Fritz y Kaizen estaban separados por dos años. Cuando Kaizen era joven, Fritz también era joven.

Tal vez Fritz había olvidado cómo lucía el rostro juvenil de Kaizen.

"Me alegro"

Astella, que estaba mirando a los dos, se sintió aliviada.


Traduccido por: Miss M

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