Extra 3. Parte 1.
Postre de medianoche.
Fritz se sintió extraño mientras caminaba por el pasillo silencioso.
El pasillo que conducía a la oficina del Emperador estaba extrañamente silencioso hoy.
No había rostros familiares en la sala de espera adjunta a la oficina.
Un joven salió corriendo con cara de alegría cuando lo vio.
Fritz se giró hacia él.
Hace tres años, el joven se convirtió en el asistente del Emperador a una edad temprana debido a su destacada actuación y excelente experiencia en la Academia.
Pero ahora, tres años después, lucía casi diez años mayor que cuando llegó aquí por primera vez.
Seguramente era extremadamente difícil complacer al Emperador.
─ Lannis ¿dónde están los otros ministros?
Como recuerda Fritz, hoy era el día de un informe político. ¿Llegó demasiado tarde? Aunque era un poco más tarde de lo habitual, aún quedaba tiempo.
Lannis respondió con una mirada cansada.
─ Los otros ministros se fueron a casa después de terminar su programa urgente debido a una enfermedad repentina.
Fritz se sorprendió un poco al escucharlo.
─ ¿Están todos enfermos?
¿Será que tuvieron una reunión secreta y compartieron comida extraña sin que Fritz lo supiera?
De repente se preguntó si habría tenido alguna anomalía en su cuerpo ese día.
Durante los últimos tres años, Fritz tuvo una relación bastante buena con los Grandes Ministros del Emperador.
Gracias a la desaparición de un gran número de aristócratas que habían quedado descontentos por una serie de incidentes, la mayoría de los nobles restantes tenían poco poder y eran obedientes al Emperador.
Fritz trató de entablar una nueva relación con ellos.
Como resultado, sus esfuerzos funcionaron.
Los ministros, que al principio desconfiaban de la familia de la Emperatriz, ahora le tenían más o menos cariño.
Su matrimonio con Gretel, una farmacéutica, también fue muy útil.
Su matrimonio con Gretel hizo que Fritz pareciera una figura moderada que, a diferencia de su padre, no estaba obsesionado con el poder.
Si hubiera querido fortalecer el poder del Duque, habría querido a una señora de una poderosa familia en matrimonio frente a Dios.
Otros nobles, le arrojaron una oscura mirada, pero bajaron la guardia contra el nuevo joven Duque.
Lannis lo negó rápidamente.
─ No, el Conde Tyreros, debido a la urgente enfermedad de su hija, eh… se fue luego de un breve informe.
─ Oh ya veo.
La enfermedad de un familiar era la forma más eficaz de obtener la simpatía del Emperador.
Si los ministros decían: "Mi amada esposa, o si mi hijo pequeño se siente enfermo de repente”, el Emperador era bastante generoso y les permitía tomarse unas vacaciones.
Por otro lado, si la persona en cuestión era la que estaba enferma, no se podía esperar tal generosidad.
Fritz tomó los papeles y entró en la oficina del Emperador.
Lannis abrió la puerta de la oficina Imperial antes de que el sirviente se adelantara.
Y cuando dio un paso hacia la Oficina Oval, Fritz se detuvo al ver el desplegado ante sus ojos.
Lo primero que vio fueron los papeles esparcidos sobre el escritorio y los papeles rotos.
Kaizen estaba sentado en una silla en la oficina.
Una taza de té y una tetera estaban frente a él.
El Emperador estaba apartando un montón de documentos y bebiendo té negro como si fuera alcohol.
Kaizen se veía muy molesto y enojado.
Fritz sospechaba que estaba bebiendo alcohol en una taza de té.
Pero al parecer era realmente té porque vio que no olía a alcohol ni siquiera cuando se acercó.
─ Su Majestad, ¿Qué es esto… yo, no creo..?
Kaizen dejó la taza de té vacía en silencio y miró hacia arriba.
─ Oh, eres tú.
─ Su Majestad, ¿qué está pasando?
Kaizen suspiró y respondió, empujando la taza de té.
─ Me peleé con Astella.
─ Ya veo...
Ya se lo imaginaba. Si no fuera por Astella, no podría estar tan molesto.
Fritz captó la situación tarde.
Probablemente, todos los demás ministros se escaparon, y como él llegó tarde no pudo escapar.
Era comprensible que Lannis estuviera muy feliz de verlo.
Dado que era el hermano mayor de la Emperatriz, pensó que podría resolver esta situación.
No tenía curiosidad en absoluto, pero Fritz amablemente hizo preguntas.
─ ¿Por qué estabas discutiendo?
─ Nada especial.
Kaizen respondió con irritación, luego suspiró de nuevo y giró la cabeza.
─ ¿Me escucharás? No hay nadie con quien pueda hablar de lo ocurrido.
Fritz no quería intervenir en la relación entre su hermana y su esposo.
Sugirió con mucho cuidado.
─ Entonces, si le dices al abuelo...
─ El Marqués no me escuchará.
El abuelo materno de Astella ahora solía consolar a Kaizen, pero en general siempre estaba del lado de Astella.
Incluso el anciano parecía estar feliz de ver a Kaizen luchando.
─ De todos modos, escúchame. No es un gran problema.
─ Si su Majestad.
Fritz se vio obligado a sentarse.
Decidió pensar que esta era la forma en la que debía pagar el precio de llegar tarde al trabajo.
Llegó tarde al Palacio porque pasó tiempo jugando en la mansión, y pasando un buen rato, con su pequeño hijo.
*
El problema empezó anoche.
Ese día, Kaizen descubrió que Astella estaba organizando papeles viejos.
─ Estoy sacando cosas que no necesito.
─ ¿Puedo ayudarte?
Kaizen preguntó mientras tomaba la pila de documentos que Astella sostenía.
─ Debes estar cansada. No hagas eso. Si no podemos, podremos hacerlo mañana.
Kaizen abrazó a Astella con la otra mano.
Los niños ya habían cenado y se habían acostado, ahora eran solo ellos dos.
Fue una velada agradable con un cálido entorno.
Hasta que un documento apareció ante sus ojos.
─ Esto es...
Incluso después de mucho tiempo, Kaizen lo reconoció con solo un vistazo.
Era el contrato del matrimonio entre los dos.
En un montón de papeleo de la cómoda, el contrato que él mismo había firmado estaba atascado.
─ Oh, eso estaba ahí.
Astella sacó el documento de manera indiferente.
Kaizen se sorprendió y volvió a preguntar.
─ ¿Aún tienes esto?
─ Lo olvidé.
Astella sacó los papeles y los dejó a un lado, como si no fueran nada.
Vio la expresión incómoda de Kaizen y se disculpó tardíamente.
─ Pensé que me había deshecho de él antes, pero parece que esta es una copia. Ahora que lo la quemaré.
─ ... bueno.
Fue tan minuciosa que hizo una copia.
Kaizen ya no dijo nada, pero no parecía estar muy bien.
Había pensando que Astella se habría deshecho de eso.
Pero su predicción estaba equivocada. Astella todavía lo tenía, y el contrato aún tenía la fecha que indicaba el divorcio.
Por supuesto, sabía que Astella no quería divorciarse ahora.
Pero aún así, se sentía mal.
Kaizen intentó reprimir su disgusto y olvidarlo.
Astella había estado ocupada, así que simplemente se olvidó de deshacerse del papel seguramente.
Pero ese no fue el final del desagradable problema.
Esta mañana se produjeron peleas directas.
La causa del problema fue la princesa.
Su hija Estella, de ahora de dos años.
Estella, la princesita que era como un ángel.
Con unas mejillas regordetas y lechosas hinchadas con grasa de bebé, y los ojos rojos como el color de un rubí y una sonrisa angelical.
Su apariencia, en particular, todos aquellos que la habían visto decían que era una réplica de Astella.
Excepto por los ojos rojos, era igual que Astella.
La princesa le recordó a la pequeña Astella.
Una linda niña como Astella, a la que tontamente extrañaba.
Aquel sentimiento amplificó su afecto por la princesa.
─ Su Majestad el Emperador pasa demasiado tiempo con la princesa.
Astella señaló con voz tranquila.
─ ¿Qué tiene de malo el pasar tiempo con mi hija?
─ Es un problema porque está con ella hasta que cae el atardecer
Kaizen no podía entender cuál era el problema.
Pasaba el día con la princesa y, después de la cena, pasaba toda la noche con Astella.
─ Estás malcriando tanto a la princesa.
Incluso Kaizen no tenía nada que decir al respecto.
No hace mucho, la princesita le lloraba mientras miraba un barco en un libro de cuentos de hadas.
─ Papi, quiero ir al mar y subirme a un bote.
─ No se puede hacer eso. Es muy peligroso.
Ante la respuesta firme, la princesa comenzó a llorar con una cara triste.
─ Uhg... huu...
Con sus pequeños labios rosados temblando levemente y sus grandes ojos llenos de agua, el corazón de Kaizen se derritió ante las lágrimas de su pequeña hija.
─ Te dejaré abordar el barco aquí en su lugar. Eso servirá, ¿verdad?
Kaizen hizo un gran lago en un jardín vacío.
El jardín de rosas del Emperador antiguo se convirtió rápidamente en un lago.
Kaizen hizo que el lago no fuera profundo.
Incluso si caían al agua, no sería peligroso.
Hizo un pequeño bote decorado con oro y piedras preciosas.
─ ¡Es muy bonito!
Estella estaba encantada, aplaudiendo con sus pequeñas manos.
Lannis murmuró con una cara alegre mientras miraba el lago y el bote terminados.
─ Es muy afortunado que nuestro Imperio... sea rico… y tenga muchas minas...
Por supuesto, nadie podría atreverse a señalar directamente las acciones del Emperador.
Para Kaizen no era desperdicio gastar su dinero en su hija.
Hoy, Estella ha estado jugando con Zeke en el jardín desde la mañana.
Zeke, Siegfried von Reston eran el hijo de Fritz y Gretel.
A Estella le gustaba mucho su primo de su edad.
Los dos solían jugar juntos hasta altas horas de la noche en el palacio.
Astella llevó ayer a Siegfried al palacio de la Emperatriz.
Después de desayunar, Kaizen regresó fue con su pequeña hija antes de regresar al Palacio Imperial.
Estella y sus doncellas estaban haciendo collares de flores con flores de jardín.
Estella, sonriendo al sol de la mañana, era linda como un ángel.
Mientras caminaba con una sonrisa, Zeke, que estaba al lado de Estella, caminaba con un collar de flores.
Luego le puso con cuidado el collar de flores a Estella con ambas manos.
─ ¡Gya! ¡Bonita!
Estella abrazó a Zeke con ambos brazos.
─ ¡Me gusta Zeke!
En ese momento, Kaizen dio un paso adelante y levantó a la princesa con ambas manos.
─ ¿Papá?
Zeke, quien fue privado de la princesa, miró a Kaizen con los brazos levantados y comenzó a llorar.
─ ¡Uwaa!
Astella escuchó a su sobrino llorar y corrió.
Luego se enojó con Kaizen.
─ ¿Por qué molestas al niño?
─ No lo estoy molestando.
Pero Siegfried seguía llorando.
─ Pequeño maestro. Te daré una galleta. No llores.
Hannah lo consoló con una cara fría.
─ Creo que se está acercando demasiado a ella. Sería bueno tener otro amigo para mi hija.
Al escuchar las palabras de Kaizen, Astella refutó como si fuera absurdo.
─ A Estella le gusta Zeke. ¿Qué tiene de malo Zeke? ¡Ello son buenos amigos!.
─ No importa cuant amigos sean, es adecuado mantener límites.
─ Siegfried no es solo un amigo, es un primo.
En el Imperio, los primos también pueden casarse.
La mayoría de los nobles prestigiosos del pasado se casaron con parientes cercanos.
De hecho, no fue nada. Estella y Zeke eran ambos jóvenes.
Astella siempre lo fastidiaba, y Kaizen se reía.
Pero ahora estaba de mal humor. Sí, debe ser por ese estúpido papeleo.
─ Siempre críticas todo lo que hago.
Kaizen le dijo con un tono directo.
Astella estaba avergonzada, pero no se echó atrás y lo rechazó.
─ Es porque siempre haces cosas que no puedes entender.
Eventualmente se convirtió en el detonante, lo que llevó a una discusión menor.
***
Después de escuchar la historia, Fritz respondió como si fuera un absurdo.
─ Al final ... ¿Estás diciendo que te peleaste por nuestro Zeek?
Escuchó con atención, pero fue realmente inútil.
Pudo entender por qué Kaizen no consultó a su abuelo materno.
Si dice esto, el abuelo materno, el Marqués de Carlenberg, solo le daría una mirada patética a Kaizen.
Ni siquiera le daría un consejo adecuado.
─ Ese no es el punto.
Kaizen gritó nerviosamente.
─ Es que Astella crítica todo lo que hago.
¿No es porque siempre hace cosas raras?
Pero Fritz no era lo suficientemente grosero para decir eso.
Además solo tenía una vida.
Por supuesto, Fritz era el único hermano de Astella, por lo que Kaizen no lo lastimaría de ninguna manera.
Sin embargo, si estaba realmente enojado, existía la posibilidad de que empuñaría la espada sin tener esa relación en mente.
─ Eso es un problema. ¿No estaría enojada contigo?
─ ...Yo no sé.
Fritz murmuró con confianza. Kaizen miró a Fritz.
Fritz no era el tipo de persona a quien consultar sobre tales asuntos.
Kaizen no visitaba a la duquesa a menudo, pero una vez la llevó a la casa de Siegfried.
Ese día, Kaizen miró a Fritz en el invernadero de Gretel.
Se rió tontamente, vistiendo pantalones manchados de suciedad, sosteniendo una hierba extraña en ambas manos.
"Es un buen día, así que estoy ayudando a mi esposa con su trabajo."
"¿Por qué...?"
Cuando Kaizen preguntó sin comprender, Fritz respondió como si fuera natural, secándose el sudor de la frente.
Gracias a eso, incluso su pulcro rostro estaba cubierto de suciedad.
“Porque Gretel me pidió ayuda.”
Ciertamente, Fritz nunca se peleó con la duquesa.
Está seguro de que no encontraba molestas sus opiniones.
Fritz le preguntó con cuidado, como si no pudiera entender.
─ ¿Qué es lo que te enoja tanto?
─ El documento...
Kaizen habló con franqueza.
─ ¿Por qué Astell todavía lo tenía? No puedo entender.
─ Oh, ese era el problema más importante después de todo.
Kaizen no respondió, pero Fritz sabía que era una señal de positividad.
Fritz no entendía por qué los dos todavía estaban peleando por cosas tan pequeñas.
Él y Gretel eran menos comprensivos porque rara vez se peleaban.
─ Con el debido respeto, Su Majestad. La Emperatriz hizo esfuerzos desesperados para salvar a Su Majestad.
Hay mucha más evidencia de afecto que eso, respondió Fritz en voz baja.
─ Es verdad...
Mirando hacia atrás en la serie de eventos por los que los dos pasaron juntos, no había duda del afecto de Astella.
Astella le salvó la vida, negándose a aceptar la oportunidad de convertirse en Emperatriz viuda.
Incluso el salvar a Kaizen podría haberla puesto en estado de peligro, pero lo arriesgó todo y salvó a Kaizen.
─ La Emperatriz probablemente olvidó que se dejaron los documentos.
Tal vez sólo se convirtió en un pasado olvidado para Astella.
Mientras lo escuchaba, podía sentir remordimiento en el rostro de Kaizen.
Traducción: MissM
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