Extra 1. Cómo curar las heridas.
En el viaje que hicieron, después de mucho tiempo, Elisa apenas y podía salir de su dormitorio.
El primer motivo se debía a Richard, que no la dejaba ir, pero también por la lluvia primaveral que no dejaba de caer.
Aunque superficialmente se quejó diciendo 'vine de viaje y ni lo disfruté', en su interior estaba muy satisfecha con el viaje porque logró estar con él todo el día.
Richard también pasó mucho tiempo con Elisa y se sintió aliviada de que no la dejara sola para que no le diera ansiedad.
Así que ambos tuvieron un viaje de primavera satisfactorio.
***
El final de la primavera ha llegado. Es mayo, cuando se extiende el verdor del verano. Richard se siente incómodo desde la mañana.
'¿Por qué hoy tuvo que suceder esto en el palacio imperial?'
Después del viaje a Rudea, Richard trató de lidiar con los asuntos del regente desde la mansión del duque de Rubelin tanto como pudo, pero Elisa no se lo permitió.
Afortunadamente, Elisa ya no había estado sintiéndose mal, ya sea porque las flores de cerezo habían caído o porque las preocupaciones de Elisa se habían curado rápidamente.
Es por eso que Richard, aunque no muy a gusto, a podido ir al palacio imperial a encargarse de las cosas un poco más tranquilo.
Pero había días en los que realmente no quería ir.
Así como hoy. Hoy era su cumpleaños. Hace diez años Elisa le eligió personalmente una fecha para celebrar su cumpleaños, ya que él que no podía recordar cuándo nació.
'¿No puedo tener el día libre como regalo de cumpleaños?'
Richard, totalmente ya vestido, yacía en la cama, deseando un regalo de cumpleaños que nunca había esperado en su vida.
Sostenía a Elisa en sus brazos.
'¿Debería fingir quedarme dormido?'
Mientras Richard estaba contemplando seriamente la idea, los párpados bien cerrados de Elisa se contrajeron y luego abrió los ojos.
Richard, que perdió la oportunidad para fingir estar dormido, se detuvo un momento, pero en lugar de sentirse avergonzado se alegró de poder verla despertar.
Besó la frente de Elisa y la saludó.
— Buenos días, Elisa.
— Sí, buenos días...
— Duerme más.
Richard trató de poner a dormir a Elisa, que todavía estaba medio dormida.
El propósito de esto era para que Elisa se durmiera y él no tuviera que ir al palacio imperial, y bueno... también porque Elisa se veía muy linda así adormitada. Sin embargo, Elisa no se la dejó fácil.
— ¿Por qué todavía no te has ido al palacio imperial?
— Me dijiste que no fuera.
— Mi esposo, ha estado mintiendo mucho últimamente.
Elisa amonestó a Richard, quien mintió con naturalidad para intentar persuadirla.
Richard abrazó a Elisa y frotó sus labios contra su frente.
Elisa sonrió dejándose llevar y acarició su suave cabello.
— También has mejorado en actuar lindo...
— ¿Entonces no te gusta?
— Bueno... se siente bien. Hazlo un poco más.
Al escuchar eso Richard derramó más besos en la mejilla y los labios de Elisa.
Elisa pensó que su comportamiento era como la de un perro que ama mucho a su dueño y no sabe qué hacer.
Elisa había estado intentando contenerse, pero al final, una sonrisa estalló de sus labios.
Richard, que hizo reír a Elisa, dijo sin perder la oportunidad.
— Como mi esposa piensa que esto es lindo, no iré al palacio hoy...
— Bueno, tampoco quiero que vayas, pero mi esposo es un hombre de muchos talentos, otras personas también necesitan de su ayuda.
A pesar de la súplica de Richard, Elisa lo empujó suavemente con una sonrisa.
Luego lo besó para apaciguar la expresión triste de su rostro y susurró.
— Date prisa, haz lo que debas hacer y vuelve.
El suave toque la mano de Elisa en la mejilla de Richard estaba cargada de tanto afecto.
Ella también, realmente, lamentaba el tener que separarse de él aunque fuera por un momento.
Él conocía sus emociones mejor que nadie.Sin embargo, Elisa solo se sentiría a gusto después de que él cumpliera con su trabajo.Richard, que entendió sus emociones, se levantó de mala gana.
— Vuelvo enseguida.
Elisa se levantó de la cama para ir a despedir a Richard.
En ese momento, sintió un mareo, como si su cabeza le diera vueltas.Richard abrazó rápidamente a Elisa, que se tambaleaba perdiendo el equilibrio.
— ¿Elisa?
— Ah... Supongo que todavía estás un poco adormitada.
Fue realmente un mareo, no tenía nada que ver el sueño, pero si decía la verdad, tenía miedo de causarle una preocupación excesiva a Richard.
— Si tienes sueño, no salgas y duermas más. Estoy bien.
Richard trató de llevar a Elisa de regreso a la cama, pero Elisa negó con la cabeza y tomó su mano, diciendo que estaba bien.
Los dos salieron a la puerta principal de la mansión donde estaba esperando el carruaje.
Richard parecía odiar la idea de soltar la mano de Elisa a pesar de que estaba al frente del carruaje, Elisa deslizó primero su mano y él a penas y la soltó.
Y antes de subir al carruaje, besó suavemente los labios de Elisa.
— Volveré.
— Sí, que tengas un buen viaje.
Incluso ahora, Elisa se sonrojaba ante el afecto público de Richard.
A pesar de que era una rutina con la que Elisa y los demás sirvientes estaban familiarizados.
Elisa, al observar cómo el carruaje se alejaba de la puerta de hierro, y esta se cerraba, tembló ante un escalofrío repentino.
'¿Es un resfriado?'
Tenía un ligero dolor de cabeza, su cuerpo estaba pesado y se sentía exhausta.
Ha estado sintiendo estos síntomas desde hace un tiempo, pero los pasó por alto pensando que se debía al cambio climático de las estaciones.
Sin embargo, se preocupó al ver que los síntomas persistieron por varios días.
'Hoy es el cumpleaños de Richard, así que lo pasaré tranquilamente, y si mañana no mejora, llamaré a Sir Cetyl.'
Con eso en mente, Elisa se ajustó la manta y regresó al interior de la mansión.Justo en ese momento, Harness, que buscaba a su madre, miró a Elisa y se acercó con el rostro medio sonrojado.
— ¡Mamá!
— ¿Dormiste bien, Harness?
Sentándose a la altura de los ojos de Harness, Elisa le dio un saludo de buenos días al niño, besando sus mejillas regordetas.
Harness sonrió y besó a Elisa en la boca.
Elisa abrazó al niño y le dio besos a Harness.
— Harness, ¿sabes, hoy es el cumpleaños de tu papá?
— ¿Oh?
— Sí. El día que tu padre vino a este mundo. Un día para comer pastel y recibir regalos.
— ¡Oh!
— Prepárate con mamá para celebrar el cumpleaños de papá.
— ¡Hagamos!
Harness no sabía lo que significaban las palabras de Elisa, pero se rió y gritó 'hagámoslo' como si la idea le pareciera buena.
Elisa se dirigió al dormitorio con Harness.
Dijo que iba a preparar una fiesta de cumpleaños para Richard, pero realmente era una pequeña comida, así que no necesitaba preparar mucho.
Se suponía que la fiesta de cumpleaños de Richard sería algo tranquilo, solo con las personas cercanas que él había dicho, por lo que todo lo que tenía que hacer era elegir la ropa que usaría y pedir que prepararan la comida.
Elisa, que ya había elegido el vestido y los accesorios para la cena, bajó al comedor después de enterarse de que el pastel ya estaba listo.
Quería hacer el pastel ella misma pero no pudo.
El año pasado, en el cumpleaños de Richard, Elisa estaba haciendo ella misma el pastel, después de que Elisa puso sus manos en el horno, le prohibieron la entrada a la cocina.
Elisa, sin darse por vencida, fue a la cocina.
— Pruébelo, señora. Necesitamos su evaluación.
El chef, que la estaba esperando, cortó un trozo de pastel y se lo entregó.
Era un pequeño pastel de degustación, hecho con los ingredientes del pastel principal.
El pastel decorado con frutas agridulces como frambuesas y uvas verdes sobre un suave cheesecake se veía delicioso a simple vista.
Sin embargo, Elisa vaciló, no podía comer el pastel con gusto.
Por lo general, habría comido sin pensar el postre dulce, pero hoy no tenía apetito.
'No me siento bien...'
Sin embargo, no podía decepcionar al chef que se tomó la molestia de preparar un pastel de degustación.
Elisa cortó el pastel en pedazos pequeños.
En ese momento, Harness, que estaba mirando a Elisa y el pastel, tiró del vestido de Elisa y pidió pastel.
— ¡Pastel! ¡Ñam ñam!
— Harness, ¿quieres un pastel?
— ¡Sí!
Elisa le dio el pastel a Harness, quien la miró con ojos brillantes.
Los ojos de Harness, que ya estaban abiertos de expectativa, se agrandaron aún más y estalló en carcajadas mientras aplaudía.
— ¡Rico!
— ¿Te gusta?
— Otra vez, otra vez.
Harness extendió la mano para agarrar el tenedor él mismo.
Elisa le dio de comer dos veces más, pero le devolvió el tenedor al chef en la tercera vez.
— Si comes mucho ahora, no querrás comerlo para la cena. Comámoslo juntos cuando papá regrese a la casa.
— Uh.Como si entendiera las palabras de su madre, Harness se calmó.
Elisa no tenía apetito, pero le dio un mordisco al pastel y dijo, considerando la sensibilidad del chef.
— Este pastel es el mejor, Simon.
No le sabía tan rico como de costumbre porque no se sentía bien, pero viendo lo mucho que le gusta a Harness debe estar delicioso.
El chef se mostró complacido con el cumplido de Elisa.
Elisa repartió el pasteles restantes a los sirvientes y subió a la habitación de Harness.
'Ahora que terminé de preparar la cena... Me queda algo de tiempo, así que voy a tomar una siesta con Harness.'
Al llegar a la habitación se sentía somnolienta, como lo había estado haciendo desde hace un tiempo.
Sin embargo, Harness no tenía la intención de dormir y comenzó a sacar los juguetes uno por uno de la caja de juguetes.
— ¡Ese... ese!
Harness puso su muñeco de peluche junto con uno que tenía la forma de un carruaje.
El conejo era demasiado grande en comparación con el carruaje, así que no tuvo más remedio que acostarlo bruscamente en el carruaje.
Elisa iba a jugar un poco con Harness para luego ponerlo a dormir, pero ella no podía soportar la somnolencia. Harness, que no sabía de los pensamientos de su mamá, no tenía la intención de dormir.
Anne, que estaba jugando con Harness a su lado, notó la expresión de Elisa y dijo.
— Señora, si está cansada, vaya a dormir. Joven maestro, yo jugaré contigo.
— Sí, estoy tan cansada hoy. ¿Me despertarás en una hora?
— Sí, descanse.
Elisa se acostó en la cama de Harness para no quedarse dormida profundamente.
Rápidamente se quedó dormida escuchando la risa de Harness y el suave susurro de la voz de Anne hablando con Harness.
— ¿Mamá?
Harness, que había estado jugando con sus juguetes durante un rato, preguntó al no escuchar la voz de Elisa.
Anne le susurró a Harness para que no despertara a Elisa.
— La señora está durmiendo, joven maestro.
— Mamá, duerme. Hani, duerme.
Harness también susurró después de Anne.El nombre 'Hani' que Harness murmuraba era el de él, de ese modo se llamaba así mismo, que aún no podía pronunciar bien su nombre.
Harness se deslizó hasta la cama y luchó por subir.Anne pensó por un momento si Harness despertaría a Elisa, pero Harness se recostó en la cama.
Harness se acercó a Elisa, que estaba dormida, y se acurrucó entre los brazos de su madre.Entonces Elisa, que aún dormía, abrazó a su hijo.
De repente, el sonido de la respiración de los dos resonó en la habitación tranquila.
'Tan lindo...'
Anne observa a los dos durmiendo pacíficamente con una expresión feliz en sus rostros. Los cubrió a los dos con una manta y salió silenciosamente de la habitación.