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Cómo esconder al hijo del Emperador


Era natural que el Emperador en el palacio usara esa ropa.

No pudo reconocerlo porque estaba vestido con ropa casual como la de un aristócrata ordinario.

— Me complace encontrarme a Su Majestad, el Maestro del Imperio.

Kaizen se acercó a los dos y miró a Serbel.

— Serbel, ¿qué haces aquí?

— Su Majestad.

Serbel respondió cortésmente.

— Vine a entregarle un regalo a Lady Astella por orden de mi padrastro.

Kaizen parecía un poco incómodo por algo.

Una mirada aguda se dirigió a Astella.

— ¿Cuál es el presente?

— Es un libro.

Señaló el libro de historia que había puesto sobre la mesa.

Kaizen frunció el ceño y miró a Serbel.

— Si has terminado con tus asuntos, regresa.

— Sí, su Majestad.

Serbel se acercó a Astella.

— Espero tener una oportunidad de volver a verla, Lady Astella.

— Sí, espero verle de nuevo.

Serbel salió.

Cuando desapareció, hubo un pesado silencio en la habitación.

Kaizen solo miró a Astella con una mirada desagradable, como si estuviera de mal humor.

¿Por qué no le había dicho nada cuando vino?

— ¿Por qué está aquí Su Majestad?

— No estoy aquí para verte...

Kaizen habló un poco irritado.

— Vine a ver a Theor.

— ¿Theor?

¿Cuáles eran las razones por las que Kaizen quisiera ver a Theor?

— ¿Dónde está el niño?

— Debe estar con mi abuelo.

— Bien.

Una criada fue llamada para que lo llevara a ver a Theor.

Poco después, Theor corrió hacia la biblioteca.

— ¡Su Majestad!

Theor estaba feliz de poder ver a Kaizen, así que corrió directamente hacía él.

Kaizen levantó a Theor y lo sostuvo en sus brazos.

— Hola, ¿cómo has estado?

— Bien, el regalo es bonito. Hay soldados de plata.

Era extraño verlos a los dos tan cerca. Fue amargo e incómodo.

"Estará bien."

"Theor y Kaizen nunca se volverán a ver si nos vamos mañana."

— Le había prometido a Theor llevarlo al teatro, pero dado a que te vas mañana ya no habrá tiempo para ello...

Astella se sorprendió al escuchar las palabras de Kaizen.

No, cuándo él le hizo a Theor tal promesa, su hijo pareció decepcionado. 

Kaizen pellizco las suaves mejillas de Thero y dijo.

— Pero el mercado nocturno está abriendo hoy. ¿Quieres ir allí?

— ¡Voy!

— Espera un minuto, ¿mercado nocturno?

Cuando Astella gritó sorprendida, los dos miraron a su alrededor desconcertados.

— Bueno... se lo prometí, así que lo llevaré.

— ¿Vas a ir solo Su Majestad?

— La escolta nos seguirá.

— No, no es eso...

Cuando un Emperador sale a un mercado o algo así, la guardia real que protege al Emperador lo sigue en secreto.

Pero toda esa protección se mantiene detrás de escena.

Entonces, para los ojos curiosos, Kaizen y Theor estarían solos.

No podía creer que Kaizen pensara que es buena idea ir él solo al mercado de la ciudad junto a Theor.

Eso no tenía sentido.

No pensaba dejarlo ir solo... Kaizen probablemente perdería a Theor antes de que los guardias los encontraran.

Astella se vio obligada a ponerse de pie.

— Yo también voy.

La bonita cara de Kaizen se llenó de un gesto incrédulo.

— No cofias.

— ...

¿Acaso debía confiar en él cuidando solo a Theor?

No llevaba a nadie más que se hiciera cargo.

Kaizen como Emperador era alguien muy competente.

Pero nunca ha cuidado de un niño antes... no era alguien a quien se le pudiera confiar un niño de cinco años.

Era una mejor idea dejar a Theor en manos de Velian que en las de Kaizen.

Kaizen parecía estarse divirtiendo con las expresiones conmocionadas de Astella, pidiendo que la llevara.

Se rió por lo bajo y dijo en voz alta.

— Bien, si quieres seguirnos, siéntete libre de hacerlo.

— ¿Tía Astella viene con nosotros?

Theor estaba feliz de escuchar que ambos iban.

Astella respondió, tragando un suspiro.

— Sí. Vayamos juntos.

De esta manera, los tres fueron juntos al mercado nocturno.

***

La capital era una ciudad muy grande.

Había una serie de áreas densamente pobladas en el norte, sureste y oeste, centradas en las concurridas calles al sur del palacio.

El mercado nocturno se llevó a cabo en el gran parque de la capital, una la larga viga de mármol que cruzaba el centro en la plaza de la fuente octogonal, esas eran marcas registradas del parque.

La plaza tiene un paisaje hermoso y encantador, siempre está limpia y es segura para los ciudadanos.

Habían muchos de ellos.

— Theor, debes tener cuidado. Nunca te sueltes de mi mano.

Theor, que nunca había visto tanta gente, se distraía constantemente mirando a su alrededor y observando.

— Guau.

Cuando habían pasado por las calles principales de la capital en el carruaje, ni siquiera miró a Astella, porque estaba muy curioso mirando a las innumerables personas caminando afuera.

— Sí. No te soltaré.

Aún así, después de salir de la plaza, Theor la siguió aún con sus manos entrelazadas, temiendo que se se soltara de la de Astella.

Theor miró el pasaje de la plaza donde muchas personas iban y venían, sus ojos tenían una mirada asombrada. 

Para él, que rara vez miraba el mundo exterior, todo le era simplemente increíble.

Habían muchos tipos de personas jugando y vendiendo artículos coloridos, Kaizen que les seguía desde atrás, se quejó.

— Hay demasiada gente.

Astella miró a Kaizen, que estaba siendo empujado por la gente.

Kaizen era alto, así que tenía que caminar cuidadosamente manteniendo la cabeza hacia abajo para no golpearse con los faroles decorativos.

La situación del Imperio había cambiado rápidamente, los grandes nobles cayeron cuando la guerra civil estalló, pero ahora la capital estaba creciendo y prosperando más pacíficamente que antes.

Ese era el mérito de Kaizen.

— ¿Has estado aquí antes?

— Por supuesto.

Kaizen pareció sorprenderse al escuchar la respuesta de Astella.

— ¿Por qué estás sorprendido? Me gusta el mercado nocturno.

— No sabía que te gustara venir aquí. En el pasado, parecía que solo querías estar dentro de la mansión. Además tu padre no aprobaba este tipo de lugares, no pensé que te permitiera venir.

Las damas de las familias aristocráticas no deben ir a los lugares donde los plebeyos se juntan.

Astella murmuró, evitando su mirada.

— Bueno... no salí con el permiso de mi padre.

Hay numerosas familias aristocráticas en la capital, pero pocas de ellas estaban dispuestas a permitirles ir a sus hijos ir a estos lugares.

— Vine con mi hermano Fritz, y más tarde vino conmigo Sigmund.

Ahora que lo recuerda, Fritz, al igual que Kaizen, se quejó cuando fue golpeado por la multitud.

«Entonces, ¿qué tiene de gracioso un mercado que está lleno de polvo? No puedo entenderlo en absoluto.»

Astella solo sonrió amargamente.

Era cierto que había mucho polvo y gente, pero quería ver más del mercado si la oportunidad se presentaba.

"Lo hice porque pensé que cuando entrara al Palacio Imperial, ya no podría salir a voluntad."

Kaizen, quien se quejaba, se sorprendió de la repentina apariencia solitaria de Astella.

Cuando estaba a punto de decir algo más, Astella de repente señaló una esquina de la plaza.

— Theor, hay un espectáculo de marionetas. ¿Vamos a ver?

— ¿Qué es un espectáculo de marionetas?

— Es como una obra de teatro pero con muñecos.

Ante las palabras, Theor estaba listo para correr en dirección al espectáculo.

— ¡Voy a ver!

Astella se dirigió hacia allí con Theor.

Había un pequeño escenario simple en la esquina de la plaza y estaban actuando con muñecas.

 Frente al escenario, había asientos en el piso para que la gente los niños se sentaran y miraran.

Los niños se acurrucaron juntos frente al escenario.

Astella eligió un asiento con buena vista y sentó a Theor.

— Siéntate aquí y mira.

En el escenario, una muñeca de conejo y una muñeca de oso colgando de una cuerda se movieron.

Era un cuento de hadas para niños.

Era una historia sobre salir a caminar y comer algo delicioso.

Theor estaba sentado en la zona de los asientos, y Astella estaba de pie en el suelo en la parte de atrás observando.

Kaizen también se acercó y se paró junto a Astella.

Estuvo observando a los muñecos moverse durante un tiempo, luego Kaizen, que estaba a su lado, habló de pronto.

— ¿Te reuniste con tu padre?

Astella se preguntó si la estaba espiando.

Pero al final de todo, se estaba quedando en una de las mansiones que el Emperador le había dado, pensó que cualquiera de los sirvientes que trabajan ahí pudo haberle informado.

Por otro lado, se le ocurrió que tal vez Kaizen habría estado investigando los pasos de su padre, el duque de Reston, y no las visitas de ella.

¿Qué está pasando con la investigación del asesinato?

Definitivamente ese fue el trabajo de su padre.

¿Qué sucederá cuando se revela ese hecho?

Por principio, tanto su padre como su hermano morirían por traición.

Ella no estaría del todo a salvo.

Astella respondió, ocultando su creciente ansiedad.

— Sí, vi a mi padre.

— ¿Qué dijo tu padre?

— No había mucho que decir. Fueron solo asuntos familiares.

Kaizen frunció el ceño al escuchar la respuesta ambigua de Astella.

Cuando escuchó que el duque Reston había ido a ver a Astella, la noticia le puso de mal humor.


Con permiso Astella, vengo a robarme a tu sobrino(hijo).
atte. Kaizen


Traduccido por: Miss M

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