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7. Elisa Loengrin.


El invernadero estaba cubierto de varios árboles de flores, por lo que no podía ver el interior.

'Si lo hubiera sabido, habría arrancado todos los árboles de flores...'

Richard, que no pudo ir en persona al invernadero, solo se quedó ahí, mirando fijamente hacia el invernadero.

Después de unas dos horas. Finalmente, la puerta del invernadero se abrió y Ansel y Elisa salieron.

Elisa acompañó a Ansel a fuera, hasta donde el carruaje del conde Arden esperaba frente a la casa del duque.

Ansel besó a Elisa en el dorso de la mano como despedida.

La frente de Richard estaba distorsionada mientras miraba la escena.

No pasó mucho tiempo antes de que Ansel se subiera al carruaje. Elisa observó cómo el carruaje del conde Arden abandonaba la casa del duque. 

Entonces sintió una mirada y miró hacia arriba.

Richard, que hizo contacto visual con Elisa inesperadamente, se sorprendió.

En el momento en que vaciló sin saber cómo reaccionar, Elisa apartó sus ojos primero. Luego entró a la mansión.

Con la aparición de Elisa, el corazón de Richard se desplomó al suelo.

'¿Estás muy enojada...?'

¿Cómo puede contentarla?

Un pensamiento iluminó su mente.


***


Esa noche, Elisa, después de lavarse y regresar al dormitorio, miró alrededor del cuarto vacío e inclinó la cabeza.

'¿Richard?'

Por lo general, cuando venía después de lavarse, él ya estaba en el dormitorio. Pero hoy no está.

'¿A dónde se fue?'

Elisa, que estaba desconcertada, recordó que hoy estaba enojada con él.

En ese momento, sus emociones se volvieron intensas y lo odió, pero ahora que lo piensa mejor, lamentó un poco el haber estado llorando y enojarse con él por nada.

Pero ahora sería incómodo fingir que no pasó nada.

Así que cuando lo vio, luego de que Ansel se fue, prefirió girarse, y luego en la cena, a penas hizo contacto visual con él, pensó en hablar con él cuando terminara de lavarse.

'¿Estará en la oficina?'

Cuando estaba pensando en ir a buscarlo o tratar de encontrarlo y buscar la reconciliación primero. Se abrió la puerta.

— ¿Richard?

Cuando Elisa escuchó el sonido, miró hacia atrás, y cuando vio lo que tenía en la mano, parpadeó con curiosidad.

『La historia de una pequeña bruja en la Selva Negra』

Lo que Richard tenía en la mano era un libro de cuentos de hadas.

— Pensé en leérselo al bebé... 

Elisa miró a Richard hablar con vacilación, sólo entonces se dio cuenta de sus intenciones.

Trajo un libro de cuentos de hadas como excusa para poder disculparse de alguna forma.

Elisa, conteniendo la risa como si no notara nada, dijo.

—  ¿En serio? Entonces léelo...

Los dos se sentaron en la cama. Richard abrió el libro con Elisa sentada a su lado derecho. Y cubrió cuidadosamente el estómago de Elisa con su mano derecha.

Elisa, poniendo su mano en su vientre ahora un poco abultado, murmuró.

— Cariño, papá leerá un libro de cuentos de hadas hoy. El título es 『La historia de una pequeña bruja en el bosque negro』. ¿No suena divertido?

Al final del discurso de Elisa, Richard se aclaró la garganta y comenzó a leer el cuento de hadas.

— Hay un bosque negro al norte del de bosque de Popori al que nadie más va.

Elisa juró no reírse, pero las dificultades surgieron desde la primera oración.

'¿A qué te refieres con popori? ¡El nombre del bosque es tan lindo!'

— Lulu, la pequeña bruja, vivía en el bosque. Pero todos los amigos animales del bosque de Popori le tenían miedo. El cabello de Lulu era tan largo que le cubría la cara.

La voz que leía era grave, pero dulce, aún así su tono era incómodo y duro.

'¡Si es un libro de cuentos de hadas tienes que disfrutar leyéndolo!'

Elisa, que era juguetona, presionó suavemente a Richard.

— ¿No estás leyendo demasiado rígido? Dicen que es mejor hablar con el bebé con emoción para que pueda nacer bien.

— ...

— A medida que leas las líneas, ve cambiando la voz.

Richard, que había hecho una pausa por un tiempo, no pudo superar la petición de Elisa, que le dijo que estaba haciendo una lectura endeble.

—  ... Un día, los amigos animales decidieron jugar al escondite. El conejo bebé, Toto, se fue a la selva negra para esconderse en un lugar en donde nadie lo podría encontrar. 'Si me escondo aquí, nadie me podrá encontrar, ¿verdad?'

Elisa se mordió los labios para que no se reiría de Richard, que se esforzó por sonar como un conejo lindo. La voz todavía era torpe, pero era lindo verlo leyendo con una mirada seria en su rostro, su hermosa frente fruncía el ceño ligeramente.

— Pero Toto, que iba más profundo para evitar a sus amigos, tropezó con la raíz de un árbol y se cayó. '¡Ay!' La rodilla de Toto estaba sangrando. Toto estaba asustado y... lloró.

Elisa notó que Richard dudó por un momento antes de decir "sniff, sniff" finalmente se echó a reír.

Richard hizo una pausa por un momento y luego habló de nuevo.

— Pero entonces, apareció Lulu. Toto gritó porque pensó que era un fantasma. '¡Oh, fantasma!' ¿Pero no está Lulu aplicando hierbas medicinales a la rodilla lesionada de Toto?

Elisa, que se estaba riendo sin aliento, se concentró de nuevo en el cuento de hadas. Pero la mirada se mantuvo fija en él.

Ojos rojos que brillan sutilmente como el brillo de las piedras luminiscentes, pestañas largas colgando sobre ellos, una nariz elegante que se destaca más cuando se ve desde un lado...

Los labios que dibujan expresiones tan geniales. Recordó claramente la sensación suave de cuando tocó esos labios.

Elisa se acercó a sus labios como si estuviera siendo poseída por algo.

— ¿...?

Richard, que estaba leyendo el libro de cuentos de hadas con atención, miró a Elisa, sorprendido por su comportamiento repentino.

Elisa no se dio cuenta de lo que había hecho hasta que lo miró a los ojos.

Su corazón se volcó.

'¡Creo que estoy loca!'

Mientras estaba parpadeando porque no sabía cómo lidiar con esta situación, de repente recordó un truco para lidiar con cosas como esta.

— Tienes una pestaña...

Elisa le tocó los labios fingiendo quitarle una pestaña que ni siquiera existía.

Fue solo un momento, pero la textura suave de sus labios se sintió claramente en la yemas de sus dedos. La sensación fue vertiginosa. Hasta el punto en que su corazón comenzó a latir con fuerza.

Al mismo tiempo, comenzó a preocuparse mucho por los fuertes brazos que abrazaban su espalda, su delgado cuerpo estaba apoyado en él y podía sentir su calor.

Thump. Thump.

En el tranquilo silencio, solo su corazón sonaba fuerte. Elisa lo miró a los ojos sin comprender. De alguna manera, los ojos que la miraban parecían extrañamente nublados.

Y en el momento en que el brazo, sosteniendo a Elisa, se apretó levemente, Elisa se dio la vuelta apresuradamente y se apartó de su mirada.

— Será mejor que sigamos leyendo el libro para niños mañana.

Elisa cerró el libro de cuentos de hadas que sostenía Richard y lo dejó a un lado. Luego se acostó en la cama sin tiempo para nada más.

— Voy al templo mañana, así que me acostaré temprano.

Podía sentir la mirada de él posada sobre su espalda, pero Elisa no miró hacia atrás.

Thump. Thump.

Temía que todavía se escucharan los latidos de su corazón.

Podía sentir la mano de Richard abriendo la manta con cuidado sobre Elisa, quien estaba tratando de cerrar los ojos.

— Buenas noches.

Poco después, con su voz baja, pero cálida y familiar, la abrazó.

'Incómodo.'

Pero, curiosamente, no odió las molestias. Más bien, se sintió aliviada.

Elisa finalmente se durmió sin saber el por qué de la extraña sensación de disparidad. 


***



Al día siguiente, Elisa encontró el templo.

'Este es el templo.'

El templo era el edificio más destacado fuera del Reino.

Esto se debe a que era la única construcción hecha con piedra blanca al rededor de un barrio de casas marginales, y el tamaño era lo suficientemente grande como para ser comparable al de cualquier otro país.

Elisa había vivido en Rubelin todo el tiempo, y siempre que iba al reino regresaba rápidamente a Rubelin, por lo que esta era la primera vez de Elisa visitando el templo.

A las afueras del templo había un manantial.

'¿Es esta la fuente de purificación?'

Después de regresar del cañón, hace más de dos décadas, el Papa Aiden derramó su poder divino para crear esta fuente.

Había cuatro manantiales más fuera del templo. Que fueron diseñado para proteger a los pobres y detener la fuerza de la invasión de monstruos.

— El Santo Padre es un gran hombre. No puedo creer que pensara en los débiles a pesar de que ese era un momento difícil para él, que acababa de perder a su familia.

Mientras Elisa miraba alrededor de la fuente del Papa, un caballero que pasaba se acercó a Elisa:

— Bienvenida, señora, ¿Qué la trae al templo?

— Estoy aquí para una cita. ¿Podría indicarme el camino a la capilla oeste? 

— No está lejos de aquí. Sígueme.

El hombre se dispuso de buena gana a guiar el camino.

Elisa lo siguió.

La persona con la que Elisa prometió reunirse hoy aquí fue con Olivia.

Hace unos días, Elisa, que se enteró de que Olivia estaba cerca del templo durante el festival de caza, prometió verla en el templo.

El propósito de la visita de Elisa al templo estaba claro.

Quería donar y construir una reputación en nombre de Rubelin con el templo donde necesitaban dinero.

Además, tener una alianza con el templo, sería algo beneficioso para Rubelin en la influencia del Reino.

— Puede continuar desde aquí.

El hombre que la llevó frente a la capilla oeste, señaló la puerta de la capilla.

Elisa le dio las gracias y se dirigió hacia la capilla.

En ese momento, se escucharon dos palabras retumbantes en el pasillo fuera de la capilla.

Elisa dejó de caminar cuando miró a su alrededor...

Había un hombre rubio y guapo que se parecía en edad a Olivia hablando.

'Él es...'

Elisa supo de inmediato quién era. 

El Papa Aiden Serriott. Ese era el propósito de la visita de Elisa al templo hoy.

Tan pronto como Elisa estaba a punto de llamar a Olivia, Aiden giró, tal vez porque la sintió...

Al mismo tiempo, los ojos azules de Aiden le prestaron atención.


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