Cómo ocultar al hijo el Emperador
Hannah se cubrió la boca con abas manos y sacudió la cabeza para no hacer ruido.
Sus lágrimas cayeron al suelo.
— Hannah. No llores.
Astella abrazó el hombro de Hannah.
Las lágrimas continuaron bajando por la mejilla hasta llegar a su hombro.
— Lady Astella... siento mucho no haber podido estar con usted cuando más me necesitaba.
Dentro de la tranquila habitación, donde la luz del amanecer penetraba, las dos se abrazaron y compartieron su dolor.
Hannah no preguntó quién era el padre del niño.
Hannah observó de cerca el apasionado amor de Astella por Kaizen, la vio casarse con él y salir de la mansión después de la primera noche.
Qué pasó después de eso no lo supo.
No preguntó quién era el padre del niño, ni dónde estaba ahora.
Astella simplemente decidió decir la verdad.
Ya no había por qué mentirle a Hannah.
No, mas bien ya no quería mentirle a Hannah.
— Es el hijo de Su Majestad.
Susurró en voz baja al oído de Hannah.
— Theor es el hijo de Su Majestad. Cambié el color de ojos con medicina. Tengo que ocultar la identidad de mi hijo. Theor estará en peligro si descubren que es un príncipe.
Debe ocultar este secreto hasta que regrese a casa, hasta que esté a salvo.
No había necesidad de dar más detalles.
Con la explicación concisa de Astella, Hannah pudo entender la situación del antes y después de lo que sucedió.
El fuerte sonido del llanto se detuvo gradualmente. Cuando Hannah dejó de llorar y levantó la cabeza, le lanzó un chillido a Astella, secándose las mejillas húmedas y calientes.
— Ayudaré aunque dedique toda mi vida.
*
Afortunadamente, Theor se sintió renovado por la mañana.
— ¡Panqueque!
Cuando Theor levantó su cuerpo, el perro de caza que yacía debajo de la cama saltó sobre el niño y le lamió la mejilla.
Panqueque trepó a sus brazos y Theor estalló en carcajadas.
— Theor, ¿estás bien ahora?
— ¡Sí!
Theor acarició el pelo de Panqueque y miró a Astella.
— Tengo hambre.
— Bien.
Astella sonrió con alivio. Hannah, que estaba mirando, también sonrió. Theor tenía mejor color de tez y había recuperado su vigor.
El médico, que llegó temprano por la mañana, visitó a Theor y confirmó su mejora.
— Se ha recuperado muy rápido, joven maestro, usted tiene en una constitución perfectamente reformada y saludable.
Hannah llevó pasteles finos de papas y sopa caliente para Theor.
Theor vació por completo la comida que Hannah le trajo después de recuperarse.
Astella observó a Theor desayunar y luego salió de la habitación.
— Tenemos que irnos tan pronto como Theor se recupere. Esperemos una semana más o menos y luego vayámonos.
Astella atrapó a su abuelo y entró en la sala de estudio y se le dijo.
Su abuelo materno, el marqués Calenberg, que fue al dormitorio a ver a Theor, entró al estudio con Astella.
— ¿Eso estará bien?
— Tengo que ver cómo se recupera, pero no creo que haya ningún problema.
Como Theor era originalmente saludable, se recuperará sin problemas si no hay ninguna complicación.
Fue una suerte que Theor estuviera a salvo, pero Astella todavía estaba ansiosa.
"Tengo que irme rápidamente antes de que ocurra otro evento impensable."
Hasta ayer, pensó que ya se estaba yendo de la capital y corriendo por la carretera del este.
Sin embargo, después de la noche, Theor estaba enfermo y el horario se pospuso.
Esto no puede volver a suceder.
Tiene que irse rápidamente... tan pronto como tenga otra oportunidad.
Esta vez, estaba planeando irse sin decirle a Kaizen por adelantado.
"Ya tengo el permiso, así que puedo irme".
Así Kaizen la dejará irse rápidamente y sin importarle.
Astella pasó la mañana haciendo tales cálculos.
Pero por la tarde, escuchó un fuerte ruido en la puerta principal.
Cuando bajó las escaleras, el criado entraba con una caja grande.
Después de eso, un par de hombres y mujeres, que parecían plebeyos, le siguieron con otra caja.
Astella llamó a Hannah, para saber qué estaba sucediendo al pie de la puerta principal.
— Hanna. ¿De qué se trata esto?
— Lady Astella...
Antes de que Hannah dijera la explicación con voz desconcertada, el criado que trajo la caja saludó a Astella.
— Lady Astella, Su Majestad los envía.
El hombre y la mujer de pie detrás del sirviente también se inclinaron profundamente ante Astella.
— ¿Quienes son esas personas?
— Son la pareja que estaba haciendo el espectáculo de marionetas en el mercado nocturno.
— ¿Espectáculo de marionetas?
De repente, recordó la obra de marionetas que vio en el mercado anoche.
Era una obra de teatro en una caja tosca, los muñecos que colgaban eran movidos por hilos.
Ayer por la noche Theor no podía apartar los ojos del espectáculo de marionetas.
El hombre y la mujer, que estaban siendo contemplados por la mirada de Astella, dijeron rápidamente.
— Nos ordenaron hacerlo feliz.
El criado los llevó a la habitación de Theor.
La caja traída por el criado estaba llena de juguetes.
Habían muñecas de algodón, bolas, pequeñas muñecas humanas y castillos, carruajes y cañones como los de la vida real.
Como era de esperar, a Theor le gustó mucho.
— ¿Están seguros de que están haciendo un espectáculo de marionetas aquí?
— Sí, Su Majestad lo dijo.
Astella reprimió un hoyo tan grande como un abismo en su interior.
Theor sonreía brillantemente, sosteniendo una bola tejida de hilos de oro de la caja.
— Su Majestad es realmente muy bueno.
Mientras tanto, el hombre y la mujer interpretaron un espectáculo de títeres. Abrieron la caja de juguetes frente a la cama y comenzaron la obra.
Theor miraba al escenario con una mirada hechizada, mientras Astella miraba a Theor, él lucía tan feliz... mientras que ella tenía una mirada amarga.
***
Florin fue a la habitación de la esposa del Marqués.
Las mujeres aristocráticas suelen tener habitaciones al lado de sus cuartos, son un espacio privado solo para ellas. En la habitación, Nien, la más joven de las hermanas, se reunió con su madre.
Si bien Florin era tan bonita como una muñeca, no había muchas cosas bonitas en la cara redonda y regordeta de Nien.
Nien llevaba puesto un lúgubre vestido de lana gris con su cabello castaño oscuro atado.
Tal atuendo la hacía parecer más una monja que una dama de la aristocracia.
Había un manto sobre la mesa.
"Entonces llegó el momento de bordar."
Las mujeres aristocráticas conversan, y bordan por la tarde cuando no hay nada que hacer.
Sin embargo, la esposa del Marqués ni siquiera pensó en algo parecido, solo sostenía a su hija menor y se quejaba entre lágrimas.
— No me puedo sentir viva porque estoy tan enojada...
"Soy yo quien va a explotar si tengo que oír eso una vez más"
Florin se sentó asqueada.
— Madre, no llores.
La pobre Nien estaba ocupada consolando a su madre.
La hija más joven, que no tiene talentos especiales ni una apariencia llamativa, cuidó de su familia y encontró su lugar en la casa.
Su papel principal era convertirse en una muñeca y consolar a la esposa del Marqués, su madre.
— Cuando pienso en lo que me hizo, estoy tan enojada que ni siquiera puedo dormir.
La esposa del Marqués era una mujer rubia y guapa, que solía usar vestidos verdes. Era una mujer con tres hijas, pero siempre parecía ser más joven que su edad real.
— Dijeron que Su Majestad también invitó a esa mujer a su casa en la capital. Lo tiene en sus manos. Ella no es ninguna tonta, no por nada era conocida por ser la princesa.
— Ella fue la esposa de Su Majestad, madre.
Florin dijo con calma, insertando una aguja en su bordado.
— Además, el que visitara a Su Majestad no es algo malo. Gracias a eso, el trabajo de la herencia del Territorio del Sur se completó fácilmente.
La esposa del Marqués levantó la vista.
Parecía querer decirle algo a Florin, pero mantuvo la boca cerrada.
Desde que escuchó lo que le dijo Florin la última vez, la señora no había hablado mucho con su segunda hija.
— Madre... no te enojes tanto. Lady Astella se va pronto...
Nien consoló a su madre.
— Entonces, ¿qué haces? Dijo que se iba, pero se quedará más tiempo. Cuando sea hora de irse, estoy segura de que nuevamente se quedará por alguna razón.
— No pudo evitarlo esta vez. Dijeron que el niño estaba enfermo.
— ¿Él está enfermo?
Florin miró a Nien, y la esposa del Marqués, que ignoró las palabras de su segunda hija gritó muy enojada.
— ¡El niño se enfermó luego de comer el fruto del Lintail! Quien diría que es del tipo que se enferma después de comer esa cosa tan común.
Ella chasqueó la lengua.
— Si el niño es tan débil, definitivamente no vivirá mucho. Ah, estoy tan enferma que me muero.
Al ver a su madre burlarse de un niño de cinco años, Nien se quedó sin palabras y se contuvo de nuevo.
Florin, que se había quedado sin palabras y avergonzada, dudó al escuchar a su madre.
— ¿Qué comió para enfermarse?
— El lintail. Eso algo común...
La esposa del Marqués respondió con una sonrisa burlona. Estaba vigilando la mansión donde estaba Astella, había comprando a una doncella para que siguiera espiando.
Sabía exactamente lo que estaba pasando allí dentro.
De nuevo, los comentarios crueles sobre Astella continuaron.
Pero Florin tenía un recuerdo diferente sobre Astella, uno en el estaba ignorando no comer los lintails en la fiesta del té a la que asistió con su madre.
***
Pasaron dos días sin problemas.
Theor ahora parecía haber recuperado por completo su fuerza.
Tan pronto como vio a Astella, se apresuró a sus brazos.
Theor se aferró a los brazos de Astel y se frotó la cara.
— ¡Quiero salir y jugar!
Astella abrazó tiernamente al niño y le dio unas palmaditas en la espalda.
— Todavía no. El doctor te dijo que te quedaras en la habitación durante cinco días.
— Hmm...
Traduccido por: Miss M