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7. Elisa Loengrin.


El festival de caza está a solo unos días de distancia. Las mujeres aristócratas trabajan duro para arreglarse siempre que hay un evento imperial, como festivales de caza y eventos internacionales de armas.

La ropa cara que llevaban y las joyas preciosas que portan no solo simbolizan su riqueza, sino que también significaba lo mucho que estas esposas son amadas por sus marido, por lo que los diseñadores de moda y los joyeros, estaban muy ocupados en estos momentos de festividades imperiales.

Los nobles a menudo firmaban contratos de exclusividad por años con algunos diseñadores famosos y artesanos famosos que les gustaban.

Elisa no contrató a ningún diseñador ni a un artesano en todo este tiempo porque no había planeado asistir a tales eventos, ya que pensaba divorciarse.

Afortunadamente, habían diseñadores y artesanos que fueron contratados por Richard luego de ofrecerles una gran suma de dinero.

"Pagaré todo lo que pueda, así que haz tantas cosas diferentes como seas capaz."

Richard dijo que compraría todos los productos hechos por diseñadores y artesanos.

Desde entonces, los diseñadores y artesanos han estado confeccionando diversos vestidos y joyas con todas sus fuerzas.

Entre todos ellos, debe haber algún modelo que sea del agrado de la pareja de duques.

Y hoy era el día para mostrarlos.

Entre los cinco o seis vestidos confeccionados por diseñadores y asistentes, se seleccionaron los vestidos celestes y rosas claros como los vestidos que se usarán el día de la caza.

— Mmm.

Elisa, que estaba angustiada por saber cuál de los dos vestidos de diferentes colores y diseños debería ponerse, llamó a Richard mientras sostenía los dos vestidos frente a ella.

— Richard, ¿Cuál crees que me queda mejor?

Richard, que estaba observando la escena, dijo.

— Ambos son muy bonitos.

Esa fue una opinión sincera. Lo que sea que ella use, va a ser muy bonito ante los ojos de él.

Sin embargo Elisa negó con la cabeza con desaprobación.

— Sí, ambos vestidos son bonitos. Quiero decir, cuál de los dos se adapta mejor a mí.

El diseñador, que estaba mirando a Elisa, quien aún parecía no elegir, sugirió con cautela.

— Si es difícil decidir, ¿por qué no te pruebas ambos? El sentimiento de usar es completamente diferente al de solo ver.

— Oh, eso sería genial.

Elisa estuvo de acuerdo con la opinión del diseñador y decidió probarse cada vestido. Elisa se fue al camerino con sus asistentes, y Richard, que se quedó en el dormitorio, miró el catálogo que tenía frente a él.

'Su vientre crecerá pronto'.

Si esperaba para entonces, será demasiado tarde para ordenar cosas.

Pero no había ningún vestido de premamá en el catálogo que estaba viendo.

Cuando Richard estaba a punto de hablarle de esto al diseñador que estaba a su lado, la puerta del vestuario se abrió y salió Elisa con un vestido celeste claro.

El vestido celeste claro combinado con la deslumbrante cabellera rubia y los brillantes ojos verdes de Elisa, creaban un ambiente fresco y agradable. Era adecuado para el picnic de primavera.

— ¿Qué opinas?

— Es bonito.

A la respuesta de Richard, Elisa volvió a entrar al camerino con una cara feliz.

Mientras tanto, Richard le preguntó al diseñador.

— ¿Tienes vestidos de maternidad?

— Oh, si estás buscando vestidos de maternidad. ¿Te importaría esperar un rato? Deben estar en un catálogo...

El diseñador hizo que su asistente trajera todos los catálogos que había preparado.

El duque de Rubelin era lo suficientemente rico como para ser considerado la mayor ganancia del Imperio.

En otras palabras, era una oportunidad para impulsar las ventas.

Sin embargo, sin importar lo mucho que buscaron, no pudieron hallar el catálogo de vestimenta para las mujeres embarazadas.

— Le ruego me disculpe, señor. Creo que dejé el catálogo en la tienda. Voy a enviar a alguien a buscarlo de inmediato.

— No, no tienes que hacerlo.

Cuando el diseñador se maldijo por dentro, Richard continuó.

— Envía todos los vestidos de maternidad de la tienda al ducado. Ropa principalmente ligera y de fácil mover.

— ¿Qué? 

— Compraré todo.

El diseñador miró a Richard con una expresión de perplejidad en su rostro, después de un momento entendió el significado detrás de las palabras y mostró una buena imagen.

— ¡Oh, sí! ¡Se lo enviaré ahora mismo! Gracias.

Justo cuando terminó de hablar con el diseñador, Elisa salió del vestidor con un vestido rosa claro.

La mirada de Richard, que inadvertidamente se volvió hacia ella, se detuvo.

El vestido rosa claro, con diseño de hombros descubiertos, reveló los delgados hombros de Elisa.

Los brazos rectos y la piel clara reflejada sobre las mangas transparentes crearon una imagen de pureza.

Elisa, girándose ligeramente frente a Richard, preguntó.

— ¿Qué opinas?

Elisa parecía lucir aún mejor con el vestido rosa claro.

Pensó que él también elegiría el vestido rosa claro.

Pero Richard dio una respuesta diferente a la que Elisa esperaba.

— Ve con el vestido de antes.

— ¿Eh? Creo que esto es más bonito...

— Solo se usará en casa.

Como si no quisiera escuchar la refutación, su voz era muy decidida.

'¿Es tan malo?'

Elisa ladeó la cabeza preguntándose el por qué de su reacción, pero decidió escuchar la opinión de Richard, que parecía ser algo seria.

Por último compraron los accesorios especialmente elaborados para ella.

Se hicieron collares y aretes de los diamantes de alta pureza de las minas de Rubelin.

Después de ver docenas de collares y aretes con diamantes, Anne y las criada dijeron los que les gustaban más.

Pero era Elisa era quien se veía más radiante que las joyas a los ojos de Richard.

Richard, que miraba a Elisa en silencio, preguntó.

— ¿Hay algo mas que necesites?

— No. Esto es suficiente.

De todos modos, Rose, la princesa heredera, será quien llame la atención en el festival de caza.

Entonces Elisa pensó en otras formas de atraer la atención de la gente, nada que tuviera que ver con vestidos o accesorios usados por ella.

Vio a Anne y las doncellas paradas cerca. Al verlas, se le ocurrió una buena idea.

— Anne, ¿te gustaría venir aquí un segundo?


***


La noche antes del Festival de Caza, Elisa llevó a Richard a su habitación.

Como de costumbre, Elisa dormía en la habitación de Richard, por lo que el dormitorio de ella se usó como vestidor.

La razón por la que Elisa lo llevó al dormitorio de ella fue para arreglarlo.

'Este es el primer evento oficial al que Richard va a asistir desde que regresó de la guerra.' 

Todos los nobles estarán interesados en él. Ya sea para bien o para mal.

'En ese caso, debe vestir a la altura de esas expectativas'.

Elisa trajo algunas ropas del vestuario de Richard. Éstas eran las ropas que había visto cuando fue a su habitación el momento antes de huir.

— Richard, pruébate esto primero.

Richard aceptó la chaqueta turquesa que le pasó Elisa. Y trató de quitarse la túnica del pijama. Elisa se sorprendió y lo detuvo de quitarse la túnica.

— ¿Qué, qué estás haciendo?

— Me lo tengo que quitar para ponerme la ropa.

— ¡Pero para eso debes ir al vestuario y cambiarte! ¿Cómo es que puedes desvestirte así en cualquier lugar? 

— No es cualquier lugar.

Richard inclinó la cabeza aparentemente desconcertado, y agregó, quitándose la túnica.

— Esta es mi habitación, y tú eres mi esposa.

El corazón de Elisa latió con fuerza ante la palabra "esposa", lo cual no fue sorprendente, sino natural.

Los ojos rojos, de aquel que había dicho la palabra 'esposa' con tanta suavidad, la observaban y la hacía temblar.

— Sí, eso es correcto... hazlo.

No está mal quitarse la ropa delante de su esposa. Y ya ha visto todo lo que hay por ver. Así es, pero...

Sin embargo, no sabía por qué su cara se sentía tan caliente.

Elisa, mirando a Richard sin comprender, parpadeó y bajó la mirada.

En ese momento, vio una cicatriz bien definida que estaba en su espalda sobre sus músculos.

Era una cicatriz bastante profunda, algo que no había visto antes.

Sin pensarlo, Elisa extendió la mano y tocó la espalda de Richard.

Sorprendido por el toque, Richard quedó atónito, pero no la apartó.

— ¿No te dolió?

— No lo recuerdo bien...

En realidad hubieron momentos en los que estuvo gravemente herido y en peligro, pero lo único que recuerda con claridad, era su determinación de vivir y volver al lado de Elisa.

Impulsándose por eso, regresó a salvo a su lado, y la cicatriz ahora era un recuerdo que ya no le importaba.

Pero Elisa no parecía estar de acuerdo. La mano de Elisa, que acariciaba la cicatriz con un delgado dedo, de repente pellizcó con fuerza su costado, y luego, cuando el musculoso no pudo ser pellizcado más, lo golpeó con la palma de la mano.

— Se más considerado a partir de ahora.

Estaba enfadada. Era molesto ver el rastro que la guerra dejó en el cuerpo de Richard, pero él era tan indiferente a las cicatrices que tenía.

Su apariencia, marcada por las heridas, lastimaba el corazón de Elisa.

Si se olvidan todas estas grandes y pequeñas heridas, ni siquiera podrá adivinar qué sucedió allí.

— Ahora eres padre. Tienes una esposa y un hijo...

— Si estás teniendo dificultades, no las cargues solo, y si estás herido, no lo retengas y dímelo. ¿Está bien?

— Lo haré...

A Richard le gustó la preocupación de Elisa, pero lamentó no tener más remedio que mentir al mismo tiempo que respondía.

Elisa estaría preocupada si supiera sobre el dolor en su espalda, así que no podía hablar de eso.

— Me lo he puesto todo.

Richard se paró frente a ella, vistiendo la ropa que eligió Elisa.

Elisa pasó su mirada sobre todo su cuerpo con ojos complacidos.

'No hay mejor complemento para la moda que un buen rostro.'

Richard tenía un rostro hermoso, pero se sentía algo aburrido.

Elisa, mirándolo a la cara, sentó a Richard en la cama y comenzó a tocarle el cabello.

'Tan suave.'

La sensación del fino cabello negro cosquilleando entre sus dedos y el distintivo olor a jabón cada vez que pasaba sus manos en él era tan embriagador.

Elisa jugueteó con el cabello de Richard, barriendo ligeramente el flequillo que cubría su frente.

Se revelaron las cejas oscuras y la frente.

Su nariz recta, que se extendía firmemente debajo, se destacó resaltando su masculinidad.

Mientras Elisa admiraba el hermoso rostro poco realista, Richard alzó la mirada para verla y habló.

El corazón de Elisa latió con fuerza cuando se encontró con sus ojos.

— Elisa, creo que es bastante tarde...

Richard, que no sabía lo que estaba pasando, le preocupaba que Elisa estuviera cansada mañana, pero su voz parecía no llegar a los oídos de ella.

Elisa solo lo miró a la cara sin comprender.

Su corazón latía con fuerza al verlo con aquella expresión tan tranquila en un rostro que parecía ser tan fuerte como si no hubiera sangre ni lágrimas

[O sea que no tiene sufrimiento, y esas cosas]

'Tan lindo, tan guapo... tan lindo y guapo'

Cuando Elisa se quedó callada por un largo rato, Richard preguntó con desconcierto.

— ¿Elisa...?

Elisa, que a penas y era consciente de la voz de Richard, se distrajo con aquel rostro.

Cuando se las arregló para recobrar el sentido, le volvió a bajar el flequillo.

— No, no lo creo.

No cree que sea algo muy bueno para su corazón...




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