Cómo ocultar al hijo del Emperador
Fritz se acercó a Theor y lo miró.
─ Eres el hijo de Sigmund. Tenía muchas ganas de conocerte.
─ ¿Quién eres tú?
─ Theor, este es el tío Fritz. Es el hermano de tu tía.
Ante la explicación de Astella, Theor sonrió brillantemente mientras observaba a Fritz de cerca.
─ Hola, tío Fritz.
─ Que lindo niño.
Theor era muy lindo. Su suave cabello negro y sus ojos azules eran eran hermosos, como un lago claro y profundo.
Sus ojos curiosos eran brillantes y su piel blanca como el mármol no tenía ninguna mancha.
─ Eres más lindo con una sonrisa. Además eres realmente educado.
Fritz acarició la cabeza del niño con admiración.
Astella, que les miraba desde un lado, dijo con palabras indiferentes.
─ Si no tienes ningún otro asunto, por favor regresa. Acabo de llegar y quiero descansar
─ Astella...
Fritz, que estaba a punto de rogar de nuevo, miró a Theor y se calló.
Suspiró y dijo la razón del por qué vino aquí.
─ Vine a verte por las pertenencias de la Emperatriz.
─ ¿Pertenencias?
"¿Qué demonios es eso?"
"¿Tenía algunas pertenencias, no solo era testamento?"
─ Sí, no se lo dije a Su Majestad, pero la Emperatriz te dejó algunas cosas.
Esta era la primera vez que lo escuchaba.
Astella rápidamente le dijo a Theor que se retirara.
─ Theor, ve a tu habitación. Si me esperas, te daré unas deliciosas galletas.
─ ¡Si!
Antes de partir, Theor se despidió e inclinó la cabeza ante Fritz.
─ Adiós, tío Fritz.
Fritz no pudo apartar los ojos hasta del niño hasta que desapareció.
─ Qué lindo es el niño. Lo has criado bien.
Astella exigió que volviera su atención.
─ Háblame de las pertenencias
─ Sí...
Fritz explicó.
─ No son muchas cosas. Si supieran que artículos invaluables habían desaparecido, la Emperatriz temía que su Majestad descubriera dónde estaban las pertenencias, así que eligió solo las cosas que realmente quería darte. Fotos y joyas que quería regalarte... y otras cosas más.
La Emperatriz viuda se preocupaba mucho por Astella.
Dejar tal cláusula en su testamento también era su propia consideración por Astella.
Incluso que le dejase pertenencias en secreto, no era una sorpresa.
─ En secreto las envió a nuestra mansión antes de morir, por temor a que Su Majestad se enojara si se enteraba.
─ ¿Dónde están esas cosas ahora?
─ Bueno, mi padre...
Fritz suspiró antes de responder.
─ Padre las tiene, y no me dejará tomarlas incluso si le suplico.
Astella frunció el ceño.
Su padre ahora esta siendo codicioso por las pertenencias de la Emperatriz.
"No creo que sea por las codiciadas reliquias."
No importa cuán baja sea su fortuna en el presente, su padre, cuyo título es el de Duque, no puede estar interesado en pertenencias misceláneas dejadas por la Emperatriz viuda.
Era muy probable que su padre estaba siendo terco no porque quisiera las pertenencias, sino por su enojo con Astella.
Su padre es originalmente ese tipo de persona.
Astella habló con firmeza a su hermano.
─ Por favor, ve a casa y dile a mi padre. Que si no me trae las pertenencias ahora, hablaré con Su Majestad sobre las pertenencias y lo acusaré en su contra.
Fritz preguntó con ojos sorprendidos.
─ Eso... entonces su Majestad confiscaría las pertenencias.
─ Papá cree que esto no podría suceder, así que no le quedará mas que aceptar.
Son cosas que Astella debería tener, pero que recibió secretamente a espaldas del Emperador, por lo que no le importaría si no se las diera.
Es posible que su padre haya pensado que incluso si Astella las quisiera recibir, no podría presentar una queja.
Ya que si esa historia se filtrara, el Emperador odiaría a Astella por intentar llevarse las pertenencias de la Emperatriz nuevamente.
No puede hacer nada si no recibe esos recuerdos.
Astella estaba viendo ese posibilidad en el futuro.
─ No importa. Prefiero entregarle las reliquias de la Emperatriz a su nieto, el Emperador, que dejárselos a mi padre.
Ante las frías palabras de Astella, Fritz se esbozó una sonrisa.
─ Tienes razón.
Fritz deseaba saludar a su abuelo y así que dijo que se iba, listo para ir al estudio.
Antes de salir de la habitación, se detuvo un momento y le preguntó a Astella.
─ ¿Cuánto tiempo te vas a quedar en la capital?
─ Estaré aquí durante dos días.
─ ¿No puedes quedarte un poco más..? El día del baile de madre será dentro de unos días.
Su madre, todos los años, celebraba una fiesta de caridad en la mansión en esta época del año, hasta que murió.
El evento se ha convertido en la tradición de la casa ducal.
Era una forma de incentivar a los invitados a recolectar donaciones y donar el dinero para ayudar a las mujeres necesitadas y a los pobres.
Sin embargo, después de la muerte de su madre, no se celebró ningún baile de caridad durante muchos años.
Después de hacer su debut en la sociedad, Astella reanudó el baile de caridad para honrar los recuerdos de su madre.
Todos los años se realizaba un baile en la mansión hasta que se casó con Kaizen y salió de la capital.
Después de salir de la capital, no había una anfitriona en la mansión, por lo que no se había vuelto a realizar el baile.
─ Sí, ya es esa fecha.
Astella preguntó mientras estaba recordando la fecha.
─ ¿Seguiste manteniendo el evento mientras yo estaba fuera?
─ Sí... me encargué de hacerlo yo mismo.
Astella estaba sorprendida.
La fiesta debería estar a cargo de una mujer, por lo que Fritz, que es un chico, nunca se debería haber convertido en el anfitrion.
En el pasado, a Fritz no le importaba el baile.
Solo había sido reacio a hacerlo porque Astella estaba a cargo.
"¿Realmente te arrepientes?"
No podía creer que Fritz, un hombre terco y orgulloso, se hubiera arrepentido de lo que había sucedido en el pasado.
"Incluso si ahora haces eso, ya no puedes cambiar el pasado."
Lo que sea que Fritz pensara, Astella no estaba interesada.
No tenía intención de quedarse aquí unos días más solo por el baile de caridad.
Ni siquiera puede ir al baile en este momento.
─ Lo siento. No puedo asistir porque tengo que irme en dos días.
Ante la firme respuesta de Astella, Fritz suspiró con pesar.
─ Si es así, entonces no puedo evitarlo.
Cree que se ha dicho todo lo que se tenía que decir.
Tenía miedo de seguir hablando y arrojar conversaciones innecesarias.
Astella, tranquila pero fría, le pidió que se retirara.
─ Si no le importa, por favor regresa ahora. Tengo que bañar a Theor y darle de comer.
Los ojos verdes claros de Fritz se entristecieron nuevamente por las frías palabras.
Pero él simplemente siguió la voluntad de Astella.
─ Sí, iré a ver a mi abuelo, si no te importa, me gustaría pedir perdón por no haberlo visto en mucho tiempo.
Ni siquiera se puedo reunirme con mi abuelo.
El abuelo debería decirlo bien.
─ Creo que mi abuelo está en el jardín.
─ Bien...
Fritz miró a Astella por un momento y dijo:
─ Si tienes algo que preguntarme o necesites, no dudes en contactarme.
─ Sí, te llamaré si necesito algo.
Realmente no quería obtener ayuda de Fritz, pero siempre había una posibilidad.
Algo podría suceder en la que necesitara su ayuda como el heredero de la familia.
Astella dijo que se pondría en contacto con él si necesitaba algo, y que no la contactaría si no necesitaba nada, pero Fritz parecía estar satisfecho con esa respuesta.
─ Gracias.
─ ...
Fritz se giró y salió al jardín.
Astella miró detrás de él y cerró la puerta.
***
─ Su Majestad el Emperador está llegando.
La puerta se abrió con las palabras ordenadas del guardia, y las personas sentadas alrededor de la mesa redonda se levantaron.
La oficina del Emperador en el Palacio Imperial de la capital era grande y colorida.
No era comparable a la oficina de los castillos en los que se había detenido durante el recorrido.
En el largo techo arqueado habían grandes candelabros que centelleaban de acuerdo con el ángulo de la luz, y dibujaban coloridas pinturas simétricamente.
Era una imagen de la historia de la familia Imperial y los logros del Emperador fundador.
Kaizen se sentó en la parte superior de la mesa.
─ Su Majestad.
Giró la cabeza, encontrando al marqués Croychen.
De repente se quedó en silencio, había una atmósfera cada vez más oscura y sombría. De repente, el Marqués se levantó de la silla y se arrodilló en el suelo.
En un instante, todos los ojos estaban sobre él.
Los tenientes en la mesa lo miraron.
─ ¿Qué está pasando?
─ Su Majestad, lamento haberle causado problemas con mi esposa y la criada.
Esa fue una respuesta esperada.
Kaizen frunció el ceño.
Las mujeres de esa familia hicieron dos disturbios inútiles en el camino.
Marianne todavía estaba encarcelada en el castillo por ser atrapada tratando de incriminar a Astella.
La madre de Marianne, la esposa del Marqués, fue deshonrada y conducida a su mansión.
─ Ese asunto está terminado.
Kaizen ordenó fríamente, con su voz indiferente.
─ Lady Marianne se atrevió a acusar falsamente a alguien que yo había invitado, así que la enviaré a un convento en la isla, en cuanto a la señora del Marqués...
Kaizen hizo una pausa, pensando en la esposa del Marqués.
Odiaba a esa mujer más que a Marianne. La mujer incluso intentó secuestrar al joven Theor.
"Pero no puedo castigarla porque no tengo pruebas."
La criada, que fue identificada como la secuestradora, murió sin revelar el nombre de la esposa del Marqués mientras era torturada.
Kaizen miró de manera irritada a Croychen.
Si castigaba duramente a la esposa, también debería ser castigado su esposo, el Marqués Croychen. No se lamentaría si la mataba, pero no podía permitir que su esposo, que había sido fiel a él todo este tiempo fuera despedido por los pecados de la esposa.
─ La esposa del Marqués tiene problemas de conducta, debe ser nuevamente educada en tu mansión.
El marqués Croychen inclinó la cabeza con emoción.
Traduccido por: Anon-chan
Editado por: Miss M