16. Destino
Elisa dijo intuitivamente.
— ¿Eres... Lardin Esther?
Este hombre que está frene a ella es el sabio del árbol divino que ha estado buscando.
El hombre miró a Elisa con un par de ojos azul cerceta pero vacíos.
Respondido.
— Si.
Elisa miró fijamente al hombre frente a ella, recordando lo que hace un momento le dijo, preguntó.
— ¿Me conoces?
— No hay forma de que no te conozca. Te nutrí por 12 años.
— Si son 12 años...
— Tu madre te dejó conmigo.
Ante la gentil respuesta de Lardin, Elisa se sorprendió abriendo los ojos de par en par.
Pero, para ser precisos, esto era un asunto que no tenía nada que ver con la actual Elisa.
Elisa lo corrigió.
— Esa soy yo, pero no es quien soy ahora.
La Elisa que Lardin cuidó, no, el alma original de este cuerpo no era el de la Elisa de ahora.
Porque la dueña original debe haber tenido un alma diferente a la que es ahora.
Sin embargo, Lardin respondió sin dudar.
— No, eres a quien crié.
— Pero yo... cambié mi alma cuando tenía doce años...
— Eso es lo que crees...
Agregó Lardin con firmeza.
— Desde el día en que naciste tu alma nunca ha cambiado.
— Entonces, ¿Qué son estos recuerdos de mi vida pasada...?
— Eso es por mi poder. Un poco de mi poder fluye en ti, permitiéndote leer el futuro o el pasado que están entrelazados con tu alma.
Añadió Lardin murmurando.
— ¿Yo... tengo tus poderes? ¿cómo?
— Porque yo hice tu alma.
Ante las palabras de Lardin, los ojos de Elisa temblaron violentamente.
Lardin continuó, recordando memorias del pasado.
— Antes de que nacieras, tu madre vino a mí y le entregué tu alma.
Antes de que Yulia tuviera a Elisa, ella viajó a este bosque después de escuchar el llamada de Lardin.
Lardin le dio el alma de Elisa y Yulia pronto tuvo un hijo con Aiden.
— ... medio año después de eso, tu madre volvió a mí. Para protegerte.
Yulia, que se escondía en el pueblo de Heidel, volvió a encontrarse con Lardin, evitando a los caballeros del palacio imperial que la siguieron hasta este bosque.
"Señor Lardin, por favor salve a este bebé."
"Esta es la existencia que cuidaste y me diste, así que por favor protégele..."
En ese momento, Aiden fue atacado por un aura negra en el cañón y cayó en un estado de inconsciencia.
Si Aiden moría, el bebé en su vientre sería el último regalo que le quedaría de él.
Quería proteger al bebé en su vientre de alguna manera.
Sin embargo, Yulia, que había trabajado en exceso debido a una larga fuga, dio a luz a su bebé después de seis meses.
— Tú, que naciste prematuramente, fuiste acogida por mi el árbol divino.
— Tan pronto como tu madre se recuperó, fue a decirle a tu padre que existías, pero nunca regresó.
— Después de eso, llegaste a los diez meses de manera segura, pero no despertaste de la inconciencia. Así que te protegí y te crié durante 12 años.
Fue entonces que Elisa se dio cuenta, del por qué no tiene recuerdos de los 12 años antes de conocer a Richard.
— Y en el año 12, llamé a alguien para que te llevara al lado del 'niño'.
— Te entregué a Albert Rubelin.
En ese momento, Albert, que había perdido a su hijo y aceptó a Richard como su nieto, estaba aterrorizado y ansioso de que la familia que había protegido durante toda su vida pudiera ser acabada.
Bajo el llamado de Lardin, Abert llevó a Elisa a Rubelin.
Era una niña dada por el sabio del árbol divino, por lo que debió haber creído que tendría poderes especiales.
Albert pensó que si Elisa tenía un heredero con Richard, el niño heredaría los poderes de sus padres y eso fortalecería a Rubelin.
Pero Lardin tenía otros planes.
— Naciste para purificar al chico llamado Jenade... no, ahora es Richard.
Elisa miró a Lardin, parpadeando sin comprender.
— Richard es... ¿es Jenade?
Era algo en lo que había estado pensando desde que leyó la historia de Jenade en el libro antiguo, pero le sorprendió saber que era cierto.
Lardin miró a Elisa, que estaba confundida, y continuó.
— Has visto el libro antiguo en la Torre de la Verdad, así que lo sabes. Que su poder es peligroso.
— ...
— Dios creó el alma de Jenade para destruir este mundo.
Elisa negó la increíble historia.
— Dios está tratando de destruir este mundo. ¿Hm? Dios ama a los humanos. Por qué...
— Decir que Dios ama a los humanos es una ilusión extremadamente antropocéntrica y arrogante creada por el hombre.
— Los humanos son solo una de las muchas creaturas creadas por Dios.
También es una criatura fallida.
— He vivido toda mi vida en contra de esa voluntad y por ello te hice.
Elisa miró inexpresivamente a Lardin y preguntó.
— ¿Se supone que debo purificar el poder de Richard?
— Si.
— Entonces... ¿Qué pasa con Richard?
Elisa recordó lo que le había dicho Aiden.
Aiden dijo que era imposible purificar la oscuridad subyacente y aunque pudiera diluirla, eso afectaría su alma y pondría en peligro la vida de Richard.
Y en los libros antiguos...
En lo libros antiguos decía. Si se quiere detener el poder de Jenade, debían matarlo.
Bueno, si Richard es Jenade... Si es la reencarnación del alma. Elisa miró a Lardin, ignorando tal posibilidad.
Sin embargo, Lardin, que había respondido sin dudar hasta el momento, vaciló un poco antes de decir.
— El caos y la oscuridad son la esencia de su alma. Un alma que pierde su esencia perece.
Eso significaba que si le purificaba, Richard moriría.
En otras palabras, esto equivalía a pedirle a Elisa que matara a Richard con sus propias manos.
Ante eso, el corazón de Elisa, que había estado soportando mientras trataba de ignorar las cosas, se derrumbó.
Era algo en lo que ya había pensado cuando leyó la historia de Arien y Jenade en el libro antiguo.
Arien y ella tenían el poder de la purificación. Jenade y Richard el poder del caos.
Su destino era matar a Richard o sellar su poder como Arien con Jenade.
El destino del que había estado tratando de alejarse e ignorar ahora estaba frente a ella.
'No tiene sentido...'
Era imposible de creer. El hombre al que ama, un hombre amable, que está destinado a destruir el mundo.
Y está destinada a matarlo.
Tal cosa es algo que no puede creer.
— No nos queda mucho tiempo...
Lardin, mirando a la confundida Elisa, dijo.
— Por ahora el alma no está completamente fusionada, pero pronto perderá su conciencia y se convertirá en un señor demonio que ansía la matanza.
— ...
— Ni a usted, ni a tu hijo reconocerá.
En pocas palabras, Richard había sido creado para convertirse en quien destruiría y reconstruiría este mundo.
Entonces tiene que morir antes.
Elisa pensó en silencio por un rato. Luego miró a Lardin.
— Ese destino, ¿podemos cambiarlo?
En la novela, no... el "futuro" que vio gracias al poder de Lardin era diferente al "presente".
Ese Richard odiaba terriblemente la existencia de Harness, pero al Richard actual le encantaba.
El Richard original también odiaba a Elisa, pero ahora los dos se aman.
'El destino ya ha cambiado, podemos cambiarlo.'
Lardin miró a Elisa, quien hizo esa pregunta con los ojos bien abiertos.
En los ojos de Elisa, que hasta hace poco habían estado llenos de angustiá, ahora había una tranquila determinación.
Elisa lo miró directamente y continuó.
— Yo... No, nosotros no vamos a seguir ese destino.
El destino ordenado por los dioses.
— Encontraremos nuestras propias respuestas.
No importa qué es lo que el destino le aguarde, no tenía ninguna intención de darse por vencida.
Lardin solo miró a Elisa, no negó ni afirmó sus palabras.
Elisa se giró sin importarle la respuesta que le diera.
Y simplemente salió del subespacio. Lardin cerró los ojos mientras miraba a Elisa que se desvanecía en la luz.
La espalda de Elisa se superpuso con una espalda familiar, y le vino a la mente un rostro nostálgico del pasado.
NT: El antropocentrismo es la doctrina que, en el plano de la epistemología, sitúa al ser humano como medida y centro de todas las cosas, y en el de la ética defiende que los intereses de los seres humanos son aquellos que deben recibir atención moral por encima de cualquier otra cosa.