Cómo ocultar al hijo del Emperador
Fritz la tomó de la mano.
Astella miró a su hermano. Podía sentir que la estaba tratando de consolar.
— Astella.
Sin embargo, hubo quienes no actuaron con indiferencia y frialdad.
Kaizen, que estaba rodeado de sus súbditos, caminó hacía ellos.
La atención de la gente se concentró aún más en ellos.
Astella agarró el borde de su falda y se inclinó en una reverencia.
— Me complace saludar a Su Majestad, el Maestro del Imperio.
Le saludó, pero no hubo respuesta.
Cuando levantó la cabeza vio que el par de ojos rojos, la miraban lleno de emociones indescifrables.
"¿Es tan desagradable verme?"
Aunque divorciada, ella había sido la prometida de Kaizen en la infancia, y por un momento fue la mujer que estaba en el puesto de Emperatriz.
Quien tan pronto como desapareció en el campo comenzó a criar a un hijo ilegítimo.
Astella nunca lo había pensado desde el punto de vista de Kaizen, pero creyó que podría ser ofensivo para él.
"¿Entonces por qué organizaste este baile y me hiciste que viniera?"
Podía entender que él tuviera sentimientos desagradables para ella, pero no podía entender su comportamiento.
Si fue simplemente con el propósito de atormentar él mismo a la propia Astella, no habría sido necesario forzar su asistencia para celebrar un baile de caridad en el Palacio Imperial.
Fritz, que estaba a su lado, también saludó cortésmente.
— Su Majestad, es un honor infinito celebrar el baile de caridad de nuestra familia en el Palacio Imperial.
Kaizen continuó sin responder. Solo dijo para Astella.
— Tengo algo que decirte después del baile.
— ¿No puedes decirme ahora?
— Así es, no ahora.
Pensó que estaba enojado, pero su tono era inesperadamente tranquilo.
Los ojos rojos aún reflejaban emociones desconocidas.
— Te lo diré formalmente cuando termine.
— ...
¿Qué podría ser? ¿De qué está tratando de hablar? Ahora que todo lo del testamento ha terminado, Kaizen no debería tener nada serio que decirle a Astella.
"Obviamente se trata de Theor".
Fritz, avergonzado, miró hacía Astella que lucía preocupada.
Astella tenía un incómodo presentimiento, pero no lo expresó, sino que sonrió ante el intercambio de palabras.
Inclinó la cabeza ligeramente con una sonrisa en su rostro.
— Como lo ordene, Su Majestad.
Kaizen miró a Astella irse.
Ella y Fritz subieron las escaleras.
Los invitados se quedaron en el salón de banquetes antes de que comenzara el baile, o pasaron un tiempo en la sala de recepción o en el balcón cerca del salón de banquetes.
Todavía había tiempo hasta que el baile comenzara, por lo que las personas aprovecharon para pasar un momento tranquilo.
En el salón de baile, Astella era solo un tema de curiosidad, y no un ser no bienvenido.
En el momento en que Kaizen se enfrentó a Astella, varias emociones se enredaron una tras otra.
Estaba enojado con Astella.
"Tuvo un bebé sola y lo ha estado criando mientras se escondía."
El día en que se reunieron, después de seis años, ella descaradamente le había mentido a la cara diciendo que el niño era su sobrino, era ridículo el solo pensarlo.
¿Quién demonios es el padre del niño?
Cuando estuvo investigando el paradero de Astella, descubrió que durante los últimos seis años ella no había mantenido ninguna relación con algún hombre.
Si lo piensa, parece que no estaba profundamente relacionada con el padre del niño.
El hombre no debió de haber sido un ser humano apropiado si creyó correcto el abandonar a la mujer que iba a dar a luz a su hijo.
Cuanto más pensaba en Astella dando a luz al hijo de un hombre así, más sorprendente le parecía. Por otro lado, Astella debió de sentirse triste y decepcionada.
Después de ser la princesa más grande de la nación, fue aislada y abandonada por su familia, y dio a luz a un niño sin el apoyo del padre.
Kaizen no podía ni imaginar cuán difícil debió haber sido el dar a luz y criar a un niño debido a las malas circunstancias.
Además Astella ni siquiera podía decir que el niño era su propio hijo.
Sus emociones en conflicto en ambos extremos de su mente le confundieron.
Pero en medio de la confusión, una cosa era segura.
Kaizen no quería que Astella sufriera esto.
Kaizen miró al marqués Croychen y a su esposa, estaban sentados cerca de la pista de baile.
Tenía la esperanza de deshacerse de ellos antes y evitar que esto se revelara.
Sin embargo, le era imposible ocultar los orígenes del niño para siempre.
Astella no había manejado el nacimiento del niño a la perfección.
No pudo encontrar a la criada que habían hecho pasar como la madre biológica del niño, y las parteras no habían sido de mucha ayuda.
Además la criada fue tomada por la familia Croychen antes de que Kaizen le pusiera las manos encima.
Según su búsqueda, este hecho ya era conocido por algunos de la nobleza.
Si ellos revelaban esta noticia, Astella podría ser insultada y humillada por ser una mujer que dio a luz un hijo ilegítimo.
Kaizen ciertamente no quería que eso pasara.
— ¿Qué pasó con lo que te dije que prepararas?
Dudando en responder a la pregunta de Kaizen, Velian dijo con una voz tímida.
— Su Majestad, está listo...
Velian soltó sus palabras impotente.
Le dolía la cabeza desde ayer.
Por el amor de Dios, esperaba que Su Majestad fuera racional y emitiera un juicio normal incluso ahora, pero Kaizen no tenía intención de cambiar de opinión.
— Lo llevaré a cabo según lo planeado, así que sé cuidadoso con tus preparativos.
***
— ¿Estás bien?
Tan pronto como salió del salón de banquetes y cruzaron el pasillo, Fritz preguntó preocupado.
— Está bien. No pasó nada.
Acababa de ver a Kaizen.
Le dijo que había algo que tenía que decirle.
"No sé de qué estás hablando, pero estoy segura de que será sobre Theor."
— Debería ir al balcón y tomar un descanso.
— Sí, eso sería muy bueno.
Si se quede acá, tarde o temprano vería a su padre.
Estaba cansada de encontrarse con Kaizen, pero quería evitar ver a su padre, Fritz tomó la iniciativa y se dirigió a las escaleras.
Estaban en el palacio exterior del Palacio Imperial, el que se utilizaba como sala de banquetes, por lo que el balcón estaba arriba.
— Fritz.
Alguien llamó a Fritz mientras se dirigían a las escaleras para ir al balcón de arriba.
Mirando hacia atrás, era uno de los viejos amigos de Fritz.
— Princesa Astella, ha pasado mucho tiempo sin verte. Escuché que estás de vuelta en la capital...
El amigo de Fritz soltó el final de sus palabras con vergüenza.
Cuando escuchó que Astella había llegado a la capital, no pudo ir a saludarla, así que sentía que estaba siendo descortés.
Fritz y su amigo también estaban siendo tratados con frialdad en el mundo social.
En el pasado, sólo un pequeño número de aristócratas de élite eran llamados la gran nobleza, y solo ellos podían disponer de todo.
Aquellos nobles siempre mandaron con el puño de reyes y reinas, siendo los maestros de campesinos despreciados.
Pero ahora los grandes nobles perdieron su poder, y las familias restantes apenas y habían sido capaces de salvar sus cuellos.
Estaba segura de que han tenido que trabajar duramente en la sociedad para mantener su estatus.
— Estaré allá arriba.
Astella no quería interponerse si ellos dos querían hablar.
Una persona venía bajando las escaleras.
Era una criada, que llevaba con un cuenco con ella, seguramente era comida.
Astella subió las escaleras sin pensar mucho, levantó el dobladillo de su falda.
A mitad del camino mientras subía las escaleras la criada se detuvo para dar paso a Astella.
— ¡Ugh!
De pronto la criada perdió el equilibrio y cayó sobre las escaleras mientras se retorcía.
El cuenco se volteó, salpicando la sopa en todas las direcciones.
La criada se recostó en el suelo y suplicó perdón.
— ¡Lo siento! Me equivoqué. Es mi error.
La parte inferior del vestido de Astella se había manchado de sopa.
Lo que peor se había mojado eran sus zapatillas.
Porque sostenía el borde de la falda para subir las escaleras.
El cuenco se volteó, salpicando sopa sobre el frente del zapato.
"Oh, mi... no puedo volver al salón de baile de esta manera."
— ¿Está bien, Lady Astella?
Hannah miró a la criada de rodillas.
La criada levantó lentamente la cabeza, miró a los ojos de Hannah y sacudió la cabeza hacia el suelo.
— ¿La conoces?
— Sí. Ella es una dama de honor en el palacio vacío.
El palacio de la Emperatriz.
Durante los últimos seis años, el palacio de la Emperatriz no ha tenido dueña.
Sin embargo, incluso un palacio sin un maestro no puede dejarse desatendido.
En el interior habían quedado las doncellas que administraban el palacio.
Hannah lanzó una risa ridícula a la criada que se cayó al suelo.
— Estabas tan estable y firme, ¿cómo es que cometiste este error frente a tu superior?
La voz fría contenía una punzante reprimenda de intención.
La criada se estremeció por un momento.
— Lo siento, lo siento. Fue un error.
— Está bien, Hannah.
Astella, que miraba el borde de su falda sucia, calmó a Hannah.
Parecía que fue algo intencional, pero no hizo ninguna diferencia el interrogar a la criada.
No quería tener que molestarse por estos trucos baratos.
— Te necesitas cambiar. ¿Deberíamos volver a la mansión?
Con la mirada preocupada de Hannah, Astella miró alrededor de la puerta del salón de banquetes debajo de las escaleras, había algo de tiempo antes de que comenzara el baile, pero parecía ser difícil regresar a la mansión.
— Bueno, princesa...
La criada, tendida en el suelo, levantó suavemente su cabeza y presentó una oferta.
— Los vestidos y los zapatos de la princesa permanecen en el Palacio Imperial.
— ¿Siguen ahí?
— No mientas. Todas las cosas de Astella están en el almacén del Príncipe Heredero.
El palacio del Príncipe Heredero fue donde Astella se casó con Kaizen y pasó la primera noche.
Porque Kaizen era el Príncipe Heredero en ese momento.
Al día siguiente se convirtió en el Emperador, pero Astella nunca cruzó el umbral del palacio de la Emperatriz.
Tan pronto como obtuvo su estatus de Emperatriz, se divorció y salió del palacio.
Ante las palabras de Hannah la criada refutó como si hubiera sido tratada injustamente.
— ¡Su Majestad nos ordenó que lo trasladáramos al Palacio Imperial!
— ¿Qué?
"¿Por qué diste esa orden?"
Nadie sabe sumar en esta novela.
Traduccido por: Miss M