tiempo estimado de lectura : 7

11. A donde se dirige la loca lealtad.


Han pasado quince días desde que se descubrió que Elisa es la hija de Aiden.

El otoño ya había llegado a Akaroa.

Mientras tanto, había sido un gran cambio lo del Marqués de Serriot.

Kane, que era la principal opción a la siguiente cabeza de la familia, fue expulsado.

Aiden pensó en la imagen de Kane por lo que le dio tiempo a que organizara sus cosas y dejara a la familia por voluntad propia.

Además, se le entregó parte de la propiedad en honor a su arduo trabajo. Era suficiente dinero para que viviera el resto de su vida sin escases.

'¿Quién me va a echar de aquí contra mi voluntad?'

Sin embargo, Kane refutó diciendo que no se iría del lugar, y finalmente fue sacado de una manera indecorosa por las manos de los caballeros del Marqués de Serriot.

Aiden decidió llevar a Elisa a su casa cuando estuviera lista para presentarla como la heredera de Serriot ante los miembros.

Ese día era hoy. Las criadas trabajaron más de lo habitual en el arreglo de Elisa, ya que era un día importante.

En lugar de los habituales vestidos de tono brillante que solían gustarle a Elisa, esta vez se eligió un vestido de tono ligeramente oscuro de diseños simple, pero decoraciones lujosas.

Era para dar la imagen la próxima propietaria de las propiedades.

Una vez vestida, las sirvientas hicieron un escándalo por su trabajo terminado.

— ¡Señora, se ve tan hermosa hoy!

— ¡Encantadora! Tan pronto como los caballeros de Serriott la vean, saldrán corriendo, se arrodillarán ante usted y le jurarán lealtad.

— ¿Estás segura de que solo los caballeros? Estoy segura de que todas las personas del lugar se enamoraran de su presencia.

Mientras las criadas charlaban, Anne, que no tenía talento para la adulación, asintió enérgicamente con la cabeza de manera sincera.

Elisa se echó a reír por sus tonterías, pero sabía que no podía detenerlas una vez habían comenzado.

'No hay forma de que me den la bienvenida...'

Cuando hay una disputa, la gente tiende a ver a ambos lados como una molestia, independientemente de quién fuera la culpa.

Por una parte es malo generar un conflicto, pero el otro lado, que lo enfrenta, también se considera un oponente que que gusta de generar revuelo.

Además, Kane fue bien aceptado como uno de los posibles herederos de la nueva generación de Serriott por lo jóvenes, por lo que tiene seguidores, mientras que Elisa es una recién llegada con la que nunca habían tenido trato antes.

Era obvio que no estarían complacidos con Elisa.

Bueno, deberían de cambiar de opinión a partir de ahora.

Elisa se levantó de su asiento con determinación.

Entonces, escuchó un golpe.

— Elisa.

Era la voz de Richard.

Al escuchar la voz, las criadas abrieron la puerta y salieron silenciosamente de la habitación.

Eliseo miró a Richard, que apareció de repente, con ojos perplejos.

Era a mediados de septiembre, el Imperio estaba ocupado preparándose para el festival de la cosecha que sería dentro de un mes.

Richard solía salir de la oficina del duque temprano en la mañana para asistir a las conferencias aristocráticas desde hace algunos días.

Normalmente, a esta hora, había partido en dirección al Palacio Imperial.

— ¿Richard? Hoy en el Palacio Imperial...

Elisa, quien lo miró asombrada, no pudo terminar su frase.

Él se acercó e inclinó la cara hacia ella.

Ante la distancia reducida sin previo aviso, Elisa dejó de respirar y lo miró con sorpresa.

Los ojos rojos estaban a su alcance.

Ojos dulces, pero peligrosos, que de repente cambian y la devoran por las noches.

Ante esa mirada, el corazón de Elisa comenzó a latir con fuerza.

— Elisa, yo... 

En el momento en que Richard comenzó a hablar, las manos de Elisa cubrieron rápidamente los ojos de Richard. 

Fue un acto reflexivo por el miedo de que pudiera revelar sus sentimientos.

— Ah...

Richard, quien fue atacado inesperadamente a los ojos, gimió un poco y agarró la mano de Elisa.

Las apartó, y Elisa, asustada de ser atrapada, arrancó sus manos de donde Richard la sostenía.

— Ri... Richard, ¿te lastimé?

Cuando quitó las manos, los ojos de Richard, que habían sido cubiertos, mostraban un ceño fruncido.

Los ojos que la miraban estaban ligeramente fruncidos. En ese momento, su corazón nuevamente comenzó a latir con fuerza. Golpeando una vez más en su interior.

Tan fuerte que dolía.

Duele.

— ¿Elisa?

Richard llamó a Elisa confundido, la miraba con los ojos de un niño que estaba confundido por no entender.

Sólo entonces Elisa, que recobró el sentido, apartó su mirada y cambió el tema.

— ¿Qué haces aquí?

— Ah, ¿debería ir?

Cuando Richard le preguntó, Elisa parpadeó sin comprender sus palabras.

— ¿Por qué estás aquí de repente?

— Hoy es el día en que irás con el Marqués.

Solo entonces Elisa entendió por qué no fue al palacio y por qué vino a verla.

En la víspera del festival de caza, recordó que había estado revisando su ropa y su cabello, diciendo: "Hay que prestar especial atención a los puestos importantes."

Pero Elisa no lo iba a llevar a ver al Marqués.

— Richard, lamento no haberte dicho antes, pero hoy iré sola a ver al Marques.

Las palabras de Elisa hicieron que la frente de Richard se arrugara.

— ¿Por qué?

— Si la gente te ve, te prestará atención a ti, no a mí. Y esa no es mi fuerza, es la tuya.

— ... 

— No quiero que me apoyen por mi conexión con Rubelin.

— Esto es algo que tengo que hacer por mi cuenta.

Ante esa mirada determinada, Richard no pudo refutar.

Estaba preocupado por Elisa, que entró en la etapa final de embarazo, pero sus palabras eran ciertas.

Esto era algo que tenía que hacer por su cuenta.

Richard que pareció reacio a ceder, finalmente asintió.

— Está bien... ten cuidado.

— Sí, volveré.

Elisa subió al carruaje siendo despedida por Richard.

Richard observó el carruaje, y solo hasta que salió de la residencia del Duque se giró. La expresión en su rostro cuando se dio la vuelta y se dirigió a su oficina estaba endurecida por la preocupación.

'¿Es así como se siente cuando un niño está cerca del agua?'
[Expresión coreana, es algo como 'la ansiedad de ver a un niño a la orilla del mar sin los padres cerca para que lo protejan' en otras palabras, expresa preocupación.]

Incluso después de llegar a la oficina, Richard no pudo concentrarse tanto en su trabajo.

En el momento en que Argyle, que miraba a Richard con ojos preocupados, intentó llamarlo, una ráfaga de viento golpeó la puerta del balcón entreabierta. Era una clara brisa otoñal.

— Es realmente otoño ahora.

Argyle miró a Richard mientras dijo eso, en un intento de levantar el ánimo.

— ¿Su excelencia?

Los ojos de Richard estaban en dirección a la puerta del balcón abierta.

Había una expresión claro en su rostro, como si hubiera encontrado una solución.

***


A diferencia de las mansiones, de los principales nobles de Akaroa, la mansión del Marqués de Serriott estaba ubicada lejos del centro de la ciudad, cerca de un pequeño lago.

La mansión, ubicada en un paisaje tranquilo y pacífico, tenía una atmósfera más parecida a la de una villa que a la de una casa adosada.

— Vaya, el paisaje es tan hermoso. Señora.

Anne se maravilló del paisaje a través de la ventanilla del carruaje.

Mientras Elisa miraba el paisaje circundante con Anne, el carruaje que transportaba a dos personas pasó por la puerta del Marqués de Serriott y entró en la mansión. 

Aiden, quien llegó primero a la mansión, estaba esperando a Elisa frente a las puertas.

— Bienvenida, Elisa. Todos te estaban esperando.

No estaba vestido con su túnica habitual de Papa, sino con la túnica de un noble común.

Era extraño verlo vestido como un noble común, pero se veía muy bien así.

Sin embargo, eran los sirvientes y los caballeros que estaban a su lado los que llamaron más la atención que su nueva apariencia.

Frente a Elisa, todos inclinaron la cabeza al unísono como si hubieran esperado.

— Un honor de ver a nuestra señora.

Fueron amables al expresar sus saludos, pero Elisa sintió que los ojos de todos la miraban con la desconfianza de un extraño. Eso era algo que ya se esperaba.

Un hombre de mediana edad al frente de todos se adelantó y se paró frente a Elisa.

Inclinó la cabeza una vez más.

— Es un honor servirle, señora. Mi nombre es Frederick, soy el mayordomo.

— Fredrick, es un placer conocerte. Espero tu amable cooperación.

Cuando Elisa lo saludó con una sonrisa, Frederick también sonrió. El parecía estar relajado a diferencia de la desconfianza de los demás.

Pero Elisa lo sabe.

'Eres un mayordomo con experiencia.'

Los mayordomos sirven a sus maestros, pero por lo general se dedican a una familia a lo largo de su vida, por lo que no era extraño que ellos tuvieran más afecto por la "familia" que por su maestro.

Sería él quien juzgaría y evaluaría las cualidades de Elisa como cabeza de familia más estrictamente que cualquier otra persona en este lugar.

Es posible que su juicio no amenace la posición de Elisa, pero la atmósfera de la mansión y la naturaleza del lugar serían diferentes dependiendo de si él ayuda sinceramente a Elisa o no.

— Pronto será la hora del almuerzo, así que tengo todo listo para la ocasión. Pasemos al comedor.

Después de saludar a los sirvientes, Jean Camilla, la criada, guió a Aiden y Elisa al comedor.

El comedor estaba lleno de comida lujosa.

Esto no era algo que le sorprendiese a Elisa, quien también veía la suntuosa comida todos los días en Rubelin, pero sonrió exageradamente al pensar en quienes la preparaban.

— Será difícil comer tanto. Pero gracias por tu preocupación.

Sin embargo, la respuesta de la criada fue contundente.

Se quedó mirando a Elisa sonriéndole, inclinó la cabeza y retrocedió hacia un lado del comedor.

— Entonces no dude en llamarme si necesitas algo.

Elisa se sintió avergonzada por su brusca reacción.

Cuando Aiden notó la incomodidad de Elisa, habló en voz baja.

— Camilla era una verdadera seguidora de tu madre. Puede parecer dura por fuera, pero estoy seguro de que en el interior está feliz de conocerte.

Elisa la miró cuando escuchó eso, en ese momento, sus ojos se encontraron con los de Camilla.

Los ojos de Camilla, que de repente se encontraron con Elisa, parecieron avergonzados por un momento, y pronto evitaron la mirada de Elisa inclinando la cabeza.

Luego, una sonrisa se extendió por la boca de Eliseo mirándola.

Aiden también le sonrió a Elisa.

Mientras comían.

— Señor.

Luego de un llamado, Frederick se apresuró a entrar al comedor. Tenía una pequeña nota en la mano.


Lista de capítulos

Anterior - Siguiente  

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO